Trump, Meloni, Milei… Vox cita en Madrid a líderes ‘amigos’ para impulsarse a las europeas

Vox trabaja ya en su principal objetivo a corto plazo: triunfar en las elecciones europeas del 9 de junio. La formación ultraconservadora, necesitada de una alegría en las urnas, ultima el macroevento político de cada año, el VIVA, con el mes de mayo en el horizonte y el plano internacional como prioridad. El partido de Santiago Abascal quiere dar cita de nuevo en Madrid a sus aliados de la nueva derecha mundial, desde Donald Trump a Giorgia Meloni, para impulsarse de cara a los comicios.

La dirección nacional del partido no esconde la trascendencia de la fecha. Abascal reitera cada vez que puede la oportunidad de las elecciones para construir una "Europa alternativa" de la mano del grupo de Conservadores y Reformistas (ECR). La oposición a la Agenda 2030, con las protestas del campo como principal exponente, son el mejor aval ante las urnas. Vox, con cuatro eurodiputados en la actualidad, confía en mejorar sus resultados y sobrepasar con creces el 6% de votos que obtuvieron en 2019.

Vox sabe que su resultado en las europeas se mirará con lupa. Por un lado, por la necesidad de pasar página tras los últimos fiascos electorales en las generales de julio y en Galicia. También por el ruido constante que rodea a la formación, todavía sin cerrar definitivamente el capítulo de la crisis interna. Pero especialmente por los cantos de sirena que llegan del resto del bloque conservador y porque su situación contrasta con la de sus aliados internacionales.

El partido puede verse en el trance de que sus homólogos europeos pulvericen sus propios registros y ellos no terminen de despegar y quedarse rezagados como una fuerza minoritaria dentro del ECR. Este debate, de hecho, ya está sobre la mesa. Mientras que líderes como Giorgia Meloni, en Italia, o Geert Wilders, en Países Bajos, triunfan, Santiago Abascal atraviesa un periodo de dudas.

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El partido prepara el VIVA de este año como un trampolín para las elecciones del 9 de junio. Si bien la primera idea era celebrarlo en el primer trimestre de este año, tras aplazarlo el pasado mes de septiembre por la inestabilidad política, fuentes cercanas a la dirección detallan a El Confidencial que la fecha elegida es el próximo mayo. El evento, que en la última edición reunió a más de 15.000 personas, volverá a reunir en Madrid a buena parte de la derecha dura internacional. Vox está pendiente todavía de confirmar la lista definitiva, supeditado a las agendas de sus aliados, pero espera que sea de nuevo una exhibición de fuerza.

El año pasado asistió presencialmente el entonces presidente ultraconservador de Polonia, Mateusz Morawiecki. Y de forma telemática hicieron lo propio otros dirigentes como Donald Trump, Giorgia Meloni, Javier Milei, Viktor Orbán o Álvaro Uribe, entre otros. Durante esta cita, los de Abascal intentarán que, como mínimo, haya un vídeo de estos líderes para lograr su respaldo. Milei y Meloni, de hecho, ya intervinieron durante la última Asamblea General del partido, celebrada el pasado 27 de enero, con dos mensajes grabados. La ofensiva contra la extrema izquierda y la construcción de una "Europa de los patriotas" marcaron sus breves discursos.

La sintonía de Santiago Abascal con la nueva derecha internacional es más que evidente. La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), celebrada la semana pasada en Washington, es el mejor ejemplo. Fuentes de la dirección del partido explican que el líder de Vox tuvo tiempo de confraternizar y estrechar lazos con Trump ante los objetivos comunes que deben afrontar. El expresidente de EEUU, según estas voces, instó a Abascal a no bajar el pistón y echar el resto. "Tú a ganar", le dijo, haciendo un paralelismo con Carlos Alcaraz y Rafael Nadal.

Opinión

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La fotografía de Abascal y Trump, chascarrillos aparte, evidencia hasta qué punto la política exterior es una prioridad absoluta para Vox. El partido ha tejido una profusa red de contactos con el bloque conservador, tanto en Europa como al otro lado del Atlántico, con la Fundación Disenso como punta de lanza. El think tank, dirigido por Jorge Martín Frías, desempeña un papel fundamental en esta estrategia, liderando un frente común contra el Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo, donde están los principales referentes de la izquierda. La denominada como Carta de Madrid es el gran éxito de su actividad, con cientos de firmantes contra el comunismo y los totalitarismos en Latinoamérica, pero su labor va mucho más allá. La polémica por el museo latino de Washington, muestra de la guerra cultural y la cruzada antiwoke, es un ejemplo muy claro.

Las elecciones europeas son el siguiente punto de inflexión. Vox volcará todos sus esfuerzos en estos comicios, aunque todavía no ha configurado sus listas. La delegación comunitaria está liderada ahora por Jorge Buxadé, pero su continuidad como cabeza de lista no está confirmada aún. Fuentes cercanas a la dirección del partido aplazan la decisión final, con la única certeza de que está descartada la llegada de un paracaidista o fichaje estrella. "Las estrellas terminan estrelladas", señalan en la cúpula.

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Buxadé, señalado como uno de los detonantes de la crisis en el partido, ha ejercido de líder en el Parlamento Europeo junto a los también eurodiputados Hermann Tertsch y Margarita de la Pisa. La cuarta representante de Vox, Mazaly Aguilar, es la única que se da por seguro que no continuará por sus diferencias con la dirección, arrastradas desde hace años. La cuenta de la formación es superar el 6% de 2019, aupado por su presencia e influencia internacional y comiéndose el espacio que hace cinco años ocupó Ciudadanos, que supero el 10% de los sufragios.

El objetivo no es sencillo. En el último precedente, la cita coincidió con los comicios autonómicos y municipales y la abstención ahora puede jugar en contra de Vox. También la lectura nacional de las elecciones, reconocidas ya como un nuevo plebiscito a la gestión de Pedro Sánchez y como una oportunidad para medir la oposición de Alberto Núñez Feijóo.