Feijóo exhibe fuerza con grandes mítines en sus feudos para recobrar la fe en una amplia victoria

Feijóo da carpetazo a la polémica sobre su ausencia en el debate a tres de RTVE, y prepara una gran traca final de campaña en la que espera atar un resultado "suficiente" que le permita un Gobierno en solitario. Aunque el PP sigue a la cabeza de todos los trackings, Génova ha rebajado el entusiasmo en los últimos días. El tropiezo de principios de semana de Feijóo en TVE con la subida de las pensiones y los efectos de la ausencia del líder del PP en el debate de la misma cadena obligaban a la contención, una actitud que choca con la euforia que desbordaba las paredes de Génova la primera semana de campaña. En las filas del partido, instan a los suyos a "apretar" para dar el "empujón final" y recobrar la fe en una gran victoria el 23-J.

Feijóo fue protagonista indirecto del último debate electoral. Sánchez no se salió de su estrategia de intentar ubicarle en el mismo bloque que Vox, y Díaz contribuyó a ese marco retratando los retrocesos sociales que, a su juicio, entrañaría un eventual Gobierno de derechas. Se reafirman en que Feijóo "ha salido ganando" con su decisión de no asistir. Pero el PP mira ya hacia delante. Y, en todo caso, diluirán los posibles efectos del encuentro en TVE con una batería de grandes actos en los que el mandatario gallego se presentará como "ganador" de las elecciones tras ausentarse de lo que en Génova ven como un "debate de los perdedores".

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La capacidad de movilización del partido será clave en los dos últimos días de campaña. Este jueves, Feijóo arranca la jornada en Valencia para trasladarse a Madrid horas después. Allí le espera una "fiesta" en Madrid Río, en la que se cuenta con la asistencia de "miles" de afiliados y simpatizantes. El PP ha echado el resto en la organización del que será el gran acto de la campaña, la última oportunidad para exhibir músculo e invocar a "la mayoría" en las urnas. Desde el principio de la campaña, Feijóo situó en 150 escaños el mínimo para intentar evitar una coalición con Vox. Pero no se resigna e intentará escalar hasta los 160.

El de Madrid no será un mitin al uso, sino más bien una celebración de un resultado que aún no se ha materializado. El PP hizo lo propio en el acto de cierre en la capital antes del 28-M, donde el partido instaló barras de bebida y amenizó la espera de los asistentes con un grupo de música en Ifema. Este jueves, el PP de Madrid instalará food-trucks, animará el ya habitual DJ Pulpo y contará con la actuación del grupo madrileño Modestia Aparte. Toda la dirección nacional estará presente, y antes de la intervención de Feijóo, le arroparán en el escenario tanto José Luis Martínez-Almeida como Isabel Díaz Ayuso.

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El viernes, último día de campaña, el líder del PP viaja a Málaga por la mañana, y protagoniza el último gran mitin de campaña en A Coruña. No hay nada casual en la agenda final de Feijóo. Se despide en Galicia de manera simbólica, convencido de que a partir del domingo su próxima residencia será la Moncloa. Y los tres últimos territorios que pisará son las plazas en las que el PP tiene mayoría absoluta: Madrid, Andalucía y Galicia. La semana pasada, Feijóo subió la apuesta y situó la absoluta como un escenario "difícil", pero "no imposible". En conversación informal con los periodistas, el candidato popular apeló al efecto Moreno y dibujó un escenario cuanto menos optimista: 168 escaños para el PP, con lo que daría esquinazo a Vox y solo necesitaría el apoyo de PNV y fuerzas minoritarias. La euforia del cara a cara aún duraba.

Feijóo quiere reflejarse en el espejo andaluz, y recordó cómo el barón popular ató su mayoría absoluta en la última semana de la campaña. Pero los últimos días de la carrera no han empezado precisamente con buen pie para el candidato popular. Resbaló el líder del PP en la primera entrevista de la semana, cuando se encaró en TVE con la periodista Silvia Intxaurrondo por un dato sobre la subida de las pensiones que más tarde tuvo que rectificar. El ruido de las últimas horas tampoco ayuda a mantener la misma cuota de euforia en Génova. La foto con Marcial Dorado, que aterrizó de nuevo en el debate de TVE, o las declaraciones de Feijóo sobre la dirección de Correos y el envío postal le han situado también en la diana.

Génova pasa página del debate

En el PP no solo creen que la ausencia de Feijóo en el debate de TVE no les pasará factura, sino que incluso celebran su ausencia de un debate "aburrido" e "intrascendente". El balance de daños ya lo hicieron hace días. En el entorno de Feijóo, entienden que el presidente de los populares tenía mucho que perder y poco que ganar si decidía asistir. Su retirada le permitió esquivar la imagen de bloques en la que lo quería situar Sánchez, con Feijóo y Abascal, por un lado, y Sánchez y Díaz, por otro. El líder popular puso como condición la asistencia de los portavoces de ERC, Bildu o PNV, los partidos con los que el PSOE se vería obligado a pactar para reeditar una hipotética suma de gobierno.

La decisión del PP también conllevaba riesgos, ya que dejó todo el espacio de la derecha al líder de Vox, que definió el debate a tres como una "gran oportunidad" para hacerse hueco y resucitar unas encuestas a la baja para los ultraconservadores. No obstante, y pese a tirar de un discurso duro para intentar taponar la fuga de voto al PP, Abascal no terminó de dar con la tecla. La ausencia de Feijóo dejaba también a Sánchez todo el espacio del centro entre Sumar y Vox. Pero Sánchez tampoco brilló, frente a una Yolanda Díaz que sí se hizo con los focos tras protagonizar varios rifirrafes con el líder de Vox.

Opinión

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El líder popular suplirá su ausencia del debate con una intensa gira mediática este jueves, en que prevé responder a los ataques de sus adversarios y apelar, una vez más, al mantra del voto útil para lograr un "Gobierno fuerte". Además de los actos de Valencia y Madrid, Feijóo estará a primera hora en RNE, y a última hora de la tarde en Canal Sur y Onda Cero. La campaña llega a su fin y los últimos mensajes son claves. Para Génova, la suerte está echada. La Moncloa está cerca. Pero las urnas decidirán si tiene que mirar o no a Vox por el retrovisor.