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La desconexión de Monedero: el verso suelto de Podemos pierde el sitio tras pedir cambios
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Deja de presidir su fundación

La desconexión de Monedero: el verso suelto de Podemos pierde el sitio tras pedir cambios

El cofundador del partido, que mantiene un programa en la televisión de Iglesias, deja de presidir su fundación "de acuerdo" con Belarra. Reclamó a la dirección debatir el rumbo tras el 23-J por estar "a la defensiva"

Foto: Ione Belarra y Juan Carlos Monedero. (EFE/J.P. Gandul)
Ione Belarra y Juan Carlos Monedero. (EFE/J.P. Gandul)

Era el único integrante del núcleo duro de Podemos que se permitía criticar abiertamente a su dirección, el cofundador que corregía, incluso, a su líder histórico, Pablo Iglesias. Juan Carlos Monedero anunció el jueves que deja su cargo al frente de la Fundación República y Democracia, "de acuerdo" con la secretaria general morada, Ione Belarra. El profesor de ciencia política en la Universidad Complutense abandonó sus cargos en la dirección del partido en 2015, pero siempre estuvo cerca de la cúpula, y hasta hoy cuenta con asiento en la Ejecutiva de la formación, con voz, pero sin voto. No aclara cuál será su función en esta nueva etapa, ni abandona las siglas que contribuyó a construir hace 9 años. Pero sí deja la fundación que capitaneó desde el arranque de 2020, primero como director y después como presidente. Marca distancias.

Lo hace apenas mes y medio después de reprochar a la dirección que Podemos "está a la defensiva", y de exigir a los suyos que definan una nueva hoja de ruta, algo que Belarra escenificó este sábado junto a Irene Montero, sin reunirse previamente con la dirección de su partido. Monedero estuvo allí. Tras las elecciones generales, el cofundador del partido reclamó una "conferencia ciudadana" para reconectar con las bases, mencionando la opción de convocar un congreso —Asamblea Ciudadana—. Nadie respondió públicamente a esta llamada. Lo más parecido que hay hoy en el horizonte es el proceso por el que las bases podrán enmendar un documento elaborado por el núcleo duro morado, que recoge su plan para el nuevo ciclo político.

Foto: Yolanda Díaz y Alberto Garzón. (EFE/J. J. Guillén)

Podemos fue borrado del mapa en parlamentos como el madrileño o el valenciano el 28-M, y seguía en shock cuando cosechó apenas 5 diputados el 23-J. Después lanzó un ERE que afectó al 70% de su plantilla, y que su secretaria general atribuyó a Sumar, por las condiciones de su acuerdo para concurrir juntos a las generales. Los morados no se han recuperado de estos golpes. Y algunos dirigentes reconocen que el partido vive en un periodo de "reafirmación" en el que cada vez es más difícil expresar diferencias a la interna. Justo lo que Monedero reclama evitar.

Ni él ni Belarra han explicado los motivos de este paso al lado, pero el profesor universitario ha ido dejando algunas pistas: Podemos "va a saber reencontrarse otra vez con las mayorías de nuestro país"; "en las plazas tenemos que seguir escuchando"; "No dejemos de evaluarnos siempre con ojos críticos", abundó. Por si las dudas, incidió en que Podemos debe volver a comportarse como un "partido-movimiento", no como las fuerzas del sistema bipartidista a las que quería hacer frente.

Foto: El cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero. (EFE/Zipi)

Monedero cerraba así una semana en la que los suyos amagaron con actuar contra el juez del caso Neurona, Juan José Escalonilla, que lo mantuvo imputado durante años, y que finalmente lo sacó hace escasos días de la causa abierta en verano de 2020. Menos de una semana después de conocerse el auto, el exdirigente morado anunció que dejaba la fundación, mientras los suyos inundaban su perfil de Twitter de muestras de apoyo. A última hora de la tarde del viernes, Iglesias no estaba entre ellos, pese a su actividad en las redes para vender la nueva web de noticias de su televisión. Hace más de dos meses ya evidenciaban sus diferencias en lo referido a Díaz.

En sus filas le reconocen que ha dado la cara por el partido y por sus dirigentes, incluso en los momentos más duros, a veces disparando cargas de profundidad contra sus adversarios. "Se partió la cara durante años", incluso en las tertulias de televisión y los contextos más hostiles, rememora un dirigente. Y durante años ha sido uno de los principales activos del partido en sus actos, el engranaje no oficial de la dirección que caminaba más cerca de las bases. Fue uno de los escasos referentes de la izquierda en tomar la palabra durante la presentación del manifiesto Mover Ficha, el germen de Podemos, en enero de 2014, junto a un desconocido Íñigo Errejón y un Iglesias ya célebre por su faceta de tertuliano.

