Radiografía de un triunfo: el PP mantiene su hegemonía y el BNG se come el voto obrero

Galicia ha sido fiel a su reciente historia electoral. 11 de los 12 gobiernos autonómicos surgidos tras unas elecciones los ha constituido el Partido Popular (incluyendo la vieja Alianza Popular). Pero, si se tiene en cuenta el resultado electoral directo, pleno absoluto. El Partido Popular logró este domingo su duodécima victoria de los 12 comicios celebrados en los últimos 43 años.

El resultado del Partido Popular este 18-J —un 47,4% de los votos con el 100% escrutado y 40 diputados— se sitúa en su media histórica. Con un máximo del 52,6% en 1993 —tres años antes de la llegada de José María Aznar a la Moncloa— y un mínimo del 30,5% en 1981, al comienzo de la autonomía, cuando todavía era Alianza Popular. Su triunfo ha sido rotundo en las cuatro provincias, pero especialmente en Ourense y Lugo, precisamente las provincias que tienen una sobrerrepresentación electoral.

La ley gallega asigna un mínimo de 10 diputados a cada una de las cuatro provincias (en total son 75 escaños), y los 35 restantes se reparten de forma proporcional en función del censo. Igualmente, establece un 5% mínimo para lograr un escaño, lo que en la práctica refuerza la concentración del voto.

El candidato Rueda ha obtenido un 49,9% en Ourense y el 53,4% en Lugo. Es decir, en ambos casos por encima de la media de la comunidad autónoma, un 47,4% de los votos. Los peores resultados del PP, si se pueden llamar así dada su holgada victoria, los ha obtenido en Pontevedra, tres puntos porcentuales por debajo de la media, mientras que en A Coruña el resultado ha sido prácticamente idéntico, el 47,7%.

El éxito del PP tiene que ver con la enorme concentración del voto conservador, como lo demuestra el hecho de que la distancia en votos entre ambos bloques es mucho menor de lo que se refleja en escaños. La candidatura de Alfonso Rueda ha obtenido 700.491 votos, mientras que la suma del BNG y el PSdeG-PSOE ha logrado 674.765 papeletas. Es decir, una diferencia de 25.726 votos. Si a cada uno de los bloques se les suma sus aliados naturales (Vox en el caso de la derecha y Sumar y Podemos en el de la izquierda), la distancia hubiera sido prácticamente la misma. Los casos de Vox y Sumar son significativos porque son partidos residuales en Galicia, con apenas el 2% de los votos en ambos casos, y aún más el caso de Podemos, que ha sido superado por el PACMA, el partido animalista.

Lo que cuesta un escaño

Lo que cambia es la asignación de escaños debido a los límites y restricciones que impone la ley electoral, que merma de forma relevante la proporcionalidad. Mientras que al PP cada diputado le ha costado 17.512 votos, al Bloque la factura ha subido a 18.682 votos. En el caso de los socialistas, cada uno de los nueve escaños ha supuesto obtener 23.076 votos. El caso más singular ha sido el de Democracia Ourensana, cuyo único escaño ha costado apenas 15.312 votos.

Respecto a las últimas elecciones autonómicas, la distancia entre izquierda y derecha (incluyendo a Vox y Podemos-Sumar) se ha ensanchado algo. En 2020, fue de 11.042 en favor de las derechas y, en esta ocasión, ha sido de 26.194 votos. La causa tiene que ver con la irrupción de Democracia Ourensana, que habría robado más votos a la izquierda, en particular a los socialistas, que a la derecha. De los cinco diputados que ha perdido el partido de Besteiro, dos se los ha dejado en Ourense. Los socialistas solo han resistido en esa provincia en Lobios y Calvos de Randín, donde han sido la fuerza más votada con porcentajes superiores al 47% en ambos casos.

El triunfo ha sido tan arrollador que el PP ha ganado en todas y cada una de las 53 comarcas gallegas, con unos resultados verdaderamente espectaculares en dos de ellas, Xallas y Deza, por encima del 63%. En sentido contrario, la comarca de Vigo ha representado su suelo, con un 38% de los votos, casi 10 menos que su media regional. Su fortín siguen siendo las comarcas del interior y en menor medida las zonas más industrializadas, que en Galicia tienen menor peso que en otras comunidades autónomas.

La izquierda, de hecho, aunque habría que hablar mejor del BNG, tan solo ha salvado los muebles en municipios como Fene y Mugardos, donde el partido de Ana Pontón ha obtenido más de un 38% de los votos y se ha colocado como primera fuerza política. También en los pueblos que rodean la ría de Vigo, la izquierda, en particular el Bloque, ha obtenido sus mejores resultados, con un máximo del 46,5% en Moaña (Pontevedra). En la propia ciudad de Vigo, el BNG (37%) ha sido el partido más votado, por encima del 35% del PP y a 17 puntos porcentuales de los socialistas, pese a que su alcalde, Abel Caballero, es del PSdeG-PSOE.

Para hacerse una idea de la debacle socialista, solo hay que tener en cuenta que, en las anteriores elecciones autonómicas, en la provincia de Pontevedra, el PSdeG-PSOE y el BNG lograron resultados muy parejos, pero, en esta ocasión, la distancia ha sido abismal. El Bloque (34% de los votos) le ha sacado en 2024 a los socialistas nada menos que 20 puntos porcentuales, que se traducen en cinco diputados más. De los cinco diputados que han perdido los socialistas, dos se los han dejado en Pontevedra, en particular en las zonas más industrializadas, dos en Ourense y uno en A Coruña.

Voto obrero

Aquí ha estado la principal causa de la debacle socialista, mientras que, por el contrario, el ascenso del BNG está relacionado con el hecho de que ha conectado mejor en los municipios obreros. Esto sugiere que factores como la ley de amnistía han tenido escaso peso en el voto durante las elecciones de este domingo, ya que el Bloque está a favor.

Es decir, detrás de esos datos, lo que hay es un desplazamiento del voto en las comarcas industriales, que históricamente ha ido a parar a los socialistas, al Bloque, que en esta ocasión se presentó a las elecciones situando en un segundo plano la baza nacionalista. Eso explica que haya sido la fuerza más votada, incluso por encima del PP, en toda la ría de Vigo. En Marín, en la ría de Pontevedra, donde se encuentra la Escuela Naval Militar, ha ganado el PP.

También en Ferrol, una de las zonas más industrializadas de la región, el BNG ha subido con fuerza, nada menos que 8,2 puntos, hasta el 33,6%. El PP, sin embargo, ha ganado con el 44% de los votos, mientras que Sumar, la plataforma-partido de Yolanda Díaz, es en Ferrol donde ha logrado sus mejores resultados, aunque residuales. Ha obtenido apenas 2.845 votos, lo que representa un 3,7%. La ministra de Trabajo fue teniente de alcalde de Ferrol, pese a ello ha quedado muy por detrás del resto de partidos de izquierdas.

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Gracias a la elevada participación, el PP ha roto su techo histórico de votos. Ha logrado 700.491 papeletas, casi 73.000 más que hace cuatro años. Ahora bien, quien más ha avanzado es el Bloque, que ha mejorado en nada menos que 155.734 votos. El PSdeG-PSOE, por el contrario, se ha dejado 46.059 votos pese a que la participación ha pasado del 48,9% en 2020 al 67,3%. Este 18-J, la participación electoral se ha incrementado en 172.064 votos, lo que significa que el PP se ha llevado el 42% de los nuevos votantes, mientras que el resto, debido al hundimiento del PSOE, han ido al BNG, que se ha convertido en hegemónico en la izquierda.