Feijóo evita una "revolución" en Génova y se blinda ante un ciclo que medirá su liderazgo

Alberto Núñez Feijóo ha comenzado a deshojar ya la margarita de los cambios en el PP. Y no va a arriesgar. En su equipo advertían de que "no habrá una gran revolución". Que los "ajustes" serán "quirúrgicos", "mínimos", pero precisos. La confirmación de Cuca Gamarra como secretaria general del PP "a tiempo completo" es una muestra de esa determinación. El líder popular se rodeará de su guardia pretoriana para afrontar la nueva etapa. La remodelación se ceñirá más bien en la definición de los roles de cada uno de sus alfiles, y acertar con el papel de cada uno de los dirigentes de los que se ha rodeado desde que aterrizó en el 13 de Génova. Habrá premiados, pero no castigos severos. "Él nunca ha dejado cadáveres en el camino", recuerdan fuentes de su confianza.

El líder del PP mantendrá a su cúpula de fieles para la batalla que viene, una decisión que no satisface la exigencia de algunos sectores del partido que pedían a Feijóo "cambios profundos" para enjuagar el shock de no gobernar y los errores que se cometieron antes, durante y después de la campaña del 23-J. "Es hora de poner a los mejores, no a los amigos", apela por ejemplo un fontanero de la etapa de Mariano Rajoy. La última decisión corresponde al líder.

En el cuaderno de Feijóo hay un grupo de nombres que seguirán en puestos clave. Cuca Gamarra, Elías Bendodo, Esteban González Pons, Borja Sémper, Carmen Fúnez y Miguel Tellado. Pero están por ver las nuevas funciones de cada uno. El líder del PP aprovechó el congreso de los populares riojanos de este sábado para confirmar un secreto a voces: premia a Cuca Gamarra con la secretaría general del partido —orgánicamente implica ser la número dos en Génova—, y deja vía libre para nombrar un nuevo portavoz en el Congreso.

En los últimos días, Miguel Tellado se ha colocado en cabeza de las quinielas para desempeñar esa responsabilidad. En este momento, se disputaría el cargo con Carmen Fúnez, una vicesecretaria desconocida a nivel mediático, pero con "cintura" negociadora, y que cuenta con la máxima confianza de Feijóo. Como publicó El Confidencial, los territorios ven con recelo una excesiva galleguización del PP y rechazan la posibilidad de dar más foco y poder al equipo con el que el líder popular aterrizó en Madrid desde la Xunta.

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Pilar Gómez

Miguel Tellado es uno de los hombres en los que más confía Feijóo. Fue su escolta político durante años en Galicia, su muñidor en la sombra. Desde abril de 2022, ejerce el mismo papel en el ámbito nacional. El vicesecretario de Organización cumple, además, con el requisito de "portavoz duro" que busca Feijóo para rearmar al partido y ofrecer su cara más severa de oposición. Algunos le apodan como el dóberman de Feijóo, el dirigente que, desde hace años, centraliza los mensajes más duros frente a la institucionalidad que suele destilar su jefe de filas. Y, en un contexto de máxima tensión política, ese tipo de perfiles cotizan al alza.

La decisión, no obstante, tendría algunos inconvenientes. El primero sería la imagen de bunkerización que trasladaría Feijóo al resto del partido, refugiándose en su guardia pretoriana gallega. A priori, el gallego hace oídos sordos a las críticas. Sabe que la oposición va a ser dura también a nivel interno. El rechazo a los acuerdos con los soberanistas y la amnistía a Carles Puigdemont debe reflejarse con la misma intensidad en las encuestas en favor del PP o empezarán los movimientos.

Escoger a Tellado iría también en contra de la "obsesión" de Feijóo por "feminizar" el partido, una idea que siempre ha rondado la cabeza del dirigente gallego. Con la salida de Cuca Gamarra de la portavocía, el nombre de Carmen Fúnez ha ganado mucha fuerza. El pasado viernes, ambos se dejaron ver juntos con motivo de un acto por el Día de la Lucha contra la Violencia de Género. También sonaron otros nombres para ocupar un puesto "clave" en la siguiente etapa, como el de Esteban González Pons o Borja Sémper. Pero han perdido fuerza en los últimos días y la decisión parece oscilar definitivamente entre Tellado o Fúnez.

Las gallegas, un test al liderazgo de Feijóo

Día del Apóstol Santiago. Alberto Núñez Feijóo cumple con la tradición. Va a dar gracias al patrón de España. El ánimo no es de celebración. Hace apenas dos días, el 25 de julio, había ganado las elecciones, pero era consciente de que no podría gobernar. Los pronósticos que le llevaron a abandonar su tierra habían fallado. No sería presidente, acudía a la ofrenda floral como líder de la oposición. Quienes le conocen aseguran que ese día pasó por su cabeza dejarlo todo. Morriña gallega. En Galicia ha estado siempre su pasado y de Galicia dependerá también cómo se escriba su futuro inmediato. Las elecciones en su feudo supondrán un test a su liderazgo.

"Perder la mayoría absoluta en Galicia sería un golpe letal", señalan en el PP, donde saltaron todas las alarmas cuando el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, hizo unas declaraciones en EsRadio pidiendo a Vox que no concurriese a los comicios gallegos. "Nos jugamos la mayoría", apostilló, ante un partido que vio confirmado un rumor que llevaba meses en el aire: hay opciones de perder el bastión gallego. Alfonso Rueda, el delfín de Feijóo, aún no ha confirmado un adelanto electoral que se da por hecho. La pandemia obligó a ir a las urnas en julio, pero ahora se espera volver al calendario tradicional y que se celebren en primavera.

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Ana Belén Ramos

Sobre la mesa hay encuestas internas que abren la puerta a un Gobierno del PSOE en coalición con formaciones de izquierdas como Sumar y el BNG. Si los de Yolanda Díaz, también gallega, logran representación en las tres provincias, complicarán el tablero. Vox también resta. En Génova recuerdan que hubo provincias donde perdieron escaños porque el voto a los de Santiago Abascal favoreció a los socialistas. En las vascas y catalanas se espera mejorar, pero el verdadero termómetro será el gallego. Incluso un fuerte castigo a Sánchez en las europeas no sería suficiente porque los partidos asumen que no son representativas de la realidad nacional.