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La Armada recibe el submarino S-81 Isaac Peral: "Es un arma y una herramienta de diplomacia e influencia"
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un proyecto de 4.000 millones

La Armada recibe el submarino S-81 Isaac Peral: "Es un arma y una herramienta de diplomacia e influencia"

Con 10 años de retraso y sobrecostes multimillonarios, las Fuerzas Armadas recibieron el jueves el S-81 Isaac Peral. Ahora el reto es ponerlo 100% operativo y poder exportarlo

Foto: La Armada recibe en Cartagena el submarino S-81 Isaac Peral. (Europa Press/Edu Botella)
La Armada recibe en Cartagena el submarino S-81 Isaac Peral. (Europa Press/Edu Botella)

Con 10 años de retraso y unos sobrecostes (hasta la fecha) de más de 2.000 millones de euros, las Fuerzas Armadas recibieron el jueves el S-81 Isaac Peral, el primer submarino construido por España y del que se producirán, al menos, tres unidades más entre 2025 y 2028. La nueva arma submarina que entrega Navantia llega en un momento crítico para la Armada, que había visto mermar su capacidad submarina en los últimos años, con apenas una unidad operativa para el combate (S-71 Tramontana) y otra reservada para adiestramiento (S-71 Galerna). Queda por ver si este hito histórico y tecnológico para la industria española de defensa, que corona al país entre la flor y nata de la construcción naval, logra ser rentabilizado mediante su exportación.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, presidió en los astilleros de Cartagena la ceremonia de la inspección y entrega del flamante buque, acompañada del jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Teodoro López Calderón, el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada (Ajema), almirante general Antonio Piñeiro, y otros altos mandos militares, autoridades civiles y representantes de las más de un centenar empresas que han participado en la construcción.

"Hoy es un día muy importante para la Armada porque damos un paso de gigante con este programa del submarino S-80. Y es un día importante para España [...] cuya presencia internacional está garantizada con este submarino S-81. Hay que seguir trabajando, queda mucho por hacer, pero es un día de ilusión y agradecimiento", dijo la ministra Robles, quien tuvo palabras para la ciudad de Cartagena, los astilleros públicos Navantia, sus colaboradores del Ministerio de Defensa y para el almirante Antonio Martorell, AJEMA, fallecido en marzo de 2023.

Foto: Imagen: EC Diseño.
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El S-81 pasó sus últimas pruebas de mar el pasado 17 de noviembre, culminando un diseño 100% español cuya construcción se prolongó durante casi dos décadas y lleva una factura de 4.000 millones de euros. Desde que se diera luz verde al programa S-80 en 2004, al final del segundo mandato de José María Aznar, varios errores lastraron la ejecución del programa y estuvieron a punto de hacerlo descarrilar.

De hecho, tanto esta primera unidad como la próxima —el S-82 Narciso Monturiol, que se espera para mediados de 2025— salen de fábrica sin el sistema de propulsión independiente del aire (AIP), uno de los elementos más diferenciales del modelo frente a la competencia internacional. Este sistema, diseñado por una filial de Abengoa, aumenta sensiblemente la autonomía del submarino (con un potencial de tres semanas de inmersión) y lo dota de plenas capacidades oceánicas. Se espera el S-83 y el S-84 ya cuenten con esta herramienta, mientras que se incorporará a los dos primeros ejemplares de la serie cuando pasen su primera gran carena (revisión técnica que se hace a los cinco años).

También tuvo que lidiar con problemas de sobrepeso, que obligaron a rediseñar, con ayuda de la firma de ingeniería estadounidense Electric Boat, todo el buque. La solución fue alargar la eslora hasta los 81 metros (casi 10 metros más que el modelo original) y aumentar el desplazamiento hasta las casi 3.000 toneladas (un 25% más de lo previsto). Tras los cambios, el programa pasó a denominarse oficialmente

Foto: Submarino S-81, a punto de entregarse a la Armada española. (Europa Press/Martín C.)

El Isaac Peral —amadrinado por la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, en 2021— mete a España en el exclusivo club de una docena de naciones que son autoridad de diseño submarino y con la capacidad de construcción e integración de una de las armas más estratégicas que se pueden encontrar en el arsenal de un país (unos 40 países operan submarinos en la actualidad).

