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Los comunes denuncian el boicot de Pablo Iglesias a su campaña a favor de Rufián
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Los comunes denuncian el boicot de Pablo Iglesias a su campaña a favor de Rufián

El exlíder morado censura a los de Ada Colau y a IU su "error" con la ley mordaza. Los socios de Podemos compiten con ERC y Bildu el 28-M, y estas intervenciones enfadan

Foto: Gabriel Rufián y Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
Gabriel Rufián y Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
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"Creo que es un error que una parte de nuestros compañeros hayan pensado que esto, caminar con el PSOE y tratar de acusar a ERC y Bildu, era un buen negocio". Mientras la reforma de la ley mordaza se estrellaba en la Comisión de Interior del Congreso, Pablo Iglesias intervenía en TV3 para afear a las fuerzas que cohabitan en Unidas Podemos que se desmarcasen de ERC y Bildu, y que siguiesen la estela del PSOE diciendo que esta "reformita" incluía "algunos avances". ERC y Bildu votaron en contra, Podemos, IU y los comunes batallaron entre sí, y el ex secretario general morado elevó la tensión entre estos grupos. "Es una torpeza caer en esta trampa", incidió. Diferentes actores de Unidas Podemos reconocen el malestar que genera que Iglesias, que abandonó la política orgánica e institucional, intente marcar el camino a las fuerzas que siguen trabajando en este espacio político, que se inmiscuya en materias tan sensibles.

Primero, porque ERC y Bildu, las dos fuerzas a las que el partido morado y su líder histórico exculpan del desastre, compiten electoralmente en Cataluña y Euskadi con formaciones que están integradas en Unidas Podemos, y todos los partidos viven ya en la vorágine de la precampaña del 28-M. Que un exdirigente con el peso de Iglesias actúe así, desde la televisión catalana y a las puertas de unas elecciones en las que el partido de Ada Colau se juega revalidar posiciones en varios ayuntamientos, irrita. Segundo, porque insistió en que fue el PSOE quien apostó por votar el texto de la ley cuando aún no había acuerdo;: obviaba que Unidas Podemos hizo exactamente lo mismo, justificándolo en que así ganarían tiempo para negociar modificaciones futuras.

Foto: La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, durante un acto de Sumar en Murcia. (EFE/Marcial Guillén)

Y tercero, porque las posiciones de Iglesias iban más allá de la mera cuestión de la ley mordaza, aseguran: marcaba la posición propia de Podemos en pleno pulso con Yolanda Díaz, y erosionaba a las fuerzas alineadas sin fisuras con la vicepresidenta segunda, todas las que integran UP, menos Podemos. También respaldaba a ERC, enfrentada con Díaz desde su polémica a cuenta de la reforma laboral, aprobada por la mínima. "Ojo, aquello podría haber implicado la dimisión de Yolanda Díaz", recordó Iglesias.

Fuentes de la formación catalana reconocen que estas palabras tienen que ver con esa rivalidad entre Podemos y Sumar. Una vez aprobadas "las leyes fundamentales de la legislatura", ven "legítimo" que los morados marquen posición propia, o que se esfuercen por garantizar que la mayoría progresista seguirá viva tras las próximas elecciones. Pero esta forma de actuar, criticando a sus compañeros de grupo y ensalzando a sus rivales en plena campaña electoral, "no ayuda".

Foto: Pablo Iglesias y Enrique Santiago, en 2019. (EFE/ David Fernández)
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Este pulso entre Podemos y la impulsora de Sumar tiene además su reflejo en la forma de actuar de ERC, cuyo portavoz, Gabriel Rufián, habitualmente dedica dardos dialécticos a Díaz. Rufián se muestra alineado con Irene Montero, ministra de Igualdad y número dos de Podemos, y confronta con la vicepresidenta y ministra de Trabajo, a la que en su partido no perdonan varios agravios durante la negociación de la reforma laboral.

