Cientos de asistentes y miles de euros en extras: el botín a repartir en el Congreso

No es solo poder político y visibilidad. El Congreso de los Diputados también significa recursos, humanos y materiales, y dinero para costear la actividad de los 11 partidos con representación en la Cámara Baja tras las elecciones generales del 23-J. La nueva Mesa es el órgano que reparte todos esos medios. Exceptuando a UPN, Coalición Canaria y BNG, que apenas cuentan con un escaño cada uno, y que no tendrán grupo propio, los otros ocho partidos se repartirán cerca de 300 asistentes, miles de euros en extras por cada puesto en la Mesa, en presidencias de comisiones o en portavocías. Los tres más pequeños, previsiblemente, contarán con un trabajador para cada uno de sus diputados, una ratio ligeramente superior a la del resto, pero necesaria para que puedan desempeñar su trabajo.

Solo en lo que toca a los asistentes, contratados por el Congreso a las órdenes de los grupos, en 2020 los partidos se repartieron 318 puestos entre responsables de prensa; de discurso y argumentario; perfiles jurídicos; personal de administración y expertos en distintos campos. No hay limitación para fusionar algunos de estos contratos, pero tampoco para que los partidos dediquen a otros fichajes parte de los más de 30.000 euros mensuales que han percibido, hasta hoy, por contar con grupo propio. A eso se sumaban 1.700 euros al mes por cada escaño logrado.

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Y, a título individual, los diputados pueden añadir a su nómina miles de euros por distintos complementos: si la presidenta de la Cámara Baja tenía derecho a más de 10.000 euros mensuales en tres extras, añadidos al sueldo de 3.126 euros que cobran todos los parlamentarios, el resto de miembros de la Mesa se repartía entre 3.260 y 2.700 euros en sus propios complementos.

Hasta la fecha, los portavoces percibían 2.900 euros extra al mes, los portavoces adjuntos algo más de 2.300, y a estos complementos se unían (sin opción de acumularlos) los cobrados por presidentes de comisión (1.600 euros), vicepresidentes, secretarios, portavoces y portavoces adjuntos. Son algunos de los extras de los que se benefician sus señorías, a los que se incorporan la tarjeta de 3.000 euros anuales para costear taxis y "la indemnización" para cubrir distintos gastos, que no tributa: 2.000 euros para quienes no residían en Madrid, 960 para quienes habitaran en la capital.

Ratio de 0,9 asistentes por diputado en la XIV Legislatura

Es el órgano de gobierno de la Cámara Baja el que fija las nuevas cuantías, el número de asistentes y las claves para el reparto y, en este sentido, el criterio aplicado en la XIV Legislatura y los resultados de las elecciones permiten anticipar algunos escenarios. Hace tres años y medio, el Congreso fijó en 0,9 la ratio de asistentes por cada diputado, 1,09 en el caso de los parlamentarios del Grupo Mixto. Es el PP, que pasa de 88 a 137 escaños, quien apreciará más mejoras en su situación. Fuentes parlamentarias calculan que, de 79,2 asistentes para 88 diputados, el PP puede pasar a contar con cerca de 115 o hasta 120 trabajadores.

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El PSOE se mantendrá casi en las mismas cifras, 108 asistentes pagados por la Cámara, ya que solo ha logrado un escaño más, y será Vox quien acuse un mayor desplome, al perder 19 escaños. Antes tenía 52 diputados y le correspondían 46 asistentes, y ahora solo cuenta con 33 actas. Sumar, heredero de Unidas Podemos, cuenta con 31 escaños, por lo que se espera que no logre mucho más de 25 asistentes, frente a los 31 que tuvo el grupo comandado por Pablo Iglesias. Ahora son más a repartir: Movimiento Sumar, Podemos, IU, los comunes, Más Madrid, Compromís, la Chunta Aragonesista y Més han obtenido escaño, y en el acuerdo no se desglosa el reparto de los recursos, más allá de lo estrictamente económico.

Con todo, e independientemente del reparto por escaños, hay una serie de puestos de confianza a repartir en función de los cargos que desempeñen sus señorías. En la pasada legislatura, como presidenta de la Cámara, Batet contaba con un Gabinete de ocho personas. El resto de miembros de la Mesa tenía dos asistentes cada uno, y todos los presidentes de comisión, cuyo número oscila en cada legislatura, suelen tener su propio asistente para gestionar este trabajo. Estos últimos se añaden a los 318 asistentes a repartir entre los grupos con base en los diputados logrados, y cada uno de los partidos intenta arañar el mayor número de contratos posible. Son claves para desplegar sus agendas políticas e influir en el resto. Los altavoces de la tribuna de oradores, las preguntas en sesión de control o las ruedas de prensa no son las únicas armas a las que acceden al entrar en el palacio de la carrera de San Jerónimo.