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Sánchez se lanza en las europeas a por el voto de toda la izquierda con Palestina como bandera
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Sánchez se lanza en las europeas a por el voto de toda la izquierda con Palestina como bandera

El 9-J recrudece la batalla en el flanco progresista y la campaña tensionará el Gobierno de coalición. El presidente la afronta como las generales, o socialdemocracia u ola reaccionaria, sin punto medio

Foto: Las vicepresidentas segunda y tercera del Gobierno, Yolanda Díaz  y Teresa Ribera, en el Congreso. (EFE/Mariscal)
Las vicepresidentas segunda y tercera del Gobierno, Yolanda Díaz y Teresa Ribera, en el Congreso. (EFE/Mariscal)
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Últimas semanas de crispación máxima, para alcanzar con la mejor marca la meta volante de las elecciones europeas. El PSOE se ha subido al carro de la victoria de Salvador Illa en Cataluña para estrenar la campaña. Sin apenas respiro, con actos ya a mansalva y a una agenda política alineada con sus intereses electorales. Moncloa baraja que el Consejo de Ministros apruebe el próximo martes el reconocimiento del Estado de Palestina, Y que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pueda hacer gala de ello en una comparecencia al día siguiente en el Congreso.

Sánchez se enraiza en la izquierda para atraer al voto progresista. "Movilizar a los nuestros que no votan en unas elecciones europeas", resumen en la dirección socialista. Tensionar para que el 9-J se perciba también como una cita relevante, una más en la "batalla contra la derecha y la ultraderecha", en un momento de "ola reaccionaria" en Europa. Aunque sea a costa de dejar sin espacio a Sumar, que trata de sacar la cabeza y reclama también su trozo del pastel en el tema palestino y en la agenda progresista.

El 9-J es trascendental para Sánchez porque quiere demostrar que mantiene el respaldo social, pese al controvertido comienzo de la legislatura. Las vascas y las catalanas han aliviado la devastación gallega y encima de esta ola, el presidente pretende acortar distancias con el PP. Los números avalan su plan. Hace tres meses la brecha con los populares era de más de dos millones de votos, pero en las últimas semanas ha descendido solo a uno. Y bajando.

Ferraz está ya volcado en arropar a su candidata, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que este miércoles presentó la candidatura europea junto a María Jesús Montero. El sábado Ribera tiene un acto en Barcelona con Sánchez e Illa. Y el domingo con Zapatero en Cádiz. El PSOE quiere concentrar los actos en las regiones más pobladas, Andalucía, Cataluña y Madrid, donde se cerrará la campaña.

Foto: La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar, Yolanda Díaz. (Europa Press/Eduardo Parra)

Los socialistas asumen que Ribera por sí misma no moviliza pero sí la política verde y el pensamiento ecologista que representa. Y como Génova ha colocado de cabeza de cartel del PP, a Dolors Montserrat, sin tirón electoral ni carisma, destacan, la competición es mucho más "fácil". En la dirección popular celebran, en cambio, que la candidata socialista sea "una ministra del Gobierno de Sánchez". Y, aunque la preocupación por el cambio climático, después de los calurosos veranos de estos años, es algo transversal en la sociedad española, se disponen a presentar a Ribera como "el peligro número uno para el campo".

La vicepresidenta también achica el espacio a su izquierda, donde convivirá con la número uno de Sumar, la directora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán, y la exministra de Igualdad, Irene Montero, al frente de la lista de Podemos. Desde la debacle gallega de Yolanda Díaz, el PSOE decidió no concederle más tiempo a la consolidación de Sumar y lanzarse directamente a por sus votos. Es una estrategia premeditada, ante la convicción de que esos electores se sienten huérfanos en estos momentos, y vinculada al propio ansia de Sánchez de estrechar al máximo la brecha con el PP.

Foto: María Jesús Montero, Teresa Ribera y Juan Espadas, en Sevilla durante la presentación de la lista del PSOE a Bruselas. (Europa Press / M. J. López)

Aun así, en la dirección socialista consideran que el hecho de ser circunscripción única facilita un resultado potable para Sumar y para Podemos porque no se pierde ningún voto y un eurodiputado puede estar en torno a los 320.000 votos. En cualquier caso, la lucha en la izquierda se agudizará estas semanas, hasta el punto de tensionar el Gobierno de coalición. Díaz y sus ministros parecen haber despertado de un largo letargo y se muestran más exigentes con el PSOE y más activos a la hora de tomar la iniciativa.

Aunque el acuerdo de gobierno entre los socialistas y Sumar recoge el reconocimiento del estado palestino, ha sido el jefe del Ejecutivo quien ha liderado esta decisión tanto con su viaje a Oriente Medio, muy poco después de ser investido, como con una ronda de contactos posterior con otros países para que se sumen a España en este paso. Durante meses, la vicepresidenta ha permitido que Sánchez enarbolara esta bandera.

Solo en las últimas semanas Sumar se ha mostrado más reivindicativo con el PSOE y más duro con Israel, algo que previamente había hecho Podemos. Con el inicio de las movilizaciones estudiantiles en contra de la guerra de Gaza, la batalla por el voto joven se recrudece, después de que el PSOE se impusiera en las elecciones generales.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En las filas socialistas consideran que se enfrentan a una campaña "muy binaria", muy de principios", que plantearán como el 23-J, o Sánchez o Feijóo más Abascal. En este caso, o Europa tal y como está configurada ahora, con la "cuestión verde en primer plano" y los fondos Next Generation. O una UE de "regresión ideológica" que conecta directamente con lo que supuesto Donald Trump y lo que significaría su posible vuelta a la presidencia de EEUU, explican fuentes del partido.

Últimas semanas de crispación máxima, para alcanzar con la mejor marca la meta volante de las elecciones europeas. El PSOE se ha subido al carro de la victoria de Salvador Illa en Cataluña para estrenar la campaña. Sin apenas respiro, con actos ya a mansalva y a una agenda política alineada con sus intereses electorales. Moncloa baraja que el Consejo de Ministros apruebe el próximo martes el reconocimiento del Estado de Palestina, Y que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pueda hacer gala de ello en una comparecencia al día siguiente en el Congreso.

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