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Tambores de guerra en Podemos contra Yolanda Díaz antes del destierro de Irene Montero
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Sin "confianza" mutua

Tambores de guerra en Podemos contra Yolanda Díaz antes del destierro de Irene Montero

El partido enmienda a la totalidad el discurso de Sumar esta semana y a su portavoz, Marta Lois. Subirán progresivamente los decibelios cuando se confirme que la ministra de Igualdad en funciones no repetirá. Los dardos mutuos en redes son explícitos

Foto: Yolanda Díaz e Irene Montero. Al fondo, Enrique Santiago. (EFE/Kiko Huesca)
Yolanda Díaz e Irene Montero. Al fondo, Enrique Santiago. (EFE/Kiko Huesca)

Podemos ha vuelto a incrementar esta semana sus críticas hacia Sumar. Aunque mide el nivel de los decibelios, no solo denuncia su arrinconamiento, también enmienda la estrategia de su grupo parlamentario. Cuestiona que no le dieran espacio en el pleno de investidura fallido de Alberto Núñez Feijóo o la intervención principal de la portavoz, Marta Lois. Denuncia ausencias en los discursos y repite que no deben ser "comparsa" de un PSOE que les pasó por la izquierda con la intervención de Óscar Puente en lo que a la batalla cultural se refiere. Y hasta refuerza sus propias posiciones en materias tan sensibles como el referéndum de autodeterminación catalán, en plena negociación para atar los apoyos que permitirían investir a Pedro Sánchez. Pero se esmerará en calcular sus pasos, al menos, hasta que se resuelva la conformación del futurible nuevo Gobierno de Sánchez.

Esto es, hasta que la coalición que lidera Yolanda Díaz aclare quiénes serán los dos o tres elegidos para ser ministros, junto a la vicepresidenta segunda en funciones. La cifra de carteras puede variar, pero la reducción de carteras dificulta que puedan llegar a nombrar a otros cinco ministros en representación de la coalición, y los aliados de Díaz reconocen que previsiblemente serán tres o cuatro. El elefante en la habitación es el rol que desempeñará Irene Montero en esta etapa, y varias fuerzas integradas en Sumar dan por hecho que no repetirá. Ni se ha comunicado a Podemos, ni el entorno de Díaz acepta estar hablando de nombres concretos. Mantiene que hoy toca cerrar el acuerdo programático con el PSOE, antes dar más pasos. Todos los actores prevén pisar el acelerador y reforzar posiciones la próxima semana.

Montero ya fue excluida de las listas al 23-J, Sumar enmendó su visión del feminismo en campaña, pero no ha dado pasos significativos para presentar una hoja de ruta específica en esta materia, ni quiere confirmar que el destierro de la titular de Igualdad en funciones es definitivo. Las preguntas sobre Montero son reiteradas, el desgaste que les generan es reconocido por algunos y minimizado por la mayoría. Y, sin embargo, las evasivas se han sucedido durante meses.

Podemos trabaja para establecer su nuevo rumbo político, que marcará un documento elaborado por el núcleo duro, después presentado a la militancia para estudiar enmiendas. En paralelo, Pablo Iglesias se sirve de sus altavoces mediáticos para abrir el camino. Esta semana rescató intervenciones de otros portavoces de su espacio para compararlas con la de Lois.

Futuro en el aire

Hace apenas 10 días, Díaz llegó a dudar de su propio futuro en el Gabinete, y pasó a Sánchez la patata caliente de la decisión sobre Montero. El jefe del Ejecutivo en funciones y su núcleo duro ya fueron explícitos sobre su malestar con la ministra cuando arreciaban las críticas por las rebajas de penas a agresores sexuales en aplicación de la ley del sí es sí. Fuentes moradas reconocen que es casi imposible que Sumar y PSOE vuelvan a contar con ella, pero seguirán peleándolo.

Aseguran que no les preocupa en exceso que su empeño se perciba como un pulso por su sillón, y repiten que su permanencia es lo único que garantizará nuevas políticas "ambiciosas" en esta materia. Entre sus compañeros de grupo, hay quienes piden naturalizar las discrepancias, y quienes muestran estupefacción y enfado por la actuación de los morados. Con sus protestas al verse excluidos del reparto de portavocías parlamentarias testaron su capacidad de marcar la agenda de todo su espacio, y el resultado fue más que satisfactorio para ellos.

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Por un lado, Podemos reconoce que la nueva mayoría parlamentaria no es "progresista", que no avalará normas del calado de la ley de vivienda aprobada en la pasada legislatura. Y, por otro, vende que Montero garantiza avances en políticas feministas. Es su caballo de batalla, y su relación con Sumar no se verá redefinida hasta que Díaz no confirme que la titular de Igualdad en funciones no tiene hueco en su esquema. Y, por tanto, que ya no tiene las manos atadas para relanzar su figura política.

