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Una notaria que trabaja en Salamanca cuenta la mejor anécdota con una clienta: "Me quiero morir"
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UN PEQUEÑO DESPISTE

Una notaria que trabaja en Salamanca cuenta la mejor anécdota con una clienta: "Me quiero morir"

Esta historia, que se ha hecho muy viral y está a punto de alcanzar el millón de visualizaciones en Twitter, comienza en un día de trabajo, o más bien por la noche

Foto: La responsable de la Notaría de Lumbrales, un pueblo de la provincia de Salamanca, cuenta su mejor anécdota (iStock)
La responsable de la Notaría de Lumbrales, un pueblo de la provincia de Salamanca, cuenta su mejor anécdota (iStock)

Hay situaciones del día a día que se convierten en auténticos "tierra trágame". Esto es lo que le ha ocurrido a Encarnación García Campos, la responsable de la Notaría de Lumbrales, un pueblo de la provincia de Salamanca de unos 1.500 habitantes. Un pequeño despiste le hizo vivir una de las anécdotas que recordará toda su vida.

En un hilo de Twitter, la notaria ha asegurado que tiene "la mejor anécdota de mi profesión hasta que me jubile". Esta historia, que se ha hecho muy viral y está a punto de alcanzar el millón de visualizaciones en la red social, comienza en un día de trabajo, o más bien por la noche.

"Las noches que me quedo trabajando en la Notaría pido la cena a un bar del pueblo", cuenta Encarna y resumidamente explica el sencillo método que utiliza para encargar su comida. Les envía un mensaje a través de WhatsApp con lo que le apetece cenar para que lo vayan preparando, lo recoge cuando se lo dicen y continúa trabajando. Fácil.

"Un gesto muy tierno y generoso"

Sin embargo, el otro día no hizo falta que se moviese de su despacho y su pedido llamó a su puerta: "Bueno, pues en vez de mandarle el mensaje a la dueña del bar, sin querer se lo he mandado a una clienta que se llama igual y la señora acaba de presentarse en la notaría con la cena y una Coca-Cola", cuenta, "me quiero morir de la vergüenza", añade, poniéndose en la piel de la otra mujer: "Imagina que te escribe un WhatsApp a las 10 de la noche de un viernes la notaria de tu pueblo con la que firmaste unas escrituras hace un tiempo para pedirte que le hagas la cena. No entiendes nada, pero se la preparas y se la llevas a la notaría. No puedo conmigo misma", concluye con el último tuit.

Los internautas no han tardado en reaccionar y en alabar el detalle de la vecina. "Qué bueno. Gracias por un momento de risas y buen rollo", "Pues me parece una historia preciosa. Y esa señora, una persona maravillosa", "Me parece un episodio precioso, que habla muy bien de ti y de la gente de tu pueblo. Enhorabuena", señala una persona, a lo que la protagonista asegura que "es un gesto muy tierno y generoso, estoy encantada con la plaza y con el trato de los vecinos".

Hay situaciones del día a día que se convierten en auténticos "tierra trágame". Esto es lo que le ha ocurrido a Encarnación García Campos, la responsable de la Notaría de Lumbrales, un pueblo de la provincia de Salamanca de unos 1.500 habitantes. Un pequeño despiste le hizo vivir una de las anécdotas que recordará toda su vida.

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