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La lucha nacionalista de PNV y Bildu se extiende a Navarra con Sánchez de árbitro
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última pelea: el impuesto a las energéticas

La lucha nacionalista de PNV y Bildu se extiende a Navarra con Sánchez de árbitro

Los dos partidos trufan sus pactos con Moncloa con medidas para la comunidad foral. El resultado electoral es dispar: la marca del PNV está de capa caída y los de Otegi han crecido

Foto: La portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, junto a Sánchez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
La portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, junto a Sánchez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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En la mañana de la moción de censura de Bildu en Pamplona, que contó con los votos afirmativos del PSOE, Arnaldo Otegi publicó en su cuenta de Twitter una foto con un pañuelo rojo, como los que los mozos usan en Sanfermín, con el escudo de las siete provincias que los abertzales incluyen en Euskal Herria: Guipúzcoa, Álava, Vizcaya, las tres del País Vasco francés... y Navarra. La imagen es un símbolo, pero tiene su traslado en el Boletín Oficial del Estado desde que EH Bildu se convirtió en un socio habitual del Gobierno de Pedro Sánchez. Y desde que eso ocurrió, en la votación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021, los radicales compiten con la otra fuerza vasca, el PNV, por sacar los mejores acuerdos con el Ejecutivo central. Y no solo para Euskadi, sino también para Navarra.

El último capítulo de esta competición es muy reciente. En la negociación del decreto anticrisis, los jeltzales sacaron pecho de que el acuerdo con el Gobierno incluía la cesión a las haciendas vasca y navarra de la gestión del impuesto a los beneficios extraordinarios de la banca y las energéticas. A cambio, el PNV apoyará la norma, algo que no es baladí en la aritmética parlamentaria tan compleja que dejaron las elecciones del pasado 23 de julio. Bildu también lo hará, pero en esta negociación con el equipo de María Jesús Montero, los radicales no han incluido ninguna medida concreta para Navarra, como sí han hecho en muchas otras ocasiones.

Los de Otegi sí han recogido medidas sociales con efectos en todo el país, como la prohibición de los desahucios a familias vulnerables hasta 2025 o la limitación de la tarifa regulada del gas. Es parte de la estrategia puesta en marcha por los abertzales radicales para homologarse en el Congreso como un socio más del bloque de Pedro Sánchez. Y eso les ha permitido competir mejor en lo electoral, captando votantes que priman las políticas sociales a las soberanistas.

En las generales del 23-J, Bildu se quedó a poco más de 1.000 votos del PNV en el País Vasco, pero compensó la brecha con los datos de Navarra. En la comunidad foral, la coalición radical logró 58.000 votos, y la marca del PNV, Geroa Bai, no llegó a los 10.000. Esta formación tuvo el pasado 23-J su peor resultado desde la primera vez que se presentó a unas generales, en 2011. Entonces fueron 42.000 votos, lo que les permitió contar con un escaño. Ese asiento fue para EH Bildu el 23-J, lo que provocó que los de Otegi se convirtieran en la fuerza de ámbito vasco con más peso en el Congreso, con 6 diputados frente a los 5 del PNV.

Foto: Pello Otxandiano (i) y Arnaldo Otegi en una imagen de archivo. (Europa Press/Unanue)

En las municipales, la evolución ha sido similar, aunque hay que tener en cuenta que la izquierda abertzale no se presentó a las elecciones en 2007. Entonces, Nafarroa Bai, la marca anterior de Geroa Bai, superó los 52.000 votos, pero ya en 2011, con EH Bildu en la batalla, los de Otegi adelantaron a la coalición apoyada por el PNV por menos de mil votos. En 2015, la distancia se acrecentó, con 54.000 votos para los radicales y 29.000 para los jeltzales, que siguieron cayendo en las dos siguientes municipales a 21.000 votos y 19.000 en las últimas, celebradas el 28 de mayo. La evolución de los radicales es opuesta, con sendos crecimientos a 67.000 y 68.000 votos, consolidados como segunda fuerza por detrás de Navarra Suma (en 2019) y UPN en 2023.

