Begoña Gómez negoció que Indra, Telefónica y Google hicieran gratis un software para su Máster

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Begoña Gómez se reunió con directivos de Indra, Telefónica y Google para pedirles que hicieran gratis para su Máster de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense una aplicación o software de sostenibilidad. Las dos compañías españolas, ahora participadas por el Ministerio de Hacienda, y el gigante de Mountain View accedieron a las pretensiones de la mujer de Pedro Sánchez.

Directivos y portavoces de las tres multinacionales han reconocido a El Confidencial que participaron en el desarrollo de la herramienta, bautizada internamente como Proyecto Transformación Social Competitiva-Plataforma de Impacto Social. Debía servir para que las pequeñas y medianas empresas pudieran conocer de un modo ágil y sencillo su grado de cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Según datos proporcionados por las propias compañías, estos trabajos les supusieron un coste de al menos 150.000 euros, pero ni Begoña Gómez, ni el Máster, ni la Complutense les abonaron nada. La colaboración con la mujer del presidente del Gobierno se articuló como un proyecto altruista para una entidad “sin ánimo de lucro” y de carácter educativo.

El proyecto dio sus primeros pasos en 2022. Minsait, la filial tecnológica de Indra, lideró el desarrollo del software. Lo hizo de la mano del director de Ventas y Marketing, Ángel Bonet, que dependía orgánicamente de Cristina Ruiz. En marzo de ese año se produjo una reestructuración en la cúpula de Minsait y el encargo pasó a manos de Luis Abril, actual consejero delegado de la firma. También participó en el proyecto Amado Ramos, responsable de Indra Business Consulting.

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En Telefónica, la supervisión y los contactos con la mujer de Sánchez correspondieron a Sergio Oslé, consejero delegado de Telefónica España, y Antonio Bengoa, director de Relaciones Institucionales. En el caso de Google, la comunicación con el Máster fue asumida por el Departamento de Políticas Públicas de la filial española del buscador estadounidense. En cuanto a la parte técnica del proyecto, esta recayó en el equipo de Google Cloud.

Según las mismas fuentes, Minsait se ocupó de lo que en el argot tecnológico se conoce como ‘front’, la parte de la aplicación que ven los usuarios en sus pantallas, como botones, casillas de verificación, gráficos, texto o animaciones. Por su parte, Telefónica hizo el ‘back’, los datos y la infraestructura tecnológica que permiten que una aplicación funcione e interactúe correctamente con el usuario. Google colaboró en esta última parte. De hecho, se utilizó su tecnología para crear la arquitectura de la plataforma y fue finalmente alojada en su nube.

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Durante el tiempo que duraron los trabajos, Begoña Gómez visitó las instalaciones de Indra y Telefónica para supervisar personalmente su evolución. En ambos casos fue recibida por los máximos responsables de las compañías.

Sin embargo, el software de sostenibilidad entró en una encrucijada en septiembre de 2023. Aunque estaba casi concluido, faltaba ensamblar sus diferentes piezas y ponerlo en marcha. En ese momento, Indra había incurrido ya en unos gastos de 70.000 euros. Por su parte, Telefónica y Google habían desembolsado cada una otros 40.000€. Ante las dificultades para seguir justificando una cooperación desinteresada de esta envergadura que, además, tenía como beneficiario al Máster de la mujer del presidente del Gobierno, las tres compañías optaron por desmarcarse de la plataforma de sostenibilidad antes de acabarla.

La existencia de un posible conflicto de interés fue clave en la retirada. En febrero de 2022, el Consejo de Ministros aprobó elevar la participación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) del Ministerio de Hacienda en Indra del 18% al 28%. Dos meses después, Luis Abril se hizo cargo de la filial Minsait y descubrió que la compañía ni siquiera había firmado un contrato que amparara la implicación de su empresa en el software de Begoña Gómez.

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El directivo decidió entonces trasladar el expediente a las comisiones de Auditoría y Cumplimiento Normativo de Indra para que se pronunciaran sobre las posibles irregularidades y el hipotético conflicto de interés. Ambas comisiones concluyeron que no se había infringido ninguna norma. Abril exigió que al menos se firmara un contrato con la Complutense, aunque en ese momento ya estaba ejecutado el 80% de su aportación al proyecto. Pero las dudas continuaron y en 2023 acabaron provocando la salida de Minsait.

