Margarita Robles deja caer que Pegasus pudo ser vendido a "grupos" para exculpar a Marruecos

"No sé si además de los Estados no hay otros grupos que pueden tener acceso Pegasus", el eficaz programa de ciberespionaje de fabricación israelí. La ministra de Defensa, Margarita Robles, esgrimió esta hipótesis inédita en la comisión mixta de seguridad nacional ante la que compareció el lunes. Es la primera vez que un miembro del Gobierno formula esta suposición.

La empresa NSO, fabricante de ese programa malicioso, siempre afirmó que solo vendía sus productos a Estados y su exportación requiere además una autorización del Ministerio de Defensa israelí. La mayor investigación periodística sobre Pegasus, la que sacó a la luz el consorcio Forbidden Stories en julio de 2021, indicó que una docena de Estados, entre los que figuraba Marruecos, habían utilizado Pegasus.

Las palabras de la ministra, después de que el nombre de Marruecos hubiese sido pronunciado por varios diputados de la oposición, como Rafael Hernando (PP), y de grupos parlamentarios socios del Gobierno, como Jon Iñarritu (Bildu) constituyen un intento de disculpar a los servicios secretos del país vecino del espionaje masivo del que le acusó la prensa y, en términos más velados, en el Parlamento Europeo hace un año.

Forbidden Stories desveló muy pocos casos de dispositivos españoles infectados, pero diez meses después, el propio Gobierno español reconoció que los móviles de su presidente, Pedro Sánchez, y de los ministros de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de la propia Robles sí fueron pirateados. El ciberataque contra el dispositivo del titular de Agricultura, Luis Planas, fue el único que fracasó. A través de la Abogacía del Estado el Gobierno puso a continuación una denuncia en la Audiencia Nacional.

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La ministra compareció, por primera vez, ante la comisión de seguridad. No lo hizo como afectada sino como responsable del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) del que depende, a su vez, el Centro Criptológico Nacional que analizó los móviles infectados.

A lo largo de sus dos horas de comparecencia, las palabras de Margarita Robles no se ajustaron a la verdad en cuatro ocasiones:

1. La ministra de Defensa afirmó que en el análisis del móvil del presidente “no se encontró evidencia de información clasificada como secreta o reservada” que pudiera haber sido robada. Por tanto la seguridad nacional no quedó comprometida. Es posible que el dispositivo no contuviera ningún documento de esas características, pero los que le espiaron efectuaron descargas a lo largo de 14 meses, la más voluminosa el 19 de mayo de 2021, cuando finalizó la entrada masiva de inmigrantes marroquíes en Ceuta, según el auto del juez José Luis Calama, de la Audiencia Nacional. Obtuvieron, por tanto, conversaciones y mensajes de Pedro Sánchez sobre la crisis con Marruecos con miembros del Gobierno así como con mandatarios extranjeros. ¿No es esa una información secreta aunque no haya sido clasificada como tal?

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2. La ministra afirmó en varias ocasiones: “Somos los primeros interesados en saber quién está detrás” de ese espionaje. Pese al interés, ninguno de los afectados por la infección, ni siquiera ella misma, acudieron a declarar presencialmente ante el juez José Luis Calama de la Audiencia Nacional sobre quién recayó la investigación. Lo hicieron por escrito. En el auto con el que, en julio de 2021, archivó provisionalmente las diligencias, el juez se quejó de no haber podido contar con el apoyo diplomático del Gobierno para llevar a cabo en Israel las dos comisiones rogatorias que solicitó. El Gobierno podía, además del espionaje, haber denunciado a la empresa NSO por proporcionar la herramienta con la que fue atacado. No lo hizo.

3. La ministra negó que Arancha González Laya, que estuvo al frente de Asuntos Exteriores hasta julio de 2021, fuese espiada. “No me consta (...)”, dijo. González Laya afirmó que sí lo fue en una entrevista publicada por “El Periódico de España” el 7 de junio de 2022. Sus antiguos colaboradores en el ministerio recuerdan como le retiraron el móvil para ser analizado y, a los pocos días, le comunicaron que estaba infectado.

4. La ministra recalcó el “cuidado que tenemos” en preservar el secreto de las comunicaciones y recordó que ella deja el móvil fuera de las reuniones del Consejo de Ministros y de la OTAN a las que asiste. Tuvieron que transcurrir 11 meses, después de que se descubriese el pinchazo al dispositivo de González Laya, para que se revisaran los móviles del presidente y varios ministros. Estos ministros, incluida la propia Robles, no actualizaron los parches de seguridad tal y cómo había recomendado el Centro Criptológico Nacional en una nota remitida a los altos cargos. El único que sí lo hizo fue Luis Planas y por eso su dispositivo no pudo ser pirateado con Pegasus. Planas fue embajador en Rabat de 2004 a 2010 y durante la crisis hispano-marroquí (diciembre de 2020-marzo de 2022) fue con frecuencia consultado por el presidente Sánchez.