Esta evolución opuesta da pistas sobre el éxito de los abertzales radicales en ese giro posibilista, alejado del independentismo y que les permite ser el partido con más concejales en Navarra, con el hito reciente de la recuperación de Pamplona gracias al apoyo de PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin. La alianza de la capital navarra es un reflejo de esa condición que comparten PNV y Bildu como socios del Gobierno de coalición entre Sumar y los socialistas. Y así se entiende esa pugna en el BOE, que se retrotrae al acuerdo de los Presupuestos Generales del Estado para 2022.

Tráfico, ETB para niños...

En 2021, Bildu ya apoyó las cuentas que, además, iban aparejadas al apoyo de las del Ejecutivo de María Chivite en Navarra y a mejoras en materia laboral. El PNV hizo lo propio a cambio de la eliminación del impuesto al diésel. Ya en las cuentas de 2022, ese apoyo recogía políticas concretas para la comunidad foral gracias al partido de Arnaldo Otegi. Destaca aquí el compromiso de extender la emisión del canal ETB3, de contenido infantil, en todo el territorio navarro, y obras para construir una variante en Lesaka. "Es un gran paso para la normalización del euskera", dijo entonces la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, sobre la extensión del canal infantil.

En la negociación de las cuentas de 2023, hubo también hasta tres guiños a la comunidad vecina. Dos eran menores, como un millón de euros para obras en la Universidad Pública de Navarra y la conversión del fuerte de San Cristóbal en un lugar de memoria histórica, por ser un lugar donde el bando franquista ejecutó fusilamientos en el contexto de la Guerra Civil. Más llamativo fue el compromiso para transferir las competencias de Tráfico a Navarra antes del 31 de marzo de este año. En ese acuerdo, también figuraba la cesión del impuesto a la banca y las energéticas a las haciendas vasca y navarra, un logro que también se apunta el PNV en su haber, puesto que, un año después, ha logrado acelerar ese compromiso en la negociación del decreto anticrisis. Los jeltzales, además, han incluido demandas para Navarra en los acuerdos, tanto en 2019 como en 2023, para la investidura de Sánchez. En la última, arrancaron a los socialistas el compromiso de que impulsarán las transferencias pendientes, así como la competencia en materia de desarrollo, investigación, innovación y becas.

El foco sigue puesto en Navarra, sobre todo en Pamplona. Y planea la posibilidad, aunque el PSN lo niega, de que los socialistas repitan la estrategia de la capital en otros tres pueblos donde suman con los radicales. En el horizonte, se atisba la pugna entre EH Bildu y el PNV en las elecciones vascas, que se esperan en cuestión de semanas. Será un nuevo asalto que ya se está dejando ver en la comunidad vecina, donde la batalla ha caído claramente del lado de los radicales. En Navarra hay, con Joseba Asiron, 40 alcaldes de EH Bildu y 342 concejales, mientras que Geroa Bai solo tiene 50 ediles. En el Parlamento foral, el equilibrio es mayor, con 9 escaños para los radicales y 7 para la marca navarra del PNV.

En la mañana de la moción de censura de Bildu en Pamplona, que contó con los votos afirmativos del PSOE, Arnaldo Otegi publicó en su cuenta de Twitter una foto con un pañuelo rojo, como los que los mozos usan en Sanfermín, con el escudo de las siete provincias que los abertzales incluyen en Euskal Herria: Guipúzcoa, Álava, Vizcaya, las tres del País Vasco francés... y Navarra. La imagen es un símbolo, pero tiene su traslado en el Boletín Oficial del Estado desde que EH Bildu se convirtió en un socio habitual del Gobierno de Pedro Sánchez. Y desde que eso ocurrió, en la votación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021, los radicales compiten con la otra fuerza vasca, el PNV, por sacar los mejores acuerdos con el Ejecutivo central. Y no solo para Euskadi, sino también para Navarra.

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