Hay una parte de sus movimientos que persigue la consolidación de Montero como icono feminista y "mártir", afirman entre los aliados de Sumar. Y hay otra que tiene que ver con el enfado por la ausencia de "democracia interna" que ya echan en falta otras fuerzas del espacio. IU propuso una hoja de ruta a Díaz hace 10 días, y reclamó que las decisiones se tomen por consenso, y reclamó avances para conformar la estructura de la coalición más allá de lo electoral. Podemos se hizo eco de parte de las palabras de Garzón, como lo hizo con las reivindicaciones de Alianza Verde, y con sus críticas por la invisibilización de las políticas verdes en el discurso de los portavoces de Sumar.

Foto: Lander Martínez, Yolanda Díaz y Pilar Garrido. (EFE/David Aguilar)

Dentro del espacio político, hay voces moradas y de otras fuerzas que se muestran muy pesimistas sobre la posibilidad de encauzar las relaciones. Que el nuevo periódico de Iglesias "disparase" contra Nacho Álvarez, responsable económico morado y portavoz de Sumar en esta materia, ha sido acogido con preocupación incluso entre las filas de Ione Belarra. Es difícil que pueda haber unidad, abundan, "cuando todos se han perdido la confianza".

La tensión entre destacados aliados de Díaz y dirigentes de Podemos es evidente, incluso, en las redes. El ejemplo más claro este sábado fue el de Emilio Delgado, diputado de Más Madrid en la Asamblea y portavoz en el ayuntamiento de Móstoles, criticando un fragmento de las declaraciones de la secretaria de Estado de Igualdad en funciones, Ángela Rodríguez Pam. "Declaraciones que son un despropósito. No sé cuál es el camino que según la Secretaria de Estado propone la medicina y las mujeres 'no podemos ni queremos transitar'. Pero se que la medicina es una ciencia, no una institución. Y que los hábitos de vida saludables, salvan vidas", escribió Delgado. "Descontextualizar mi intervención en un acto con mujeres que sufren violencia obstétrica para sugerir que soy negacionista deslizando que necesito hábitos saludables es desafortunado y además destila machismo y gordofobia. Claro que la medicina tiene sesgos. Infórmate, Emilio", respondió la número dos de Igualdad. Dirigentes morados de la talla de la propia Montero condenaban estas palabras: "Siempre en tu equipo frente al machismo, la gordofobia y la ignorancia", escribió.

Más allá de los recados en los medios y las redes sociales, Podemos se desmarcó el viernes de la posición oficial de Sumar en lo que toca al referéndum de autodeterminación catalán. Podem votó en el Parlament en contra de la iniciativa política de Junts y ERC, que apuestan por condicionar su apoyo a la investidura a que Sánchez se comprometa a dar pasos hacia el referéndum. La posición la marcaron los Comunes, donde se engloba el partido morado, y su coordinadora regional, Conchi Abellán, dejó ver en las redes sociales que no quieren que el referéndum condicione la investidura, pero que siguen apoyando una consulta que Sumar y los Comunes no contemplan. El partido de Belarra siempre apostó por una consulta pactada y por el "no" a la independencia.

Foto: La presidenta del Congreso, Francina Armengol. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Con la ronda de consultas de Felipe VI a la vuelta de la esquina —lunes y martes—, quedan escasas semanas antes de que Sánchez cierre el pacto y consume la formación del Gobierno, si finalmente logra los apoyos necesarios. La presión de Podemos a Díaz irá en aumento, y los aliados de Sumar lo saben. La duda es hasta "dónde" llegará.

Podemos ha vuelto a incrementar esta semana sus críticas hacia Sumar. Aunque mide el nivel de los decibelios, no solo denuncia su arrinconamiento, también enmienda la estrategia de su grupo parlamentario. Cuestiona que no le dieran espacio en el pleno de investidura fallido de Alberto Núñez Feijóo o la intervención principal de la portavoz, Marta Lois. Denuncia ausencias en los discursos y repite que no deben ser "comparsa" de un PSOE que les pasó por la izquierda con la intervención de Óscar Puente en lo que a la batalla cultural se refiere. Y hasta refuerza sus propias posiciones en materias tan sensibles como el referéndum de autodeterminación catalán, en plena negociación para atar los apoyos que permitirían investir a Pedro Sánchez. Pero se esmerará en calcular sus pasos, al menos, hasta que se resuelva la conformación del futurible nuevo Gobierno de Sánchez.

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