El nuevo presidente del CGPJ arranca su mandato con bronca y abocado al bloqueo

El nuevo presidente suplente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, renovó esta semana a los miembros de sus distintas comisiones. La maniobra levantó ampollas y cinco de los 16 vocales del órgano sumaron fuerzas para lanzar un mensaje: a partir de ahora, las decisiones más importantes que adopte el CGPJ pueden resultar nulas. El mandato de Guilarte arranca con bronca, y los resultados electorales auguran que la bronca será larga.

El principal cambio afecta a la Comisión Permanente del CGPJ, que es el órgano clave de cara a las decisiones del día a día. Sus miembros son los únicos con dedicación exclusiva y cobran un salario anual que supera los 125.000 euros. Nada más asumir la presidencia, Guilarte ha decidido sustituir a cuatro de sus siete miembros: los conservadores Juan Manuel Fernández, Juan Martínez Moya y Nuria Abad, así como el más cercano al PSOE, Álvaro Cuesta.

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Junto a la progresista Clara Martínez de Careaga, la respuesta de los relevados llegó en forma de voto particular. A lo largo de seis páginas, critican que habían sido convocados para el "examen de la situación del Consejo General del Poder Judicial", pero Guilarte, de corte conservador, apareció con una propuesta de reordenación "en mano". Según denuncian, ni siquiera fueron consultados previamente sobre su "parecer o preferencias", lo que hizo "inoperante la debida colegialidad, que es la esencia de este órgano constitucional".

Los vocales también sostienen que el trasvase de vocales de la Comisión Disciplinaria a la Permanente es "manifiestamente contrario a derecho", hasta el punto de que puede afectar a la validez de "todos los acuerdos que en el futuro adopten". "En el transcurso del pleno hubo vocales que, no teniendo limitación legal para participar en otras comisiones, expresaron su deseo de que se les adscribiera a otra de las comisiones distinta de aquella a la que habían sido asignados, sin que esta cuestión se sometiera a debate alguno, omitiendo todo diálogo e imponiendo la propuesta". El pleno del CGPJ no volverá a reunirse hasta el próximo septiembre, pero la primera decisión de Guilarte ya ha provocado un cisma. Frente a la habitual división por bloques, el nuevo presidente se encuentra, además, tanto con progresistas como con conservadores entre sus detractores.

El 23-J y los avisos de Bruselas

Guilarte asumió el puesto el 20 de julio. La mayoría de encuestas apuntaban entonces a una holgada victoria de Alberto Núñez Feijóo y desde el PP prometían reformar el sistema de elección del CGPJ. Este hipotético escenario político abría la puerta a desbloquear el órgano tras casi cinco años en funciones, pero los resultados finales arrojan una imagen muy distinta: ni el PP puede sacar adelante su reforma ni la renovación del CGPJ será posible sin que los dos grandes partidos alcancen un acuerdo.

El nombramiento de los 20 vocales del CGPJ seguirá exigiendo una mayoría de tres quintos del Congreso y el Senado hasta nuevo aviso. Si Pedro Sánchez logra los apoyos suficientes para una nueva investidura, Feijóo volvería a tener la llave para desbloquear el CGPJ, pero durante todos estos años de legislatura no ha dado ese paso. Si, por el contrario, se produce una repetición electoral, tocaría esperar al menos hasta diciembre.

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El bloqueo del CGPJ se alarga de nuevo y hace tiempo que se superaron las líneas rojas marcadas por Bruselas. El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, ha dejado claro en sus últimas visitas a España que tienen herramientas de presión como el bloqueo de fondos, la apertura de procedimientos de infracción e incluso dirigirse al Tribunal de Justicia de la UE.

"Recomendamos proceder a la renovación del CGPJ. Es una prioridad", advirtió el pasado mayo durante un acto organizado por la Asociación Mundial de Juristas en Madrid. "Será positivo implementar las recomendaciones antes del comienzo de la presidencia española de la UE en julio". Una vez más, España ya ha superado la fecha límite marcada por Bruselas, y nada apunta a que la renovación del CGPJ vaya a producirse a corto o medio plazo.