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Feijóo posterga la reunión con Abascal y valora citarse antes con otros partidos
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Feijóo posterga la reunión con Abascal y valora citarse antes con otros partidos

Génova vuelca su estrategia en denunciar que Sánchez sigue en el 'no es no' y tratará de romper la imagen de aislamiento con Vox como único aliado

Foto: El líder popular, Alberto Núñez Feijóo (2i), conversa con el responsable de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Rodrigo Jiménez)
El líder popular, Alberto Núñez Feijóo (2i), conversa con el responsable de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Rodrigo Jiménez)
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Alberto Núñez Feijóo no tiene ninguna prisa en cerrar la fecha de la reunión con Santiago Abascal antes de la investidura. El objetivo de Génova ahora es centrar el foco en la oferta trasladada este miércoles a Pedro Sánchez, que incluye constituir un Gobierno para los dos próximos años con seis pactos de Estado, y retratar a los socialistas en su estrategia del no sistemático a todo. Fuentes del PP detallan que en este momento no consta en agenda ningún encuentro para los próximos días, ni con Vox ni con el resto de partidos. Y tampoco está decidido si la formación ultraconservadora será la siguiente, porque Feijóo ya afirma que en la ecuación entran también Sumar y "el resto de partidos que quieran". La intención es romper la imagen de aislamiento con Vox a que le condenan la izquierda y los independentistas.

El PP anunció este miércoles el que sería su programa de gobierno si finalmente obtiene cuatro apoyos más y llega a la Moncloa. El planteamiento pasa por acotar el mandato a la mitad de lo que dura una legislatura al uso, y por desarrollar una agenda centrada en la regeneración democrática e institucional, con grandes pactos en materias trascendentales: La "independencia" del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el refuerzo de los pilares del estado de bienestar (sanidad, educación, pensiones o igualdad), el saneamiento económico que garantice la asistencia a las clases más vulnerables, la protección de las familias, un pacto nacional por el agua y la preservación del sistema territorial para fortalecer el estado de las autonomías, así como un nuevo modelo de financiación autonómica que sustituya al actual, caducado hace más de una década. Sánchez y Feijóo apenas reconocen haber coincidido en su mención al CGPJ y también vendieron fórmulas distintas.

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Ferraz respondió con un rechazo general a la propuesta de Feijóo. "Hemos pasado de querer derogar el sanchismo a rogar al sanchismo", ironizó la ministra de Educación en funciones y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, sobre el plan del líder del PP. Los socialistas, que mantienen las negociaciones con el independentismo para continuar en la Moncloa, no se mueven un ápice del discurso crítico contra el partido de Feijóo, a quien acusan de alimentar una "investidura fake". La estrategia de Génova, dicen, es una "pérdida de tiempo" que no tiene otro propósito que buscar la "supervivencia política" del dirigente gallego. "Está empeñado en hacerle perder el tiempo a la ciudadanía con una investidura condenada al fracaso", secundaron fuentes de Sumar, tildando de "ocurrencia" la oferta desvelada este miércoles.

Lo cierto es que la reacción de Sánchez no ha sentado nada bien en el PP. En la dirección nacional del partido, no solo lamentan la negativa de los socialistas a todo lo que ponen sobre la mesa, el no es no por sistema, también el desprecio recibido y las formas empleadas. En Génova, advierten de que las palabras de Alegría, por ejemplo, no están a la altura de la oferta ni de los pactos que se han planteado. Demasiada frivolidad. Sostienen que los temas tratados no son algo para tomarse a broma. "Tenemos una obligación histórica, proteger al Estado de estas exigencias que son inconstitucionales, discriminatorias y que no estaban en nuestros programas, ni han sido consultadas a los ciudadanos, por lo que no tenemos autorización para aceptarlo", dijo Feijóo este miércoles tras su intervención respecto a las exigencias de los independentistas, que exigen un referéndum de autodeterminación y la amnistía a todos los encausados por su rol en el procés.

Feijóo no quiere hablar de otra cosa que no sea la propuesta de Gobierno. Un modelo de respeto a la democracia y las instituciones frente a la destrucción de todos los consensos que persiguen los nacionalistas, abundan. Así, una vez anunciada la oferta, la premisa fundamental es insistir en esta idea, dejar pasar el tiempo y desgastar a Sánchez todo lo posible. Que cale la idea de que el PSOE prefiere un nuevo pacto con el independentismo, con costosas cesiones de dudosa legalidad, afirman, antes que grandes acuerdos de Estado.

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Este es el discurso que repiten los populares tanto en público como en privado, y continuarán replicando en los próximos días. "Entre los pactos de Estado que hoy ha ofrecido Feijóo, se encuentran dos enfocados a mejorar la economía y ayudar a los más vulnerables. Con una inflación que sigue subiendo y ahogando a las familias, ningún partido responsable y de gobierno debería rechazarlos", subrayó la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra. El PSOE les acusa de vivir instalados en el no, y los conservadores defienden que hoy han demostrado que no son ellos quienes practican el negacionismo permanente.