En el caso de Telefónica, la sombra del conflicto también sobrevoló su relación con el Máster de Begoña Gómez. La compañía era adjudicataria habitual de grandes contratos públicos, estaba sometida permanentemente a las decisiones regulatorias del Gobierno y, además, Moncloa estaba moviéndose justo en ese momento para que la SEPI regresara a su accionariado tras 27 años de ausencia. Este diario adelantó la maniobra en octubre de 2023.

En cuanto a Google, durante el tiempo que duró su intervención en el proyecto estuvo negociando con el Gobierno una modificación de la Ley de Propiedad Intelectual que libró al buscador de tener que pagar a los medios de comunicación por enlazarlos en su servicio de Google News. También logró que el Ejecutivo se comprometiera a retirar en 2024 la llamada tasa Google, que gravaba con un 3% los ingresos de las grandes tecnológicas.

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Las tres compañías analizaron internamente su relación con el Máster de Begoña Gómez y consideraron que su generosidad había llegado demasiado lejos o podía ocasionarles problemas legales.

Un portavoz de Moncloa preguntado por El Confidencial señala que no considera que exista ningún conflicto de interés. Encuadra la relación de estas empresas con el Máster de Begoña Gómez en la colaboración habitual que tienen estas mismas compañías con otras entidades educativas. Además, subraya que Begoña Gómez no firmó los convenios que las tres multinacionales suscribieron con el Máster, sino que lo hicieron otros responsables de la Universidad.

Tras la marcha de Indra, Telefónica y Google, Begoña Gómez consiguió que el Rectorado de la Universidad Complutense sacara a concurso un contrato para sufragar con fondos públicos la última fase de su plataforma. La propia pareja del líder socialista firmó el pliego de prescripciones técnicas de la licitación, como consta al final del documento. “La Universidad tiene un proyecto tecnológico de medición de impacto y la empresa adjudicataria se ocupará de dar apoyo a la implementación del mismo mediante las tecnologías más adecuadas, así como de coordinar y planificar la implementación de los procesos de la herramienta”, escribió.

El concurso fue anunciado en la Plataforma de Contratación del Estado el 11 de septiembre de 2023. El plazo de prestación del servicio era de tres meses y su precio no podía superar los 72.600 euros, impuestos incluidos. Asimismo, el lugar de ejecución era la “Escuela de Gobierno UCM-Cátedra de Transformación Social Competitiva”, el departamento que dirige la mujer de Sánchez desde 2020 y en el que se encuadra su Máster.

Dos empresas presentaron ofertas. Una de ellas fue Deloitte Consulting SLU, que acabó llevándose el encargo tras redactar la propuesta más barata, con un importe de 60.500 euros. Con esta partida, el coste total de la herramienta para el Máster de Begoña Gómez se elevó hasta los 210.500 euros.

El resultado de la adjudicación pública se conoció el 25 de octubre. Indra, Telefónica y Google entregaron automáticamente a la nueva concesionaria todos los desarrollos que habían realizado gratuitamente hasta la fecha y salieron del proyecto.

Según los plazos previstos en los pliegos, el servicio de Deloitte debía haber concluido el pasado febrero. Ese mes irrumpió en la vida de Begoña Gómez el caso Koldo. El Confidencial desveló que la mujer de Sánchez se había reunido con uno de los principales implicados en la trama de corrupción vinculada al PSOE, el intermediario y presunto comisionista Víctor de Aldama.

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Informaciones posteriores de este diario revelaron también que, en enero de 2020, el IE Africa Center que entonces dirigía la mujer de Sánchez firmó un contrato de colaboración con Globalia y se reunió en al menos dos ocasiones con el consejero delegado de esta compañía, Javier Hidalgo, durante la pandemia. Semanas después, el holding turístico pidió formalmente el rescate de Air Europa, que el Gobierno concedió finalmente entre octubre y noviembre con una ayuda récord de 475 millones de euros.

Begoña Gómez también firmó al menos tres cartas de apoyo a una UTE participada por la consultora Barrabés para que se llevara varios contratos licitados por el organismo público Red.es del Ministerio de Economía entre 2020 y 2021. La UTE avalada por la mujer de Sánchez se llevó finalmente los tres lotes a los que se presentó tras obtener la máxima calificación en la fase subjetiva de los tres concursos. En total, recibió más de 10 millones de euros.