Génova modera objetivos en las europeas al constatar que Sánchez y Vox "están fuertes"

La dirección del PP modera sus expectativas electorales para la cita europea del 9 de junio, conscientes de que el PSOE y Vox "están fuertes". Si hace dos meses, en pleno estallido del caso Koldo, Feijóo alardeaba de poder duplicar su número de escaños en la Eurocámara -ahora tienen 12- y asestar una dolorosa derrota a Sánchez, ahora se conforma con ganar. La previsión de sacarle al PSOE hasta 12 puntos de diferencia, según alguna encuesta publicada, han tornado en un margen más realista de "cuatro o cinco puntos" como máximo. Génova se fija como meta más cercana crecer los 7 escaños que perdería Ciudadanos. “No son unas elecciones generales sino europeas, y funcionan por lógicas distintas", avisa un destacado dirigente de Génova.

Tras la frustración que invadió Génova el 23-J, los populares fijaron rápidamente las elecciones europeas como una "segunda vuelta de las generales". Una cita en la que todo el país está convocado a las urnas para elegir a los 61 eurodiputados españoles en un momento de multicrisis para la Unión Europea, pero cuya campaña será tan nacional como siempre. Feijóo quiere demostrar que Sánchez no tiene el apoyo de la mayoría social de los españoles, y que la victoria contundente del PSC este domingo es un espejismo. Por eso pidió este martes a su partido una "movilización máxima" en unos comicios donde la participación ronda el 45% salvo que se celebren junto a las municipales, como en 2019 (60%).

Génova insiste en que la legislatura no durará por la hiperdependencia de Sánchez con ERC y Junts. Si Cataluña -a la espera de que se resuelva el bloqueo para investir a Salvador Illa o repetir elecciones en octubre- sigue siendo el gran factor de inestabilidad para Moncloa, las europeas deben señalarle el amplio rechazo social a sus pactos, la amnistía y el regreso de Carles Puigdemont, según el análisis que hacen en la cúpula. El PP se dirige a la España "harta" de que su Gobierno sea "rehén" del independentismo. Aunque el rival también juega.

"Vamos a ganar las europeas, el PP sacará más escaños pero el PSOE no va a caer porque tiene un suelo electoral estable y está concentrando voto", exponen en la dirección nacional. "El problema de Sánchez era la abstención, pero con su jugada ha sabido activar un electorado que estaba muy pasivo", apuntan.

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Los populares sostienen que el presidente del Gobierno le ha dado la vuelta al guion con la famosa carta en la que amagó su renuncia y ha salido "fortalecido". El líder socialista habría generado una "empatía" de toda la izquierda y los nacionalistas, arrastrará ese voto en las europeas y "aguantará" el tipo en unas elecciones nacionalizadas donde los partidos pequeños sufrirán la polarización entre PSOE y PP. Sánchez se envolverá en la bandera Palestina y la lucha "antifascista" para aglutinar el voto ideológico más allá de las bases socialistas.

El PP ha convocado una manifestación el próximo domingo 26 para lanzar la candidatura que encabeza Dolors Montserrat y exhibir en la calle el rechazo al Gobierno y la amnistía que compense la victoria rotunda del PSC en Cataluña. "Sánchez es querido en Barcelona, pero no puede estar en Dos Hermanas (Sevilla) sin que le piten", subrayan los populares convencidos de que el desgaste acumulado le hará caer más pronto que tarde. "El cartel electoral del PSOE va a ser Carles Puigdemont pisando el aeropuerto de El Prat", afirma un portavoz para simbolizar dónde pondrá el PP la carga argumental de la campaña europea. La amnistía volverá a cobrar protagonismo.

"Viene un valle electoral grande. Hay que manejar bien las expectativas", demandan los barones

La dirección del PP también es consciente de la capacidad de resistencia de Vox. "El electorado se comporta diferente. Hay mucho voto de castigo, al Gobierno y a los partidos grandes", avisan. Los de Abascal aguantan el tipo, como se ha visto en Cataluña, donde repitieron sus 11 diputados con 30.000 votos más. En el País Vasco tiene un voto testimonial pero fiel -unos 5.000 votantes en Álava le permitieron mantener su escaño autonómico- e incluso subieron de manera inesperada en Galicia unos 6.000 votos, aunque allí son extraparlamentarios. "Tienen un suelo firme", repiten los barones.

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Feijóo cree que los comicios europeos son propicios para Vox porque recibe el viento de cola de la derecha dura emergente en Europa y América, como atestigua la visita a España del presidente argentino, Javier Milei, para apoyar a Abascal. "Ganarán el apoyo de la gente que culpa a Europa de muchos de sus problemas", y muy en concreto "voto del campo", señalan las mismas fuentes. Para neutralizarlo, Génova afirma haber "reforzado" su candidatura con la incorporación de perfiles especializados como el de la consejera de Agricultura de Andalucía, Carmen Crespo, y la riojana Esther Herranz, quien ha sido eurodiputada 17 años hasta 2019 y ha llevado la agenda del sector agrario.

Cataluña ha supuesto un chute de moral para los de Feijóo, que se precian de haber recuperado al "PP ganador" y que solo es cuestión de tiempo que vuelva a Moncloa. Pero se muestra prudente sobre la magnitud de su victoria el 9 de junio. Salvo bloqueo en Cataluña, las europeas serán las últimas elecciones hasta 2026, en Castilla León y Andalucía. "Viene un valle electoral grande. Hay que manejar bien las expectativas", demandan los barones.