La reunión con Vox, sin fecha

La estrategia del PP, no obstante, esconde otra variante. La decisión de postergar la reunión con Vox suscita una segunda lectura, que tiene que ver con la necesidad de reforzar la credibilidad de Feijóo y alejar la imagen de aislamiento que quiere trasladar el PSOE, su retrato como un político que solo puede relacionarse con el partido de Santiago Abascal. No es algo que la dirección del partido reconozca abiertamente, pero a nadie se le escapa que Feijóo no puede quedar en ese escenario a un mes para la investidura, fijada para los días 26 y 27 de septiembre. Por eso, la formación dejará en suspenso el encuentro con Abascal hasta nueva orden, con todos los focos sobre Sánchez. La cita se producirá con seguridad, pero no está cerrada la fecha, ni hay prisa para asignarla.

En Génova, no especifican siquiera los partidos con los que se reunirán ahora. Al arranque de la semana, en el cuartel general de Feijóo asumían que su líder no participaría personalmente en las reuniones para buscar apoyos de los distintos partidos. De hecho, avanzaban la formación de un equipo que, hasta la fecha, no se ha constituido. Y el PSOE se ha servido de estos hechos para desgastarle, afirmando que esto supondría "una falta de respeto" a los grupos. Ahora, superado el hito de la reunión con Sánchez, y a casi un mes del pleno, sí se contemplan estos contactos personales.

Otra cosa es el orden a seguir. Fuentes populares advierten de que no existe una ley escrita que marque quién debe ser el siguiente. Si bien Vox es la tercera fuerza política del país, clave para cualquier suma o cábala de Feijóo y aliado en varias comunidades autónomas y municipios, no está garantizado que sea el segundo en la lista. Tanto, que incluso cabe la posibilidad de que se concierten encuentros con otras formaciones, como Coalición Canaria o UPN, que también confirmaron su voto para la investidura. "No está decidido", dicen en Génova.

Vox no tiene ninguna preferencia sobre cuándo debe ser la reunión. Fuentes cercanas a la formación ultraconservadora reconocen que sería "lógico" que ellos estuvieran por delante de otros partidos si las agendas así lo permiten, aunque ponen el acento en que el encuentro debe ser en cualquier caso entre Feijóo y Abascal, nunca con una delegación del grupo parlamentario, como planteó Borja Sémper días atrás. El líder popular, no obstante, ya ha dejado claro que será él quien asuma esta responsabilidad, con las puertas abiertas a todas las fuerzas constitucionalistas.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), y el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al inicio de la reunión mantenida este miércoles en el Congreso. (EFE/Zipi Aragón)

La dirección nacional de la formación ultraconservadora no se ha pronunciado sobre la propuesta del PP para gobernar. Desde el partido, señalan que será el propio Abascal quien lo haga en la futura reunión, una vez sea analizada por el Comité de Acción Política. Las mismas fuentes, sin embargo, detallan a este diario que en líneas generales no hay nada que les llame la atención para mal o que contradiga las condiciones impuestas para apoyar la investidura de Feijóo. Algunas, incluso, van en la misma línea, como la intención de "aislar a los independentistas" o avanzar en la "neutralidad de las instituciones".

La reacción ha sido sosegada. No hay intención por ninguna de las partes de provocar otro incendio en este momento. La oferta, añaden las voces consultadas, se ha recibido más como un planteamiento para todos los partidos del arco parlamentario y no como algo concreto para Sánchez. "Es algo importante y diferencial, porque si los acuerdos fueran bilaterales con el PSOE, diríamos que no automáticamente", añaden. Los dos partidos atraviesan ahora una fase de no agresión, lejos de las hostilidades de las últimas semanas, y nada indica que vaya a cambiar hasta la investidura en el Congreso de los Diputados.

Alberto Núñez Feijóo no tiene ninguna prisa en cerrar la fecha de la reunión con Santiago Abascal antes de la investidura. El objetivo de Génova ahora es centrar el foco en la oferta trasladada este miércoles a Pedro Sánchez, que incluye constituir un Gobierno para los dos próximos años con seis pactos de Estado, y retratar a los socialistas en su estrategia del no sistemático a todo. Fuentes del PP detallan que en este momento no consta en agenda ningún encuentro para los próximos días, ni con Vox ni con el resto de partidos. Y tampoco está decidido si la formación ultraconservadora será la siguiente, porque Feijóo ya afirma que en la ecuación entran también Sumar y "el resto de partidos que quieran". La intención es romper la imagen de aislamiento con Vox a que le condenan la izquierda y los independentistas.

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