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Rovira se arriesga a una orden de detención internacional en plena negociación con Illa
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Rovira se arriesga a una orden de detención internacional en plena negociación con Illa

La incomparecencia de la líder de Esquerra a la citación del próximo miércoles desembocará, previsiblemente, en una solicitud de arresto que coincidirá con el diálogo para la formación del Gobierno de Cataluña

Foto: Rovira, en un acto de campaña. (EFE/Siu Wu)
Rovira, en un acto de campaña. (EFE/Siu Wu)
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La secretaria general de ERC, Marta Rovira, lleva en estos días dos vidas paralelas. En una de ellas, asume desde Suiza la interlocución con Salvador Illa para negociar la posible entrada de ERC en un tripartito en Cataluña. En la otra, debe afrontar una declaración como imputada por delitos de terrorismo en la causa de la Audiencia Nacional que investiga las acciones de la plataforma Tsunami Democràtic. Ambas confluirán en los próximos días. La incomparecencia de la líder de Esquerra a la citación del juez Manuel García Castellón desembocará previsiblemente en la emisión de una orden de busca y captura internacional que coincidirá con el diálogo para la formación del Gobierno de Cataluña.

Hasta el momento, lo único seguro es que Rovira reside desde hace años en Suiza, donde escapó cuando fue citada por el Tribunal Supremo en la causa del procés. Sin embargo, el Central de Instrucción que la investiga no ha logrado siquiera que facilite una dirección en aquel país a efectos de notificación. Su domicilio declarado a efectos judiciales es la sede de ERC en Barcelona. Con ese único dato, el instructor del procedimiento la ha citado junto a otros investigados el próximo miércoles para que declare por videoconferencia desde esa ciudad.

El último paso de la dirigente de Esquerra ha sido reclamar que esa videoconferencia acordada se haga desde Suiza, pero el juez ha rechazado la solicitud. Además de la propia Rovira, otros de los acusados se han ido desplazando a este país en los últimos meses. Nadie en la Audiencia Nacional espera que se presenten en Barcelona en un momento en el que la ley de amnistía no ha sido aún aprobada. La respuesta será su declaración de rebeldía y busca y captura por terrorismo.

Suiza no ha sido nunca receptiva a las reclamaciones efectuadas por los jueces de España. En una de sus últimas respuestas al Central de Instrucción 6 el país dejó en suspenso una comisión rogatoria en la que el juez reclamaba que se localizara a Rovira y se investigara una cuenta en el banco helvético Banca della Svizzera Italiana (BSI). Alegaba también dudas sobre si los hechos encajan en el delito de terrorismo y advertía sobre el posible "carácter político" de las conductas investigadas. Tampoco el Supremo fue atendido en el procedimiento por el proceso de independencia catalán.

Suiza y Moncloa

El episodio levantó polémica hace unos meses porque el dictamen suizo quedó retenido en el Ministerio de Justicia durante casi dos meses y se difundió antes de que el Juzgado tuviera conocimiento oficial de su contenido. El departamento de Bolaños alegó que la tramitación se retrasó de forma natural. Suiza también se encuentra en el foco por el proceso de designación de un juez de enlace tanto para Francia como para el país helvético, con unos criterios que parecen cortados a medida de una de las aspirantes, la exministra de Justicia Pilar Llop.

Mientras todo esto sucede, Rovira ha asumido la carga de las conversaciones con el PSC de cara a la investidura del próximo president de la Generalitat. De forma simultánea al anuncio lanzado por Oriol Junqueras, la secretaria general envió una carta a la militancia en la que comunicaba que no volverá a optar a su actual cargo. Esa despedida no se producirá, no obstante, hasta el próximo noviembre, mes en el que se ha convocado el próximo congreso nacional.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras, en la rueda de prensa donde justificó su decisión de abandonar la presidencia. (EFE/Alejandro García)

A pesar del mensaje, su salida se ha convertido en un adiós en diferido. Como anunció ella misma, en estos meses se dedicará a acompañar "la transición". Mientras Oriol Junqueras se aparta del foco durante este lapso, Rovira ha tomado las riendas de las negociaciones tras el 12-M, centradas en decidir un apoyo a Illa que implique sacar adelante la investidura o la repetición de elecciones. Voces de ERC aseguran que una nueva cita electoral no conviene a un partido con el voto en mínimos históricos. Tampoco se le escapa a nadie que Carles Puigdemont, enemigo íntimo de Esquerra, busca precisamente eso, que los catalanes regresen a las urnas.

Alejados por completo en lo ideológico, Rovira y Puigdemont están, sin embargo, unidos por Tsunami. El Supremo, por un lado, y la Audiencia Nacional, por el otro, les atribuye a ambos un papel esencial en la coordinación y promoción de las acciones de la plataforma que consideran como terroristas. La amnistía alcanzará su entrada en vigor en dos semanas si se cumplen las previsiones, pero su aplicación por parte de los tribunales ya se adivina larga, tortuosa e incierta para los investigados por estos hechos.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, lleva en estos días dos vidas paralelas. En una de ellas, asume desde Suiza la interlocución con Salvador Illa para negociar la posible entrada de ERC en un tripartito en Cataluña. En la otra, debe afrontar una declaración como imputada por delitos de terrorismo en la causa de la Audiencia Nacional que investiga las acciones de la plataforma Tsunami Democràtic. Ambas confluirán en los próximos días. La incomparecencia de la líder de Esquerra a la citación del juez Manuel García Castellón desembocará previsiblemente en la emisión de una orden de busca y captura internacional que coincidirá con el diálogo para la formación del Gobierno de Cataluña.

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