España bloquea en la UE la misión de seguridad de EEUU en el mar Rojo
El Gobierno respaldó en Europa la ampliación de la operación Atalanta en el Comité Político y de Seguridad, y 24 horas después lo ha vetado en el Grupo de Trabajo de Consejeros de Relaciones Exteriores
España ha vetado en la UE la participación europea en la misión para garantizar la seguridad de navegación en el mar Rojo, pese a que horas antes el Gobierno buscó la implicación del conjunto de Europa en esta operación. Después de pedir que esa fuerza internacional en gestación, cuyo liderazgo y planificación ha asumido EEUU, se encuadrara en una misión de la OTAN o de la UE, el Ejecutivo ha dado sorprendentemente marcha atrás.
En una reunión de urgencia celebrada el miércoles, el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE aprobó por unanimidad la intervención europea mediante una ampliación de la operación Atalanta. La resolución se adoptó, por tanto, con el respaldo de España.
Pero este jueves, España ha cambiado de posición y vetó la decisión tomada la víspera. Lo hizo en el marco de la reunión del Grupo de Trabajo de Consejeros de Relaciones Exteriores (Grupo Relex), que se encarga de las cuestiones jurídicas, financieras e institucionales de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC). Esto supone impedir la modificación del mandato de la operación Atalanta, que sí cuenta con el apoyo de los otros 26 países de la UE. Estas decisiones requieren la unanimidad para ser aprobadas.
Atalanta es una operación de disuasión, prevención y represión de la piratería en el océano Índico, frente a las costas de Somalia, que ha cosechado grandes éxitos. La dirige desde la base de Rota (Cádiz) el vicealmirante Ignacio Villanueva Serrano. En ella, participa la fragata Victoria, de la Armada española.
La modificación de Atalanta el miércoles, para poder secundar a EEUU, suscitó reacciones entusiastas por parte de las navieras que operan en esa zona. “Esta decisión es un paso positivo para hacer frente a los retos de seguridad en el mar Rojo y el golfo de Adén”, afirmó Sotiris Raptis, secretario general de la asociación que reagrupa a los armadores europeos, antes de que se conociera la retractación española.
"Ese cambio de posición" por parte del Gobierno español "no ha sido explicado ante sus socios", según indican fuentes diplomáticas europeas. La modificación de la postura española obedece a una decisión de la presidencia del Gobierno, que ha impuesto su criterio a Asuntos Exteriores y a Defensa, según las mismas fuentes.
Durante todo el jueves, el Ejecutivo ha dado respuestas evasivas cuando fue preguntado sobre la participación de España en la misión de EEUU en el mar Rojo, donde la milicia hutí, que goza del respaldo de Irán, ataca buques con supuestos vínculos con Israel, aunque en la mayoría de los casos no pertenecen a empresas israelíes ni se dirigen a puertos de ese país.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, defendió este jueves por la mañana que todavía se estaba "hablando entre socios de la Unión Europea, analizando todos los detalles, todas las implicaciones", horas después de que su representante en el COPS hubiese dado su visto bueno a la reconversión de Atalanta. "Todavía no estamos en el momento de la decisión", señaló. La decisión llegó horas después con el veto español en Relex, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores no la hizo pública. El Ministerio de Defensa fue igual de evasivo que el de Exteriores: "España, de momento, no ha tomado ninguna decisión".
La posición española es sorprendente, por muchas razones. La primera es que quien está detrás de la formación de una alianza internacional en el mar Rojo es EEUU. Fue el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, quien este lunes, durante una visita en Israel, avanzó la participación de otros nueve países: Países Bajos, Reino Unido, Seychelles, Baréin, Canadá, Francia, Italia, Noruega y España.
Este anunció pilló por sorpresa a la opinión pública española y, por supuesto, a Sumar, los socios de coalición, pero las señales que emitía el Gobierno, en privado, eran que estaban implicados en la operación. La ministra de Defensa, Margarita Robles, fue la primera en introducir algunos matices. Explicó que la participación de España "está sujeta a decisiones de la UE y la OTAN". Una vez obtenida la cobertura de la OTAN, el Gobierno se ha desdicho, pero sin explicarlo.
Las contradicciones han llegado incluso a que el vicealmirante Villanueva, al mando de la operación Atalanta, publicó un mensaje en X muy explícito, en el que apuntaba a los primeros compases de la colaboración con EEUU y lo borró después. “En respuesta a la firme cohesión de los Estados miembros de la #UE, EUNAVFOR ATALANTA ya ha comenzado a cooperar con la Operación Guardián de la Prosperidad de #EE.UU. en el sur del Mar Rojo, y espera brindar aún más apoyo, a través de una tarea dedicada y capacidades adecuadas”, escribió.
Los hutíes arremetieron el miércoles contra la iniciativa de EEUU. “La coalición que está creando pretende proteger a Israel y militarizar el mar sin justificación alguna”, declaró Mohamed Abdel Salam, su portavoz. Esa coalición “no impedirá que Yemen continúe con sus operaciones legítimas de apoyo a Gaza”, añadió. “Quien pretende expandir el conflicto debe asumir las consecuencias de sus actos”, concluyó en tono amenazante.
España ha vetado en la UE la participación europea en la misión para garantizar la seguridad de navegación en el mar Rojo, pese a que horas antes el Gobierno buscó la implicación del conjunto de Europa en esta operación. Después de pedir que esa fuerza internacional en gestación, cuyo liderazgo y planificación ha asumido EEUU, se encuadrara en una misión de la OTAN o de la UE, el Ejecutivo ha dado sorprendentemente marcha atrás.
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