“No existe un arma que por su discreción y poder ofensivo proporcione capacidad mayor capacidad de disuasión que un submarino La mera sospecha de su presencia en la mar determina por completo la forma de actuación del adversario y la geometría del conflicto; hasta el punto de poder evitar que ese conflicto se desencadene o contribuir a que se solucione por medios no violentos", aseguró el almirante Piñeiro. "Además de un arma, es una herramienta de diplomacia e influencia esencial para el poder político. Esta característica es el motivo principal por el que cada vez es mayor el número de países que tienen como objetivo incorporarlos a sus flotas", agregó.

Vender la máquina

Todavía pasará un tiempo hasta que el submarino esté plenamente operativo y armado. Los encargados ahora de llevar el buque al próximo nivel será la tripulación del S-81, encabezada por el capitán de corbeta Manuel Corral, que ha asumido el mando en una solemne ceremonia en la que también se ha escenificado la simbólica entrega de la Bandera al buque. El cronograma para 2024 contempla pruebas como crucero de resistencia, inspección de equipos y sistemas y, finalmente, ejercicios con minas y torpedos. En paralelo, se tendrá que ir afinando la logística y administración de la plataforma.

También se da el pistoletazo de salida a su comercialización. Durante años, los responsables (empresariales, políticos y militares) han glosado las bondades del "submarino no nuclear más avanzado del mundo". Sin embargo, el retraso en su entrega ha hecho que otros constructores incorporen tecnologías AIP a sus sumergibles, ampliando la autonomía y capacidades. Sus posibilidades en el mercado internacional son complicadas, pero todo dependerá de cómo de ágil se mueva nuestra diplomacia militar e industrial, y de los resultados de las maniobras del S-81.

"Este el mayor desafío tecnológico al que se ha enfrentado la industria española y su consecución nos permite mostrar al mundo las más destacadas e innovadoras tecnologías", dijo el presidente de los astilleros públicos, Ricardo Domínguez. "La confianza y cooperación con nuestro cliente y con el usuario de nuestro producto es una clave fundamental para Navantia y que redundará en la clara vocación de exportación que tiene el buque que hoy presentamos".

Navantia ya avanzó en julio que concurrirá a la licitación del programa de submarinos que prepara India P75(I) en alianza la empresa local Larsen & Toubro, un programa para construir seis submarinos con AIP por unos 5.000 millones de euros. Entre los potenciales competidores están la francesa Naval Group, que habría ofrecido una variante diésel-eléctrica de su submarino nuclear Barracuda o una versión mejorada de los Scorpène (de los que India ya opera cuatro); la alemana ThyssenKrupp, con el Typo 214 o el Typo 218, y la coreana Daewoo, con una variante del KSS-III.

Otro potencial cliente sería Canadá, que seleccionó a los astilleros españoles entre los seis que podrán estudiar la presentación de ofertas. Sin embargo, el programa todavía es bastante difuso y contempla entre 6-12 submarinos de modelos operativos a los que habría que hacer modificaciones. También Filipinas, que busca dos sumergibles por un valor de unos 1.600 millones de euros, que incluye la formación del personal de la Armada y transferencia de tecnología, algo en lo que la compañía nacional tiene experiencia.

"[El programa S-80+] tiene un importante efecto arrastre en la industria naval", dijo la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, durante el acto. "Va a servir para consolidar el prestigio de la Armada, el prestigio de la construcción naval española y de Navantia; y nos va a permitir abrir nuevas líneas de mercado nacionales e internacionales, crear nuevos empleos de calidad y generar importantes retornos industriales e industriales para España", concluyó.

Con 10 años de retraso y unos sobrecostes (hasta la fecha) de más de 2.000 millones de euros, las Fuerzas Armadas recibieron el jueves el S-81 Isaac Peral, el primer submarino construido por España y del que se producirán, al menos, tres unidades más entre 2025 y 2028. La nueva arma submarina que entrega Navantia llega en un momento crítico para la Armada, que había visto mermar su capacidad submarina en los últimos años, con apenas una unidad operativa para el combate (S-71 Tramontana) y otra reservada para adiestramiento (S-71 Galerna). Queda por ver si este hito histórico y tecnológico para la industria española de defensa, que corona al país entre la flor y nata de la construcción naval, logra ser rentabilizado mediante su exportación.

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