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El Congreso aprueba la ley de amnistía pero el independentismo avisa: "Próxima parada: referéndum"
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PLENO DE ALTA TENSIÓN

El Congreso aprueba la ley de amnistía pero el independentismo avisa: "Próxima parada: referéndum"

La euforia de los socios del Gobierno se ve empañada por un cruce de insultos con Vox, que llama "¡traidores!" a los socialistas. Sánchez no ha asistido al debate y solo ha acudido al hemiciclo para votar

Foto: La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, tras intervenir en el pleno del Congreso en que  se aprueba la ley de amnistía (EFE/ J.J. Guillén)
La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, tras intervenir en el pleno del Congreso en que se aprueba la ley de amnistía (EFE/ J.J. Guillén)
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La ley de amnistía, la pieza tractora que ha permitido a Pedro Sánchez conservar la Moncloa, ha quedado definitivamente aprobada. Lo que hace poco más de un año parecía imposible, se ha votado este jueves en medio de una gran tensión ambiental. Por llamamiento, con el hemiciclo fracturado en dos bloques antagónicos y un cruce de insultos durante el debate entre Santiago Abascal y José María Figaredo, de Vox, y el portavoz de Sumar, Gerardo Pisarello, que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, no ha sabido dominar y gritos de "traidor" a Pedro Sánchez y el resto de miembros del Ejecutivo de coalición de la bancada de la derecha. La bronca ha empañado la intensa celebración de los independentistas y hasta sus advertencias: "La lucha continúa", de Junts, y "siguiente parada, referéndum", de ERC.

Pero los votos han ido religiosamente a la cesta correspondiente. A favor el PSOE, Sumar, ERC, Junts, PNV, Bildu, BNG y Podemos y en contra el PP, Vox, Coalición Canaria y UPN. Con la ausencia de una parlamentaria morada, han sido en total 177 votos en el sí y 172 en el no. Suficientes para superar los 176 (mayoría absoluta) que exige una ley orgánica como es la amnistía.

El presidente del Gobierno ha acudido a última hora, a tiempo sólo para depositar la papeleta en la urna. No ha escuchado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ni al portavoz que ha intervenido en nombre del PSOE, Artemi Rallo. Y eso que en la intervención de Feijóo ha interpelado directamente al jefe del Ejecutivo y le ha acusado de "corrupción política" por pactar la amnistía a cambio de los siete votos de Junts, que permitieron su investidura.

"Cuánto vale la impunidad. Cuánto vale no tener que responder ante los tribunales, no tener que pagar ni con cárcel ni con multas la presunta comisión de delitos. Señorías, si alguien cogiese fondos del Estado y se los diese a una serie de políticos a cambio de que lo hagan presidente, todos diríamos que eso es corrupción", subrayó. "Han mentido a los españoles", continuó. "No se atrevan a llamarlo convivencia, no se rían de la gente, es un intercambio de poder a cambio de privilegios".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (EFE/Mariscal) Opinión

El dirigente popular, que volvió a pedir a los parlamentarios del PSOE que no apoyen la ley con la advertencia de que "la historia será más generosa con (Javier) Lambán que con ustedes", en alusión a la ausencia del expresidente de Aragón cuando la ley se votó en el Senado, reclamó también que si "tan buena es, convoquen elecciones y que vaya en su programa electoral". Feijóo no valida el relato de que la amnistía ha servido para debilitar al independentismo que es precisamente el argumento que ha exhibido el PSOE, desde que en las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, la suma de los partidos separatistas no sea mayoritaria por primera vez en cuatro décadas.

"Europa, España y Cataluña han dicho sí a la amnistía", dijo Artemi Rallo, que intervino en lugar del portavoz del grupo, Patxi López y comenzó su discurso llamando "filonazis" y "neofascistas". Rallo destacó que 15 de los 19 partidos de la Cámara han apoyado la amnistía, en línea con lo que reclamaba la Comisión de Venecia y el Consejo de Europa. Y a ello sumó el resultado del 12-M y el hecho que exista una mayoría no independentista.