Tampoco gustó la exhibición de la fotografía de Esther Quintana para justificar el rechazo a la reforma de esta ley. En rueda de prensa, Rufián mostró una imagen de Quintana, que perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma disparada por los Mossos d’Esquadra en 2012. Entre otras cuestiones, ERC y Bildu han justificado su rechazo a la derogación parcial de la ley mordaza escudándose en que el PSOE no contempla la prohibición de las pelotas de goma, e Iglesias ha hecho lo propio. Enrique Santiago, diputado de IU y responsable de la negociación tras la que se ha visto cuestionado por Podemos, contestó en redes a Iglesias que estos proyectiles no están prohibidos en Cataluña, y que la ley mordaza no menciona las pelotas de goma. "UP ha trabajado para eliminarlas, pero no conseguirlo aún no justifica cuatro años más de mordaza", le espetó. Iglesias también se había servido de sus perfiles en redes para replicar el mensaje de un usuario que exhibía otra fotografía de Quintana.

El "giro a la derecha" del PSOE

Tras la ruptura de la coalición de gobierno hace casi dos semanas, cuando empezó a tramitarse la reforma del PSOE sobre la ley del solo sí es sí, Podemos reforzó su discurso sobre "el giro a la derecha" del PSOE, su supuesto alineamiento con el PP. La autorreivindicación como fuerza de izquierdas en detrimento del resto de sus compañeros de espacio se veía recogida en un tuit del portavoz parlamentario, Pablo Echenique: "Eliminar las pelotas de goma que mutilan los ojos. Prohibir las devoluciones en caliente que violan los DDHH. Modificar la desobediencia y las faltas de respeto que producen miles de multas arbitrarias. ¿Exactamente cuál de estas era pedir la luna para alguien de izquierdas?", escribió.

"Hasta cierto punto, es legítimo que intenten defender sus intereses", conceden fuentes de otros actores de Unidas Podemos, aunque apuntan a otra derivada: Díaz tiene un buen porcentaje de valoración incluso entre los votantes de ERC. Según el último barómetro del CIS, en febrero, los votantes de Esquerra en las últimas generales valoran con un 5,06 a la vicepresidenta segunda, ligeramente por encima de la media que le conceden el conjunto de votantes, de izquierdas y de derechas, en todo el país (4,91). Esto explicaría, abundan, buena parte de los recelos de ERC.

Foto: Enrique Santiago y Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)

Desde altavoces como su colaboración en RAC1 o sus columnas en distintos medios escritos, Iglesias está presente en la esfera pública cada semana, desde el mismo lunes por la mañana. De hecho, durante esta semana también ha lanzado algún dardo a Compromís y a Mónica García, y en anteriores ocasiones lo hizo con Díaz. Busca diferenciar su partido del resto de formaciones progresistas, convencer de que Podemos es la fuerza que siempre pone pie en pared, frente a otras que se pliegan a los intereses de otros poderes, sean políticos, económicos o mediáticos. Como afirmara en relación con la ley mordaza, cuando el PSOE separa a Unidas Podemos de ERC y Bildu, los empuja a un "callejón sin salida", donde las políticas de izquierda "se hacen imposibles". Para su partido, la alianza con estos partidos es estratégica, pero dudan de que Díaz la conciba igual.

"Creo que es un error que una parte de nuestros compañeros hayan pensado que esto, caminar con el PSOE y tratar de acusar a ERC y Bildu, era un buen negocio". Mientras la reforma de la ley mordaza se estrellaba en la Comisión de Interior del Congreso, Pablo Iglesias intervenía en TV3 para afear a las fuerzas que cohabitan en Unidas Podemos que se desmarcasen de ERC y Bildu, y que siguiesen la estela del PSOE diciendo que esta "reformita" incluía "algunos avances". ERC y Bildu votaron en contra, Podemos, IU y los comunes batallaron entre sí, y el ex secretario general morado elevó la tensión entre estos grupos. "Es una torpeza caer en esta trampa", incidió. Diferentes actores de Unidas Podemos reconocen el malestar que genera que Iglesias, que abandonó la política orgánica e institucional, intente marcar el camino a las fuerzas que siguen trabajando en este espacio político, que se inmiscuya en materias tan sensibles.

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