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Los populares sopesan dar la alcaldía a Trias votándose a sí mismos: "Es susto o muerte"
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NEGOCIACIÓN ENQUISTADA

Los populares sopesan dar la alcaldía a Trias votándose a sí mismos: "Es susto o muerte"

La encrucijada de Sirera en la Ciudad Condal amenaza con condicionar la campaña de Feijóo en Cataluña. El candidato popular pone líneas rojas para apoyar a Junts o PSC: frenar al independentismo y a Ada Colau

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el candidato popular a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera. (EFE/Toni Albir)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el candidato popular a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera. (EFE/Toni Albir)
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La precipitada convocatoria de elecciones generales ha enrevesado más, si cabe, el rompecabezas en el Ayuntamiento de Barcelona. Los órdagos y vetos cruzados entre los principales grupos han llegado a tal punto que los cuatro concejales que logró el PP —dos más que en 2019— pueden decidir el futuro alcalde de la Ciudad Condal. Según confirman en su entorno, el popular Daniel Sirera ha mantenido conversaciones con los dos principales candidatos al consistorio, Xavier Trias y Jaume Collboni. El dirigente se abre a avalar cualquiera de las dos opciones, aunque con dos condiciones que hacen prácticamente inviable la consecución de un acuerdo: no entregar Barcelona a los independentistas —lo que implicaría sacar a ERC de la ecuación de Junts— y levantar un cordón a la entrada de Ada Colau en el Ejecutivo municipal, un requisito muy difícil de aceptar para los socialistas.

Como publicó El Confidencial, el propósito que Alberto Núñez Feijóo y Daniel Sirera se marcaron en Barcelona era recuperar oxígeno para que sus votos se convirtiesen en la llave del próximo Gobierno de la Ciudad Condal. El PP buscaba sentar a Jaume Collboni a una mesa de negociación, aunque se comprometieron a no vetar a Xavier Trias de las conversaciones poselectorales, al que los populares reconocen cierto "talante", aunque ensombrecido por su entorno secesionista. El objetivo, por tanto, era reducir al mínimo la cuota de poder para Ernest Maragall y Ada Colau y evitar entregar Barcelona al "independentismo" y al "populismo". Pero la ronda de contactos que ha mantenido el candidato popular no le ha servido para atar ese compromiso, ni del candidato del PSC ni del de Junts.

Foto: El ganador de las elecciones municipales en Barcelona, Xavier Trias. (EFE/Alejandro García)

La situación está tan enquistada que, según fuentes solventes del PP catalán, Sirera valora votarse a sí mismo como candidato en el pleno del próximo 17 de junio para dejar la pelea en manos de socialistas, comunes y soberanistas. Ante el escenario cada vez más plausible de que no haya acuerdo entre las fuerzas más votadas, esta decisión allanaría el camino a Trias para convertirse en alcalde —si no hay acuerdo de investidura, será proclamado automáticamente el candidato de la lista más votada— y disiparía las esperanzas de Collboni y Colau, a los que solo les salvaría un hipotético tripartito con ERC. La irrupción de unas elecciones generales entorpece la posibilidad de acuerdo entre rivales ideológicos que evitan posicionarse para no comprometer su futuro en las urnas nacionales.

"En Barcelona, es susto o muerte", sintetizan en la formación. La situación es tan enrevesada, que amenaza con poner a Feijóo en una auténtica encrucijada en un territorio al que el líder popular fía una "remontada" de cara a las generales. Si Sirera apoya a Trias o se vota a sí mismo y Junts termina abriendo la alcaldía a ERC, el PSOE utilizará Barcelona de coartada para acusar al PP de no haber cerrado el paso a los independentistas. Y si los populares secundan una investidura de Collboni, los populares se estarían saltando su propio veto contra Ada Colau y los comunes. Un callejón sin salida que "puede tener consecuencias" en un marco de alta tensión: la carrera hacia la Moncloa.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Cercle d'Economia. (EFE/Andreu Dalmau) Opinión
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Con la eventual retirada del PP, el ajustado resultado del 28-M arroja, en estos momentos, dos únicas posibilidades de pacto: o un tripartito de izquierdas —compuesto por PSC (10), Barcelona en Comú (9) y ERC (5)—, que se antoja difícil por los vetos cruzados entre Maragall y Collboni; o una sociovergencia entre las dos fuerzas soberanistas, con Junts (11) al frente. La mayoría absoluta se sitúa en los 21 representantes en un consistorio en el que también ha irrumpido Vox con dos ediles.

La campaña de Feijóo

Lo que ya asumen en el PP catalán es que lo que suceda en Barcelona marcará obligatoriamente la campaña que Feijóo protagonizará en Cataluña en las próximas semanas. Génova ultima estos días la agenda del líder nacional, y Cataluña será una de las plazas donde se volcará para tratar de recuperar terreno en un territorio que reparte nada menos que 48 escaños al Congreso. Los populares han mejorado su marca en el ámbito municipal: 85.000 votos más que en 2019 y una mejora de 130 concejales, a lo que suma dos oasis azules: las mayorías en Badalona y Castelldefels.

Foto: La presidenta de la comunidad de madrid, isabel díaz ayuso en el círculo equestre de barcelona

El PP debe su crecimiento en Cataluña a la desaparición de Ciudadanos, que ha perdido casi la totalidad de los 239 ediles que tenía en el territorio que sirvió de cuna a una formación política ya casi extinta. No obstante, en la dirección del partido contaban con algo más de tiempo de cara a las elecciones generales para recuperar los apoyos con los que contaba hace décadas, una de las claves a la que Feijóo fía su aterrizaje en la Moncloa. La precipitada convocatoria electoral obliga a los populares a volcarse en Cataluña en las próximas semanas, donde el líder popular agitará también la estrategia del voto útil para no fragmentar el voto constitucionalista con Vox. Los de Abascal han crecido en la región casi de forma semejante a los populares en los últimos comicios, con 124 concejales frente a los 196 que han cosechado los populares.

Feijóo visitó la semana pasada el Cercle d'Economia, el mismo foro en el que hace unos meses exhibió el perfil en el que el líder popular trabajaría para recuperar terreno en un territorio especialmente difícil: la apuesta por el catalanismo cordial, la economía como fuente de unión, el autonomismo y el respeto a la idiosincrasia territorial para tratar de reflotar un proyecto que hace años que hace agua. El techo que aspira a igualar Feijóo en Cataluña es el que logró Alicia Sánchez Camacho en 2012, cuando el PP se alzó con 19 escaños en el Parlament. La primera prueba de fuego llegará el próximo 23 de julio.

La precipitada convocatoria de elecciones generales ha enrevesado más, si cabe, el rompecabezas en el Ayuntamiento de Barcelona. Los órdagos y vetos cruzados entre los principales grupos han llegado a tal punto que los cuatro concejales que logró el PP —dos más que en 2019— pueden decidir el futuro alcalde de la Ciudad Condal. Según confirman en su entorno, el popular Daniel Sirera ha mantenido conversaciones con los dos principales candidatos al consistorio, Xavier Trias y Jaume Collboni. El dirigente se abre a avalar cualquiera de las dos opciones, aunque con dos condiciones que hacen prácticamente inviable la consecución de un acuerdo: no entregar Barcelona a los independentistas —lo que implicaría sacar a ERC de la ecuación de Junts— y levantar un cordón a la entrada de Ada Colau en el Ejecutivo municipal, un requisito muy difícil de aceptar para los socialistas.

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