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Alvise, el antisistema que pelea 200.000 votos con Vox en busca de "inmunidad” judicial
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Pugna por la derecha más dura

Alvise, el antisistema que pelea 200.000 votos con Vox en busca de "inmunidad” judicial

El CIS puso en el mapa la candidatura europea del agitador tuitero Alvise Pérez, quien confía en sortear diversas causas judiciales con un escaño. Tiene casi medio millón de seguidores en Telegram. Necesita 250.000 votos

Foto: Alvise Pérez se dirige a los manifestantes que protestan contra la amnistía en la Calle Ferraz, Madrid, el 7 de noviembre de 2023. (Jaime Alekos)
Alvise Pérez se dirige a los manifestantes que protestan contra la amnistía en la Calle Ferraz, Madrid, el 7 de noviembre de 2023. (Jaime Alekos)
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A Vox le ha salido un competidor por la derecha que ya pita en el radar de las encuestas y amenaza con darle un disgusto a Santiago Abascal en las elecciones europeas. Se trata de "Se acabó la fiesta", la candidatura que lidera el activista Alvise Pérez, agitador de ultraderecha y propagador de bulos, para los ajenos, o luchador incansable de las verdades más oscuras y azote de los políticos, para los fieles. Y, ojo, porque tiene un batallón: casi medio millón de seguidores en Telegram que replican sus mensajes antisistema contra el deep State, ese Estado profundo del que forman parte los partidos y los medios de comunicación, corruptos todos. Alvise, que asegura haber recogido 150.000 avales, espera dar el salto a Estrasburgo el 9 de junio y luchar desde allí contra la mafia.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dirigido por José Félix Tezanos, fue el primero en colocar en el mapa a la agrupación electoral de Alvise. La encuesta, publicada el 23 de abril, está basada en 3.750 entrevistas telefónicas, y da empate técnico entre PSOE y PP. En sexta posición asomaba ya el tuitero Alvise con un 0,9 % de intención directa de voto, tanta como la que obtendría Carles Puigdemont. Este viernes, la web especializada Agencia Pública publicó otro sondeo realizado por Cluster17 que otorga al partido de Alvise dos eurodiputados y un 3,8 % de los votos.

Según las tripas del sondeo del CIS, y calculando una participación del 45 % (esa fue la cifra a la que se llegó en las dos últimas convocatorias, sin contar 2019, que fue mayor por la coincidencia de las municipales), quiere decir que votarían 17 millones de españoles, de los cuales, unos 360.000 elegirían la papeleta de Alvise, un 2,2%, lo que le garantizaría ser eurodiputado. En el juego de transferencias, y según el recuerdo de voto expresado de las últimas generales —por ser más recientes—, encontramos que, de los que declaran votar a Alvise, 200.000 vendrían de Vox, 87.000 proceden de la abstención, 49.000 del PP, 8.000 del PSOE y otros tantos de gente que el 23-J votó en blanco.

Existe malestar en la sede de Bambú por la irrupción de la candidatura "friki" de Alvise, quien en su día llegó a trabajar en sus filas aunque "duró poco". Muchos le han tratado y genera sentimientos contradictorios. "Comí con él, me pareció un chico temerario, que juega al límite", afirma un miembro de Vox. "Pero lo suyo no es un proyecto político. A las elecciones no te presentas para tener inmunidad parlamentaria, eso no es política, es antipolítica, similar a Cicciolina..", continúa en alusión a la famosísima actriz de cine erótico que llegó a ser diputada en Italia. "No pienso que le quite a Vox, sino a todos un poco por igual, y sobre todo a la abstención", remata convencido de que es un fenómeno marginal.

