Errejón rinde Más País a Yolanda Díaz entre las suspicacias de sus socios

Íñigo Errejón empieza a dar pasos para rendir sus —modestos— castillos a la organización que prevé construir Yolanda Díaz. En buena parte de los territorios, Más País no tiene organización y cuenta con escasos cuadros. Y Movimiento Sumar sigue siendo un "partido instrumental" sin órganos, que espera a que se forme gobierno antes de anunciar siquiera la fecha de su primera asamblea, prevista para finales de 2023 o inicios de 2024. En este marco, el diputado ya ha celebrado la disolución de Más País Andalucía, el pasado fin de semana, para integrarse dentro de una formación que aún no ha anunciado pasos concretos en ningún territorio. Apenas ha hecho público que quiere vertebrarse en Euskadi, y previsiblemente hará lo propio en Galicia, visto que el próximo año habrá elecciones en ambas comunidades autónomas.

La operación, en palabras de un exdirigente de una de las organizaciones dentro de la confluencia que capitanea Díaz, pasa por integrar "la nada" en "la nada". Y esto, añaden desde el partido de la vicepresidenta segunda, siempre que los responsables de pilotar la construcción de Sumar en los distintos territorios decidan abrirles las puertas. En Andalucía, donde IU (en concreto, el PCE) copó la mayoría de puestos de salida para las generales del 23-J, interpretan que el movimiento tiene sentido, pero avisan de que cada territorio debe seguir sus propias lógicas. El "objetivo" de Sumar es "ensanchar democracia" y "el espacio político", afirman, parafraseando a Díaz, y "no integrar otros partidos" sin más. Ha habido acercamientos en regiones como Murcia, pero afirman que hoy no hay adhesiones, como tal, sobre la mesa. La intención es que sigan produciéndose, y en el equipo de la vicepresidenta segunda lo saben.

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"Hemos decidido que, en lugar de trabajar por la marca con la que lo hemos hecho estos tres años, vamos a poner nuestra fuerza en movimiento Sumar, dotándola de una base y estructura que aún está por definir", afirmó el pasado fin de semana Esperanza Gómez, líder del partido en Andalucía. El lunes, el portavoz del partido de Díaz, Ernest Urtasun, alabó el paso dado por Gómez: "Es una excelente noticia que las formaciones se impliquen en la construcción de Sumar". En la misma rueda de prensa, animó al resto de formaciones a participar en la constitución del partido. A "remar en la dirección de construir un proyecto ganador".

La decisión política de Más País, avanzada por eldiario.es y confirmada por El Confidencial, es sumarse a la construcción de la organización en el resto de territorios, pero hay varios terrenos vedados para hacerlo. Nadie contempla que la vicepresidenta segunda intente aterrizar un proyecto propio en Cataluña, en Comunidad Valenciana o en Madrid. Son los feudos de los Comunes, Compromís y Más Madrid, la formación que Errejón contribuyó a fundar, con la que participa en actos y mítines, pero en la que no ostenta poder orgánico. Si el partido de Mónica García logró un 18% de los votos el 28-M, el Más País de Errejón apenas obtuvo el 7,7% en Asturias, y no llegó al 3% en Murcia. La letra pequeña, además, es importante: en la primera región concurrió junto a IU, que es la organización de su espacio político con mayor peso en Asturias. En la segunda quedó por detrás de la coalición de IU, Podemos, Alianza Verde y Equo, y ni siquiera logró representación en el Parlamento.

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Errejón entró en el Congreso como número 4 por Madrid, dentro de la cuota de Más Madrid, pero no ostenta un rol concreto en este partido. Más Madrid afronta estos días el Congreso en el que García revalidará su liderazgo y actualizará la dirección, que previsiblemente culminará a finales de noviembre. El exdirigente de Podemos, que renunció a ser el candidato de los morados a la Asamblea de Madrid para crear su propia marca, abandonó Más Madrid meses después para dar el salto a las generales. Lo hizo aliado con Compromís, y apenas lograron tres escaños.

Hoy, su rol en Sumar también plantea incógnitas: de todos los parlamentarios alineados con Díaz, es el único con experiencia como portavoz en el Congreso, pero no ostenta ninguna de las cuatro portavocías que tenían a su alcance. Tampoco ostenta el título de portavoz, que Urtasun ha heredado del periodo de campaña. Suele intervenir en televisión todas las semanas, y hasta acude a alguna entrevista que Sumar distribuye en sus canales de prensa, pero son Urtasun y Marta Lois, junto a Díaz, quienes acaparan los focos. A diferencia de Enrique Santiago (IU) y, por supuesto, de cualquier representante de Podemos, su discurso es casi idéntico al de Urtasun o Díaz.

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La animadversión que genera el político madrileño en Podemos se da por descontada, pero hay otras organizaciones del espacio de Sumar que ya miran de reojo este movimiento. Y que le afean que en su día intentara tomar las riendas del partido morado, pero sin disputar abiertamente el liderazgo a Pablo Iglesias. Entienden que busca "controlar" las futuras estructuras del espacio, desde antes incluso de que oficialmente se haya puesto la primera piedra para dar comienzo a su construcción. Recuerdan que García ya le ha dejado claro que es ella quien toma las decisiones en Más Madrid, e interpretan que Errejón opta por esta vía para asegurarse un poder orgánico que no podría obtener por otras vías, dado que su proyecto político no ha cogido vuelo.

Públicamente, solo Podemos e IU han reclamado a Díaz que aborde la construcción de órganos de decisión y debate dentro del espacio, pero fuera de cámara otros partidos de la coalición critican que Urtasun presuma de que las decisiones se toman "democráticamente", cuando en buena parte de las ocasiones se les informa cuando ya están tomadas. Ocurrió con el dictamen jurídico sobre la ley de amnistía, cuyos pilares apenas conocía IU, y no así Podemos, Más Madrid y otros partidos de la confluencia electoral. El diputado de Más País está en el núcleo de confianza, ha defendido a capa y espada apuestas como la herencia universal que Díaz abanderó en campaña, que no gustan en su espacio.

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Mientras los morados van dando pasos que apuntan a una posible ruptura, IU ha pedido a la vicepresidenta segunda que dé los pasos para constituir su partido como "uno más" dentro de la coalición, y que la convierta en un "frente amplio" que garantice voz y voto a todos sus integrantes. Las maniobras de Errejón son vistas con escepticismo entre algunas voces de Sumar, que advierten de que toca generar organización, y no repartir sillones.

También las perciben con desconfianza quienes no bendicen que Díaz lo tenga entre sus allegados. O que dejara Podemos para participar en dos elecciones distintas, autonómicas y generales, con dos nuevas siglas, el mismo año. O que su filial en Canarias decidiera romper amarras, entre críticas. Con un ojo, observan los movimientos de Errejón, y con otro las de Sumar en territorios como Euskadi, donde las formaciones que componen Elkarrekin Podemos cuestionan que Díaz quiera construir su propio espacio, cuando ellos ya cuentan con una marca "asentada". La tensión crece, pero nadie espera un estallido hasta que haya gobierno.