Foto: El que fuera 'número 3' de Podemos, Juan Carlos Monedero, junto al secretario general del partido, Pablo Iglesias. (Efe)

También ha estado entre los referentes morados que cargaron con más dureza contra Yolanda Díaz. Minutos antes de que lo hiciera Iglesias, Monedero exigió "respeto" a Díaz hace casi un año, en la Uni de Otoño de su partido, abriendo una de las etapas de mayor tensión con la vicepresidenta en funciones. La proximidad de las elecciones del 28-M y, sobre todo, del 23-J, le llevaron a recoger cable, discretamente. Compartió el diagnóstico de la cúpula morada sobre las similitudes entre Sumar y el PSOE con el núcleo duro morado, también sobre la falta de ambición en sus propuestas.

Pero reclamó el voto para Díaz, aunque para ello fuera necesario taparse la nariz. Criticó el veto a Irene Montero en las listas de Sumar, pero llamó a salir a pelear cada voto mientras Ione Belarra escenificaba su frialdad con Díaz en cada acto de campaña, sin dejar de reivindicar a Montero. Piensa prácticamente lo mismo que Belarra sobre el proyecto de Sumar, pero en ocasiones ha optado por el silencio, para no sembrar la desilusión entre sus votantes.

Foto: El exvicepresidente del Gobierno de España Pablo Iglesias (i) y el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero (d). (Europa Press/Alberto Ortega)

Su verbo encendido le ha jugado algunas malas pasadas, pero ha sido Errejón, otrora su alumno y antes número dos de Podemos, la diana principal de sus dardos dentro del espacio político a la izquierda del PSOE. Nunca perdonó el rol jugado por el hoy diputado de Sumar para apartarle de la dirección morada, ni tampoco que Errejón trabajara con nocturnidad para arrebatarle a Iglesias el control del partido. Hasta cuando salía a defenderle en redes sociales solía dejarle recados.

Hasta hoy ha ejercido como una suerte de verso suelto, permitiéndose algunas licencias: llegó a señalar públicamente que el mayor defecto de Iglesias es su "soberbia intelectual"; en 2015 ya reprochaba a los suyos que consideraran "más importante un minuto de televisión" que cuidar a sus bases. Y, cuando dejó su cargo en la dirección, lamentó que Podemos se asemejase a quienes pretendía sustituir, además de exigir su retorno a los orígenes. "Quizás Juan Carlos no es un hombre de partido, es un intelectual que necesita volar", respondió Iglesias entonces.

Foto: El exlíder de Podemos Pablo Iglesias. (EFE/Kai Forsterling)

En julio de 2019, durante las agónicas negociaciones con el PSOE, cuyo fracaso desembocaría en unas nuevas elecciones generales, consideró "excesivas" las "cesiones" de Iglesias ante la "soberbia e insensatez" de un Pedro Sánchez que aún no estaba dispuesto a gobernar junto a los morados. "A ver si de tanto ceder se va a desvanecer toda la razón que le llevó [a Podemos] a nacer hace cinco años", advirtió.

Tras pasar algunas semanas de viaje, durante el verano, Monedero ha rebasado el mes sin publicar nuevas entregas de su programa, En la frontera, que emite la televisión de Iglesias. En paralelo, la web de la fundación ya recoge que es el exJemad y exjefe de Gabinete del exvicepresidente segundo, Julio Rodríguez, quien preside este organismo.

El perfil de Rodríguez en Twitter está cargado de mensajes de apoyo a Irene Montero y Ione Belarra, pero también de críticas a Sumar. Esta misma semana, en concreto, hay una mención a su portavoz en el Congreso, Marta Lois, y otra más explícita hacia Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital. “Entre la "melindrosa vacuidad" y lo "superguay" vamos servidos. ¡Mare meua! #YoConIreneMontero”, escribió.

"El aguijón crítico de Monedero es imprescindible para mí y para nosotros como formación política", aseguró Iglesias en abril de 2015. Un mes y medio después de reclamar un cambio de rumbo, y hasta de señalar la necesidad de convocar algo parecido a un congreso, el académico de referencia entre los morados vuelve a pedir autocrítica y un retorno a las esencias. Y rompe el último amarre orgánico con un satélite de su partido.

Era el único integrante del núcleo duro de Podemos que se permitía criticar abiertamente a su dirección, el cofundador que corregía, incluso, a su líder histórico, Pablo Iglesias. Juan Carlos Monedero anunció el jueves que deja su cargo al frente de la Fundación República y Democracia, "de acuerdo" con la secretaria general morada, Ione Belarra. El profesor de ciencia política en la Universidad Complutense abandonó sus cargos en la dirección del partido en 2015, pero siempre estuvo cerca de la cúpula, y hasta hoy cuenta con asiento en la Ejecutiva de la formación, con voz, pero sin voto. No aclara cuál será su función en esta nueva etapa, ni abandona las siglas que contribuyó a construir hace 9 años. Pero sí deja la fundación que capitaneó desde el arranque de 2020, primero como director y después como presidente. Marca distancias.

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