"Comí con él y me pareció que juega al límite. Eso no es política, es antipolítica, similar a Cicciolina", destaca un miembro de Vox

"Alvise lo que busca es inmunidad", responden en el partido de Abascal. En efecto, el tuitero anunció en febrero su intención de acudir a las europeas con el expreso deseo de blindarse ante las diversas causas judiciales que le asolan por difundir informaciones de dudosa veracidad. "Saquémosles los trapos sucios a la cara a toda la calaña política y mediática de nuestro país usando contra ellos el mismo escudo judicial que todos ellos han usado para esconderse", avisó. Alvise incita a votarle para "expulsar a Irene Montero de la política" y "explicarle a Francia y Alemania que no somos las furcias de nadie". También ha prometido que no cobrará "un solo euro público", sino que sorteará su nómina entre sus seguidores. Y ha anunciado que repartirá en mano su papeleta electoral en casi todas las capitales de provincia del país para "evitar el sabotaje electoral y de Correos".

“No es imposible que lo consiga, tiene muchos seguidores”, admiten desde Vox, donde temen que la magnitud del mordisco en su electorado pueda hacerles perder un par de escaños cruciales para sus intereses. Claro que si se mide la fuerza de un partido en número de seguidores en las redes sociales el de Abascal sería el "más votado de España", razonan. “Buxadé es un tipo inteligente y tiene buenas ideas pero no despierta pasiones, le cuesta comunicar”, señala una fuente que conoce bien la realidad de Vox. “Y Alvise ha captado bien esa debilidad y busca su hueco”, añade.

Foto: Manifestantes con pancartas, durante una manifestación contra la amnistía frente a la sede del PSOE en Ferraz. (Europa Press/Diego Radamés)
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Desde Génova miran con regocijo el avance demoscópico de Alvise. El PP está convencido de que le hará "un roto importante" a Vox. "Beben de las mismas fuentes, su público digital es el mismo", afirma un dirigente de Génova. "Alvise se mueve en el mismo margen que Vox. En las redes sociales lo sufrimos: primero nos atacan a los del PP, somos su obsesión, y después, si les queda un ratito, se ponen ya con Pedro Sánchez", continúa este integrante de la dirección nacional, encantado de que fragmente a Vox.

Los socialistas son algo más escépticos, aunque creen que "no es una locura" que se haga con un escaño. En todo caso, reparten el daño a la derecha en un "70-30 entre Vox y el PP". Alvise fue uno de los reponsables en agitar las primeras protestas en la sede del PSOE, allá por noviembre, y hoy pueden verse pegatinas en la calle Ferraz anunciando la candidatura europea de "Se acabó la fiesta".

Foto: La candidata del PP a las elecciones europeas, Dolors Montserrat; el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder del PPE en la Eurocámara, Manfred Weber. (Europa Press/David Zorrakino)

Todos los expertos demoscópicos coinciden en que, al tratarse de circunscripción única, sin umbral mínimo de votos, el Parlamento Europeo es el sitio más fácil para entrar. Y como el ciudadano sigue viendo las instituciones europeas como algo lejano, "se permiten el lujo" de votar opciones rompedoras, como expresión de castigo, desidia o, simplemente, provocación.

El director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos, José Pablo Ferrándiz, expresa dudas sobre la capacidad real de Alvise para convertir ese voto, especialmente de los abstencionistas, que serían su segunda fuente después de los exvotantes de Vox, según el CIS. "Lo han verbalizado, pero deben tenerse en cuenta otros elementos subjetivos. ¿Se van a movilizar? No lo creo. Es muy difícil sacar a la gente de la abstención, salvo en momentos puntuales de gran crisis como fue el 15-M", apunta Ferrándiz, recordando la irrupción de Podemos larvada en el malestar económico y social, especialmente de los jóvenes, y la desconfianza en el sistema institucional. En 2014, el televisivo profesor universitario Pablo Iglesias logró la campanada al irrumpir en Europa con 5 eurodiputados y una campaña basada en la difusión por redes sociales.

