Puigdemont sopesa su regreso a Cataluña si Europa blinda su inmunidad

El hipotético regreso a Cataluña de Carles Puigdemont está en manos del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE). El órgano dictará el próximo miércoles dos sentencias que serán de máxima importancia para marcar los siguientes pasos del expresident. La Justicia europea fallará sobre si debe mantener o perder su inmunidad. Decidirá sobre la demanda que presentó en contra de la decisión del Parlamento Europeo de conceder al instructor del procés el suplicatorio para proceder en su contra y en la del resto de huidos y sobre la decisión del Parlamento Europeo de retirar a todos de forma provisional la especial protección. De la decisión final dependerá si la recupera de forma total y definitiva.

La decisión será una especie de todo o nada para el líder de Junts. Si el TGUE le da la razón y la inmunidad queda garantizada, Puigdemont baraja optar por arriesgarse y emprender un retorno en el que no tiene garantizado eludir un arresto y una entrada en prisión pese a todo. No las tiene todas consigo, ya que el juez Llarena siempre ha defendido que puede ordenar su detención con inmunidad o sin ella. La derogación de la sedición y la reforma de la malversación cambiaron las cosas, pero no lo suficiente para evitarle la cárcel. En la actualidad, permanece procesado por este último delito en su versión agravada, con penas que alcanzan los ocho años.

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Llarena sostiene que el expresidente fugado puede ser detenido y encarcelado en caso de regresar. En su último auto, el magistrado se refirió de forma concreta a esta cuestión y destacaba que el arresto y la entrada en prisión provisional son compatibles con su inmunidad como europarlamentario. Según aseguraba, considera que puede ser encarcelado y salir únicamente para acudir a las sesiones del Parlamento en Bruselas.

"En la hipótesis de que en un futuro los procesados fueran materialmente privados de libertad en España, si se llegara a considerar justificado y eficaz mantener su prisión más allá del tiempo preciso para recibirles declaración, no se excluiría la autorización de asistir a las distintas reuniones parlamentarias, siempre que no se hubiera suspendido su inmunidad", decía. El Supremo entiende que esa inmunidad es comparable a la de los diputados del Congreso en Madrid. A juicio de Llarena, es este matiz el que confirma "la viabilidad de las órdenes de búsqueda, detención e ingreso en prisión adoptadas con posterioridad al procesamiento de los recurrentes, sin que las mismas estén condicionadas a la petición de suplicatorio o de alzamiento de la inmunidad que les afecta".

Para Puigdemont y su entorno, el regreso a territorio nacional, y en concreto a Cataluña —su primer destino planeado—, pondría al TS en el brete de "incumplir" las resoluciones del TGUE. Junto a la inmunidad, Puigdemont cuenta con la baza de la supuesta persecución por causas políticas a la que se aludía por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Pese a que la Corte se alineó parcialmente con el juez Pablo Llarena en su pulso con la Justicia belga, incluía como excepción que un tribunal puede negarse a cumplir la euroorden si la persona que debe ser entregada alega que se le expondría "a una vulneración del derecho fundamental a un proceso equitativo, porque en dicho Estado miembro sería enjuiciada por un órgano jurisdiccional carente de competencia a tal efecto", aunque debe quedar demostrado de alguna forma. La defensa del expresident confía en que Bélgica jamás lo entregue.

El segundo escenario

Esa sería la tesis a la que se agarraría si el Tribunal General no le acompaña en sus aspiraciones. Si el primer escenario no acaba de favorecer las aspiraciones del líder de Junts, el segundo aún lo hace menos. Si en las sentencias del TGUE se rechazan sus argumentos, Llarena tendrá vía libre para dictar una nueva euroorden de manera inmediata. La tesis de su defensa siempre ha sido que, ante el distinto escenario provocado por la desaparición de la sedición y la adaptación del procesamiento para incluir la malversación agravada, el suplicatorio que se tramitó en la Eurocámara y se concedió ya no es válido y el juez tendría que repetirlo.

Puigdemont llegó hace más de cinco años a Bruselas tras huir de España, después de la fallida declaración unilateral de independencia. Desde entonces, el expresident ha esquivado todos los intentos de la Justicia española de lograr su entrega por parte de las autoridades belgas, pero también de Alemania e Italia. Después, en 2019, se presentó a las elecciones europeas y una decisión prejudicial de la Justicia europea sobre la situación de Oriol Junqueras, en diciembre de ese mismo año, le abrió las puertas de la Eurocámara, a pesar de no haber completado el procedimiento habitual frente a la Junta Electoral Central (JEC). Las próximas elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán del 6 al 9 de junio de 2024.