Bolaños-Pons y Espadas-Arenas: los tímidos contactos en el divorcio total entre PSOE y PP

Las elecciones europeas del 9 de junio serán el final de un intenso semestre, que ha paralizado al Gobierno de coalición y ha intensificado la ya mala relación entre el PSOE y el PP. Desde el 23-J, la situación entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo es de divorcio total. Este profundo desencuentro ha impregnado a los dos partidos. Y el clima de crispación que ha disparado el largo ciclo electoral —en febrero las gallegas; abril las vascas; mayo las catalanas y quedan las europeas— no ha propiciado un acercamiento.

Pese a que el debate en el Congreso y en el Senado se ha vuelto irrespirable —parlamentarios de los dos partidos se quejan amargamente de ello— existen dos hilos distintos de comunicación entre populares y socialistas que permiten afirmar que todo, todo, no está roto. Existe una interlocución fluida e incluso amistosa entre el portavoz del PSOE en la Cámara Alta, Juan Espadas, y el número dos del grupo, Alfonso Gil, con el portavoz adjunto del PP, Javier Arenas, sobre todo entre los dos últimos.

Y también un canal abierto entre el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons. Distintas fuentes confirman que se llevan bien. Por ahora, y no ha sido por falta de intentos, no han logrado sacar adelante la renovación del Consejo del Poder Judicial (CGPJ). Pero se espera que puedan hacerlo, precisamente después de las europeas. Esa es la previsión en el Ejecutivo, en el PP y en el propio órgano de gobierno de los jueces.

La "relación personal" que mantienen, aseguran las fuentes consultadas, "no es mala". Es relevante porque los dos son personas de la máxima confianza de sus respectivos jefes Para asuntos puntuales, Bolaños también se ha puesto en contacto con la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, pero el enlace más permanente es con González Pons, aunque está circunscrito solo a un acuerdo sobre el CGPJ.

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La interlocución entre ellos es en estos momentos la de mayor nivel entre el Gobierno y el PP. Es absolutamente inexistente entre Sánchez y Feijóo y entre el jefe de gabinete del presidente, Óscar López, y la jefa de gabinete del jefe de la oposición, Marta Varela. Y tampoco hay fluidez entre el resto de ministros socialistas y el PP. Ni entre el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, y su homólogo popular, Miguel Tellado. López llegó a decir en TVE que debe "tener relaciones con él" pero "muchos ya estamos echando de menos a Cuca Gamarra", que era antes la jefe del grupo popular.

En Génova esgrimen que todo es más fácil en el Senado porque es una cámara con "menos tensión política" y la mayoría absoluta de los populares tiene un "efecto calmante". La verdad es que el tono de las intervenciones es igual de bronco en el Congreso que en el Senado. Y así lo ratifican fuentes de los dos grupos parlamentarios. No lo dicen en público, pero en las dos formaciones se critica cuando alguien de sus propias filas realiza una intervención fuera de lugar.

Opinión

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En los últimos meses, ha sido muy frecuente encontrar a diputados y senadores de uno y otro partido lamentando el discurso bélico que cruzan Gobierno y oposición. No solo es una queja, late una preocupación. E incluso una voluntad de poder superarlo.

El deterioro de la convivencia política no es un fenómeno nuevo. Se produjo desde la llegada al poder de Sánchez con la moción de censura. Al presidente del Gobierno se le ha atacado con dureza y él, que siempre quiere estar a la mayor distancia posible de sus contrincantes, se ha dedicado también a combatir con severidad al PP. Pero la situación se ha exacerbado estos meses.

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Por eso la facilidad con que se relacionan en el Senado, Espadas, Arenas y Gil es una excepción. Y no tiene que ver con que sea una cámara menos importante o incluso con que se trate de políticos veteranos. "Se respetan y siempre guardan las formas", aseguran fuentes parlamentarias. "Entienden la política como un ejercicio útil y que las estrategias de partido deben ser compatibles con la convivencia en la institución", añaden.

Este pensamiento lo comparten muchas otras personas en el PP y el PSOE, que esperan, además, un cambio de dinámicas tras las europeas. Pero la primera oportunidad podría presentarse antes, con la decisión del Gobierno de reconocer el Estado de Palestina. La Moncloa ha deslizado que el presidente podría informar antes a Feijóo. En el PP lo dudan: "La verdad es que no confiamos en que Sánchez recupere el más mínimo sentido de la institucionalidad".