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La figura de Rubalcaba reúne a los dos PSOE en un ambiente de tensión soterrada
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González, Lambán y los ministros, juntos

La figura de Rubalcaba reúne a los dos PSOE en un ambiente de tensión soterrada

Felipe González quiso hablar de la entrada de España en la UE, los ministros evitaron a la prensa y Lambán excusó su ausencia del Comité Federal del sábado. Nadie quería ver los elefantes en la habitación

Foto: Felipe González, Margarita Robles y Joan Manuel Serrat. (EFE/Daniel González)
Felipe González, Margarita Robles y Joan Manuel Serrat. (EFE/Daniel González)
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Ya no hay uno, sino varios elefantes en la habitación, pero el PSOE se esfuerza por ignorarlos. La plana mayor del partido, incluidos cinco ministros, se ha visto las caras este lunes con el expresidente Felipe González, habitualmente muy duro con Pedro Sánchez, y con barones críticos como el presidente en funciones de Aragón, Javier Lambán. Los premios en homenaje al fallecido dirigente Alfredo Pérez Rubalcaba han permitido vender cierta imagen de calma en mitad de la marejada. Los cinco ministros esquivaban a la prensa, González hablaba del 38 aniversario de España y Portugal en la UE y Juan Lobato hacía las veces de mediador. La tensión era evidente, pero todos hacían lo posible por disimularla.

Tras el tenso Comité Federal del sábado, en el que los socialistas ratificaron sus listas para las elecciones generales del 23-J, tocaba cierre de filas. La figura de Rubalcaba y el premio concedido a la histórica antifranquista Paca Sauquillo, presidenta del Comisionado de Memoria Histórica de Madrid, facilitaron vender cierta concordia. No hubo reproches evidentes por la decisión de Ferraz de blindar a 14 de los 17 ministros socialistas, impuestos en unas listas que se prevén menguantes con respecto a las actuales, ni tampoco alusión al 28-M, que tiñó de azul PP el mapa de poder autonómico, incluso en los dominios de Lambán.

Foto: El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto a parte de la ejecutiva socialista durante el Comité Federal. (EFE/J. J. Guillén)

El presidente en funciones de Aragón, que no podrá revalidar el Ejecutivo, se apresuraba a afirmar ante los medios que no ponía en duda el liderazgo de Sánchez —"Dejaré de ser presidente, pero no el 23-J", afirmó el sábado—, y excusaba su ausencia en el Comité Federal aludiendo a un "menester" con su esposa. El líder del PSOE madrileño excusaba la incomparecencia de Lambán y Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, aludiendo a las "agendas y complicaciones". A juicio de Lobato, lo importante era la apuesta por defender "un proyecto de futuro" de cara al 23-J. Ni una palabra sobre cómo los choques con las federaciones llevaron a ambos a evitar esta cita.

Ni siquiera González rompía la baraja, y apenas entraba a defender al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero por afirmar que fue su Gobierno quien acabó con ETA. Que el presidente del Gobierno y secretario general haya hecho caso omiso a buena parte de los territorios para configurar las listas, relegando a sus primeros espadas a posiciones de menos peso, y hasta excluyéndolos, ha generado un profundo malestar que hoy no tocaba abordar. Todo eran elogios hacia la figura de Rubalcaba y a la propia Sauquillo, con cameo de Joan Manuel Serrat.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Kiko Huesca) Opinión
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La mayoría de los ministros ni siquiera se quedaron al aperitivo posterior, como tampoco hicieron González o Lambán. No es común ver a escasos metros al ministro de Presidencia, Félix Bolaños (número tres por Madrid), y al jefe de Gabinete de Sánchez, Óscar López, junto a Elena Salgado, el expresidente González y Javier Fernández, presidente de la gestora que se puso a los mandos tras la primera ejecución política del jefe del Ejecutivo; el viejo PSOE junto al sanchismo que tanto ha cuestionado, en toda su dimensión, pero en horas bajas.

El sábado, el secretario general socialista evitó justificar sus imposiciones y se limitó a pedir la ratificación de las listas. Finalmente, se votaron a mano alzada y el comité las dio por aprobadas por unanimidad. "Os pido aprobar las listas, pero lo importante es lo que hay detrás de sus nombres", dijo Sánchez en referencia a la militancia del partido, a la que quiere reavivar de cara al ciclo electoral en el que los partidos ya están inmersos.

Foto: Pedro Sánchez junto a Félix Bolaños en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Los vídeos de Rubalcaba, la emoción que querían proyectar, no tapaban el hecho: el partido está tensionado ante una cita más que incierta con las urnas, y tras unos comicios que no ha podido digerir aún. "Nunca me he arrugado ante ningún problema. Nunca. Nunca he dejado de hacer frente a los retos", recitaba en pantalla Rubalcaba, ante aplausos, en una grabación del año 2011. En otro momento, alguno de los dirigentes y exdirigentes socialistas podrían haber extrapolado esas mismas frases a Pedro Sánchez. Hubo escenificación de la paz, pero tampoco excesos.

Ya no hay uno, sino varios elefantes en la habitación, pero el PSOE se esfuerza por ignorarlos. La plana mayor del partido, incluidos cinco ministros, se ha visto las caras este lunes con el expresidente Felipe González, habitualmente muy duro con Pedro Sánchez, y con barones críticos como el presidente en funciones de Aragón, Javier Lambán. Los premios en homenaje al fallecido dirigente Alfredo Pérez Rubalcaba han permitido vender cierta imagen de calma en mitad de la marejada. Los cinco ministros esquivaban a la prensa, González hablaba del 38 aniversario de España y Portugal en la UE y Juan Lobato hacía las veces de mediador. La tensión era evidente, pero todos hacían lo posible por disimularla.

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