José Pablo Ferrándiz (Ipsos) señala que Vox es un partido "antisistema" pese a gobernar y es el que mejor captará el voto "irritado" en las europeas

“Vox sigue siendo un partido antisistema, de discurso antielitista, pese a haber entrado en algunos gobiernos con el PP. Y es el partido que mejor va a explotar esa irritación, en línea con una serie de partidos europeos que aprovecharán el discurso anti inmigración”, asegura Ferrándiz. El último barómetro del CIS incluye una pregunta sobre los “sentimientos que le inspira la política” y los votantes de Vox son los que más fuerte expresan la “irritación”. “Es el motor de su voto, gente enfadada”, añade el experto de Ipsos.

Políticos y politólogos rememoran al unísono un nombre cuando se les pregunta por Alvise: José María Ruiz Mateos. El polémico empresario y fundador de Rumasa logró dos escaños en las elecciones al Parlamento Europeo de 1989 y esquivó varios procesos judiciales pendientes gracias a su condición de aforado. Aunque entonces no existían las redes sociales, el puñetazo que le propinó al ministro socialista Miguel Boyer en la puerta del juzgado se hizo viral y, aunque sobre él pesaba una orden policial de búsqueda y captura, logró completar su estrambótica campaña electoral.

Foto: Javier Milei y Santiago Abascal en una imagen de octubre de 2022. (Vox)

El tuitero ha sido objeto de diversos procedimientos judiciales de políticos y personajes públicos por injurias y difamación, como la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena, de quien publicó falsamente que recibió un respirador en su casa en plena pandemia de coronavirus, un bulo por el que fue condenado a pagar 5.000 euros a la exedil de Ahora Madrid. También fue castigado a indemnizar con 60.000 euros al exministro José Luis Ábalos “por graves daños morales” tras difundir una fotografía del jardín de su casa, aunque la sentencia fue revocada por un error en el procedimiento y deberá repetirse el proceso judicial. Además, el Tribunal Supremo anuló el pasado mes de febrero la condena de 10.000 euros que se le había impuesto por insinuar presuntas irregularidades sobre la empresa de la periodista de La Sexta Ana Pastor. Ante el juez reconoció haber difundido una PCR falsa de Salvador Illa, sin probar su veracidad, coincidiendo con el debate electoral de las elecciones autonómicas de 2021.

Estos días, Alvise intenta hurgar en las grietas internas de Vox y lanza ataques personales contra algunos de políticos de Vox, como Jacobo Robatto, parlamentario en Andalucía. O el exdiputado Juan Luis Steegmann, a quien acusa de haber cobrado de farmacéuticas siendo el portavoz de Sanidad del partido en plena pandemia y con los antivacunas danzando. También se ha dejado fotografiar con el exportavoz del Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, quien abandonó la política en agosto. Una foto robada que circuló justo el día después de que el CIS catapultara sus opciones electorales.

A este competidor inesperado de Vox, hay que sumarle la candidatura de Roberto Vaquero, otro activista digital que encabeza Frente Obrero y acusa a Vox de ser la nueva derechita cobarde. "Ellos tienen que decidir, o son un partido de derecha, un poco más a la derecha que Ayuso, pero con una esencia liberal y dentro de lo que es lo democrático, o es un partido de nueva derecha populista que va a la guerra, que va a ser outsider, que va al asalto y a arrasar. Y creo que les iría mejor con la segunda. Ojalá cojan la primera y así ese espacio de descontento nos lo llevemos nosotros", opinaba Vaquero en una entrevista reciente.

A Vox le ha salido un competidor por la derecha que ya pita en el radar de las encuestas y amenaza con darle un disgusto a Santiago Abascal en las elecciones europeas. Se trata de "Se acabó la fiesta", la candidatura que lidera el activista Alvise Pérez, agitador de ultraderecha y propagador de bulos, para los ajenos, o luchador incansable de las verdades más oscuras y azote de los políticos, para los fieles. Y, ojo, porque tiene un batallón: casi medio millón de seguidores en Telegram que replican sus mensajes antisistema contra el deep State, ese Estado profundo del que forman parte los partidos y los medios de comunicación, corruptos todos. Alvise, que asegura haber recogido 150.000 avales, espera dar el salto a Estrasburgo el 9 de junio y luchar desde allí contra la mafia.

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