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Sánchez hace frente a la desmovilización para cerrar la campaña de los altibajos: "Hay partido"
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ELECCIONES GENERALES 23-J

Sánchez hace frente a la desmovilización para cerrar la campaña de los altibajos: "Hay partido"

La disyuntiva que dibujan los socialistas para alentar que "ningún voto se quede en casa" es la de un PP "absolutamente desfondado" en el final de la campaña frente a su "remontada"

Foto: Una simpatizante del PSOE enarbola la autobiografía de Pedro Sánchez, 'Manual de Resistencia', antes de asistir a su mitin en Lugo el pasado jueves. (EFE/Eliseo Trigo)
Una simpatizante del PSOE enarbola la autobiografía de Pedro Sánchez, 'Manual de Resistencia', antes de asistir a su mitin en Lugo el pasado jueves. (EFE/Eliseo Trigo)
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Una campaña anómala, fruto de un sorpresivo adelanto electoral que cogió sin aire a los territorios derrotados el 28-M, disruptiva en su diseño inicial, al priorizar los platós a los mítines y vaciar la agenda del candidato durante cuatro días seguidos, y con altibajos en el estado de ánimo de los socialistas. El PSOE pivotó del pesimismo al ánimo de remontada tras las primeras entrevistas de Pedro Sánchez en medios considerados no afines y el empuje de un José Luis Rodríguez Zapatero sin complejos para pinchar la "burbuja del sanchismo". El fallido debate a cara a cara, en el que Ferraz depositó todas sus esperanzas para revertir las encuestas, volvió a hundir el humor del partido. El cambio estratégico en el ecuador de la campaña y el control de la conversación, al ataque contra Alberto Núñez Feijóo, hizo que la formación recuperase algo de pulso para plantarse en el esprint final con la creencia de que "hay partido". "Todo está abierto. Ahora los bloques están casi empatados y si sigue la tendencia progresiva hasta el domingo le damos la vuelta", aseguran fuentes de Ferraz.

El freno a los trasvases del PSOE al PP que detectaron el pasado fin de semana los trackings internos de Ferraz, iniciándose desde entonces una tendencia a la recuperación, ha hecho que se recupere el ánimo. A ello, se une que han detectado varios escaños en juego con la derecha, por tan solo un puñado de votos, en ocho circunscripciones medianas y pequeñas. A que los conquisten, abonan la "sorpresa" este 23-J. A un empate en las provincias pequeñas que estas mismas fuentes sitúan en el dos por dos para cada uno de los grandes partidos, en lugar de tres para el PP y uno para el PSOE que señalaban las encuestas en el arranque de la campaña.

Foto: El presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez. (EFE/Eliseo Trigo)

Para ello han improvisado la organización de mítines en Huesca y San Sebastián, además de impulsar una costosa campaña programática en redes sociales dirigida a los electores de estos territorios. Además de Huesca, Guipúzcoa y Lugo, donde ha mitineado estos días Sánchez, las últimas encuestas publicadas previas al apagón legal, como la de este diario, apuntan a que la izquierda se juega escaños clave con la derecha en Burgos, León, Soria, Pontevedra, A Coruña y La Rioja.

La pelea por los indecisos de centro, que se plantean votar al PP, pero se "avergüenzan" de sus pactos con Vox, y el combate contra la desmovilización de los propios han condicionado la recta final de campaña del PSOE. En estos momentos, en Ferraz enarbolan un dato de participación de alrededor el 75%, que les beneficiaría y demostraría la movilización del electorado progresista. Incluso Sumar estaría "permeando" en sectores abstencionistas de izquierda. La apuesta por la movilización se está conduciendo con un reparto de papales con Yolanda Díaz, para dejarle espacio a la izquierda en la otra batalla decisiva por la tercera plaza con Vox. En el PSOE ha lanzado un mensaje movilizador con un baño de masas en el mitin de cierre de campaña. En la ciudad de Getafe, uno de sus feudos del que históricamente se denominó cinturón rojo de Madrid.

