Es noticia
Marlaska y Robles: los ministros a prueba de la caza de brujas del independentismo
  1. España
Nuevo gobierno

Marlaska y Robles: los ministros a prueba de la caza de brujas del independentismo

Los daban por amortizados, pero ellos siempre confiaron en repetir. Aunque ERC y PNV han pedido su cabeza, para Sánchez son "una garantía de gestión" pese a que no son del núcleo duro

Foto: Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska. (EFE/J. C. Hidalgo)
Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska. (EFE/J. C. Hidalgo)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

"Tenemos un extraordinario ministro del Interior en la persona de Grande-Marlaska". La defensa de Pedro Sánchez en el debate de investidura de uno de sus hombres más cuestionados descolocó a una parte de la bancada socialista. El presidente llevó con absoluta discreción la configuración de su nuevo gabinete. Salvo el núcleo duro compuesto por Félix Bolaños, María Jesús Montero, José Manuel Albares, Pilar Alegría y Teresa Ribera, el resto del Consejo de Ministros estaba a la espera de una llamada para confirmar destino. A Marlaska muchos le daban por amortizado e incluso alguno de los que aplaudió al presidente por su intervención aspiraba a ser ministro del Interior.

Los socios con los que Sánchez tendrá que afrontar la legislatura no remaban precisamente a favor. Tanto Marlaska como la ministra de Defensa, Margarita Robles, han estado siempre en el punto de mira de ERC y el PNV. Los republicanos esconden su animadversión por un tipo de político que "lastra al PSOE". Muchas veces han estado en la cuerda floja las "bestias negras" del independentismo, pero su capacidad de resistencia está solo a la altura de la de su jefe.

"Hasta una decena de candidatos hemos contado", aseguraba a El Confidencial un estrecho colaborador de Marlaska que siempre tuvo la intuición de que mantendría el cargo. Nombres como el de Antonio Hernando, que ha vuelto a Presidencia, o la vicelendakari, Idoia Mendia, han copado unas quinielas que volvieron a fallar. Ya en mayo se colocó al ministro del Interior fuera del Gobierno. Se llegó a dar por hecho que sería el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Él en privado siempre ha sostenido que saldría junto con el presidente.

¿Por qué Sánchez reafirma a un ministro envuelto en la polémica y señalado por sus socios de Gobierno? La respuesta la da un veterano socialista que ha sido durante años confesor del presidente: "La confianza reside en la capacidad de gestión". El ministerio del Interior siempre ha sido una bomba de relojería y, en opinión del presidente, Marlaska ha sabido apaciguarla. No en vano, el próximo 14 de febrero se convertirá, salvo sorpresa, en el ministro del Interior más longevo de la historia, cuando cumpla seis años en la calle Guzmán el Bueno y desbanque a José Barrionuevo, que dirigió el área de 1982 a 1988. "Ha profesionalizado el cargo", insisten en su equipo.

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una imagen de archivo. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Aunque han ido teniendo una relación más personal con el paso de los años, Marlaska es ajeno al círculo íntimo del presidente. "Nos dijo que esperaba repetir hace días, pero no quería dar nada por hecho hasta que le llamasen", apuntan fuentes cercanas al juez. No está en las decisiones de estrategia política. Llegó al bautizado como Gobierno bonito en 2018, después de haber sido uno de los candidatos de Mariano Rajoy para ocupar la Fiscalía General del Estado. Su paso por la política le ha enemistado con muchos de los que le admiraron como juez en la Audiencia Nacional. Es el caso de algunas asociaciones de víctimas, que le reprochan los pactos del Ejecutivo con Bildu o la política de excarcelaciones y acercamiento de etarras. También le ha costado algún disgusto con su familia.

Con el marchamo de ser uno de los seis ministros que empezó con Sánchez, se ha ganado a pulso la fama de incombustible. Aguantó pese al desgaste sufrido por la tragedia de la valla de Melilla, donde perdieron la vida 23 inmigrantes, según las cifras oficiales, y más de 80, según las ONG. Su relación con la Guardia Civil ha sido tortuosa por asuntos como el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos, al que tuvo que restituir por decisión del Tribunal Supremo, o como el castigo reciente a los guardias que criticaron la ley de amnistía.

Foto: Diego Cabezuela Sancho, abogado y socio director de Círculo Legal Madrid Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Pérez de los Cobos, la rebelión del Derecho
Diego Cabezuela

Precisamente, el ascenso de un mando de la Guardia Civil le abrió un frente con el PNV y Bildu, que acusaban a Arturo Espejo de estar presuntamente implicado en la muerte de Mikel Zabalza en 1985, tras supuestas torturas en el cuartel de Intxaurrondo. Si hubiese estado en manos de los de Aitor Esteban, Marlaska no hubiese repetido. Ha sido un freno constante para la ley de secretos oficiales de los nacionalistas vascos. De "nuevo Roldán" llegaron a etiquetarle por el caso Cuarteles, que destapó una presunta trama de corrupción de altos mandos con la reforma de las instalaciones.

"Si hubiera tenido que irse, lo hubiese hecho en silencio. No tiene más aspiraciones políticas", aclara un compañero. Esta "no ambición política" es una de las características que más gustan a Sánchez. Los ministros del Interior han estado tradicionalmente envueltos en conspiraciones y con unas intrigas palaciegas en las que Marlaska no participa. Otro mérito para la Moncloa es la buena relación que ha entablado con sus homólogos en Marruecos.

La mejor valorada

Una fija entre los llamados a relevar a Marlaska es la ministra de Defensa, Margarita Robles. Ella siempre lo ha negado. El caso de la también juez es otro de los que solo se explican desde la necesidad de Sánchez de no hacer experimentos en los llamados ministerios de Estado. La legislatura va a ser de alto voltaje. En el PSOE achacan la permanencia de la ministra mejor valorada a que, "si la echa, es de las que se va armando un escándalo".

Por el contrario, los que conocen el vínculo con el presidente desde que fuese uno de los apóstoles que le acompañó en su resurrección, después de haber sido expulsado con nocturnidad de Ferraz, hablan de que entre ellos existe "algo especial". La conversación con Robles para que siguiese en Defensa fue más allá de una mera confirmación. Pese a no tener carné del partido, nunca ha esquivado la lucha política. Sonados fueron sus enfrentamientos con Gabriel Rufián a cuenta del espionaje con Pegasus. ERC llegó a pedir su cabeza, Sánchez se la negó. Marlaska y Robles tampoco cuentan con la simpatía de Yolanda Díaz, con la que han tenido discrepancias por choque de competencias. Son dos de los ministros más outsiders de un gabinete que en los primeros días ya ha dado muestras de que hay demasiados gallos en el gallinero. Ellos ya están de vuelta.

"Tenemos un extraordinario ministro del Interior en la persona de Grande-Marlaska". La defensa de Pedro Sánchez en el debate de investidura de uno de sus hombres más cuestionados descolocó a una parte de la bancada socialista. El presidente llevó con absoluta discreción la configuración de su nuevo gabinete. Salvo el núcleo duro compuesto por Félix Bolaños, María Jesús Montero, José Manuel Albares, Pilar Alegría y Teresa Ribera, el resto del Consejo de Ministros estaba a la espera de una llamada para confirmar destino. A Marlaska muchos le daban por amortizado e incluso alguno de los que aplaudió al presidente por su intervención aspiraba a ser ministro del Interior.

Fernando Grande-Marlaska Margarita Robles Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
El redactor recomienda