Los socialistas apuran la movilización entre la épica de ganar "contra todo pronóstico", el termómetro de los mítines y la guía de los números que manejan en Ferraz. Aprovechando la prohibición de la ley electoral de publicar sondeos en la última semana de campaña, los partidos trasladan los suyos, siempre interesados, para condicionar la opinión pública.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juanjo Martín)

La disyuntiva que dibujan los socialistas es la de un PP que llega al final de la campaña "absolutamente desfondado", con Feijóo "perdiendo por incomparecencia", comenzando por su ausencia del debate a cuatro en RTVE, y "nosotros remontando", aseguran en el partido. Una remontada, argumentan, que "no es filosofía ni a la desesperada", sino que se basaría en "datos". En Ferraz creen que el PP ha ido perdiendo el control de la campaña durante esta última semana, con el foco en las "mentiras" de Feijóo, su relación con el narcotraficante Marcial Dorado y la traca final de los acuerdos del PP con EH Bildu en el ayuntamiento de Vitoria para repartirse las comisiones y a lo que finalmente han renunciado los populares tras la denuncia del PNV. "Feijóo llega al final de la campaña, su credibilidad no", sentencian desde el comité de campaña socialista.

Para consumar la remontada a la que apelan, en Ferraz son conscientes de que necesitan al partido de Yolanda Díaz. De que Sumar se asegure la tercera plaza frente a los de Santiago Abascal. En el debate de este miércoles, al que no acudió Feijóo, se escenificó un reparto de papeles del tándem Sánchez-Díaz para dejar a Sumar que crezca por los abstencionistas de izquierdas, mientras los socialistas se lanzan a por los indecisos de centro.

La estrategia del PSOE se ha ido adaptando a las expectativas y el tándem con Díaz da cierta credibilidad a la sensación que transmiten en la sala de máquinas de Ferraz sobre las opciones del bloque progresista. No buscan solamente salvar los muebles a costa de crecer por el espacio a su izquierda mediante el voto útil. Tanto PSOE como PP han pasado de mirar de reojo la batalla por la tercera plaza, entre Sumar y Vox, a interferir en ella. Una batalla que tendrá peso en el equilibrio de los bloques que salgan de las urnas para configurar mayorías.

Foto: Pedro Sánchez. (EC Diseño)

Los populares han incrementado en la recta final de campaña los ataques contra Díaz. Como si fuese un intento de desenmascarar el perfil amable del tique electoral de Sánchez, el líder del PP abría fuego este jueves con un juego de palabras sobre el "maquillaje" de la vicepresidencia y los "datos maquillados de empleo". La fundación Faes, que preside José María Aznar, iba un paso más lejos este viernes, para calificar a Díaz en un editorial como "un figurín neocomunista confeccionado a toda prisa con retales de Dior y mediocre literatura de autoayuda". Asimismo, la popular Cayetana Álvarez de Toledo le reprochaba como machista que "reivindicase a la mujer que plancha" por ser "retrógrado" y que "no veía desde el NODO". La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha cuestionado que "no sabe ni donde tiene la plancha" y, siguiendo la línea marcada por Faes, ha ironizado que "como no tiene armario va la pobre todo el día con lo mismo puesto".

Las expectativas del PSOE, según las encuestas, son francamente moderadas, pero en el partido se han conjurado por transmitir el mensaje de que "el partido está abierto" para atajar la desmovilización. Por el mismo motivo, los populares han querido rebajar las expectativas en los últimos días de campaña, aunque dan por segura una victoria "holgada". Los socialistas se niegan a hablar de bloqueo, aunque sí se refieren a "evitar que gobiernen el PP y Vox", lo que sin una suma del bloque progresista que ninguna encuesta ha detectado, salvo la del CIS, conduciría a una repetición electoral.

Una campaña anómala, fruto de un sorpresivo adelanto electoral que cogió sin aire a los territorios derrotados el 28-M, disruptiva en su diseño inicial, al priorizar los platós a los mítines y vaciar la agenda del candidato durante cuatro días seguidos, y con altibajos en el estado de ánimo de los socialistas. El PSOE pivotó del pesimismo al ánimo de remontada tras las primeras entrevistas de Pedro Sánchez en medios considerados no afines y el empuje de un José Luis Rodríguez Zapatero sin complejos para pinchar la "burbuja del sanchismo". El fallido debate a cara a cara, en el que Ferraz depositó todas sus esperanzas para revertir las encuestas, volvió a hundir el humor del partido. El cambio estratégico en el ecuador de la campaña y el control de la conversación, al ataque contra Alberto Núñez Feijóo, hizo que la formación recuperase algo de pulso para plantarse en el esprint final con la creencia de que "hay partido". "Todo está abierto. Ahora los bloques están casi empatados y si sigue la tendencia progresiva hasta el domingo le damos la vuelta", aseguran fuentes de Ferraz.

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