Son, dijo, "nuevos tiempos para el diálogo y para el acuerdo. Los ciudadanos, tanto en Cataluña como en España, dijo, han sabido ver en todas las decisiones tomadas, también los indultos, "grandeza y generosidad". "Gracias a los españoles que ya empatizaron y que lo harán en el futuro". Esta valoración la acompañó de una dura crítica al PP por su "apelación al transfuguismo", su propuesta de hace unos meses de ilegalizar partidos independentistas, el "tramposo" conflicto entre Congreso y Senado, el "artero" cambio del reglamento de la Cámara Alta para retrasar la amnistía o la "agresión" con que, en su opinión, ha tratado a los letrados del Parlamento.

Un debate de alta tensión

Aunque los socios del Ejecutivo han celebrado la aprobación definitiva de la ley de amnistía —incluso con exacerbada emoción, como fue el caso de una Míriam Nogueras al borde de la lágrima—, también ha habido un aviso unánime por parte de las formaciones nacionalistas a Sánchez: que la despenalización del procés no es, ni mucho menos, el "punto y final" en la búsqueda de una solución al "conflicto" con Cataluña. La portavoz de Junts ha lanzado una dura advertencia a un jefe del Ejecutivo que en ese momento estaba ausente del pleno. "Después de hoy la lucha continúa, y estamos más preparados", lanzaba.

Tras calificar de "acomplejados" a PSOE y PP por "haber participado activamente en la represión" contra el independentismo, Nogueras ha exigido la "plena autonomía" de Cataluña, y ha avanzado que seguirán trabajando en ese objetivo. "Hoy es un día histórico en toda la amplitud del término. Hoy no se perdona, hoy se gana. Se gana una batalla del conflicto que hace siglos que existe entre la nación catalana y la española", reiteraba. En la misma línea se expresaba Gabriel Rufián. "Estamos ante la primera derrota del régimen del 78", apuntaba el portavoz de ERC, que advertía también a los socialistas: "Próxima parada: referéndum".

placeholder Feijóo, tras su intervención en el Congreso. (Reuters/Susana Vera)
Feijóo, tras su intervención en el Congreso. (Reuters/Susana Vera)

El resto de socios del Ejecutivo han instado también a Sánchez a no dar por superado el "conflicto político con Cataluña". Javier Sánchez Serna, de Podemos, ha advertido, por ejemplo, que "sin la democratización del Estado y de la Justicia estamos ante una victoria pírrica", mientras que el portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, afirmaba también que "no hay que hacer un cálculo erróneo de que con esta ley se ha solucionado el conflicto", aunque sí "hay un mejor clima para abordarlo" pese a que "los que se creen el Cid o Don Pelayo intenten poner palos en las ruedas", en alusión a PP y Vox.

"La amnistía no puede ser un punto y final, tiene que ser la antesala de un cambio más profundo", exigía también Gerardo Pisarello, de Sumar. El diputado tuvo después un duro encontronazo con la bancada de Vox tras la intervención de Santiago Abascal que, como viene siendo habitual, elevó el tono desde la tribuna de oradores y calificó la aprobación de la amnistía como "el mayor acto de corrupción política". "Aquí, ¿quién les apoya? Los albaceas de ETA y los delegados del prófugo de la justicia", azuzó contra la bancada socialista.

Foto: Carles Puigdemont (EFE / David Borrat)

La tensión escaló cuando Pisarello pidió la palabra desde su escaño para responder a la intervención del líder de Vox. "No aceptamos ninguna lección de señoritos que rinden pleitesía al carnicero de Rafah", estalló, en alusión a la visita relámpago de Abascal a Israel para reunirse con Netanyahu. El diputado de Vox, José María Figaredo, pidió también la palabra a la presidenta del Congreso "por alusiones", pero esta se lo denegó, lo que provocó el estallido de la bancada de los ultraconservadores, donde se repetían gritos de "¡traidores!" o "¡sois una panda de corruptos!". El enfado de los de Abascal dificultó la continuación del pleno tras varias llamadas al orden de Francina Armengol. Posteriormente, varios diputados de Vox dieron la vuelta a sus asientos mientras intervenía el portavoz del PSOE.

Feijóo apostó por un tono más sosegado frente a los que empuñan insultos como "neofascistas" o "filonazis", aunque pronunció también un duro discurso frente a un Pedro Sánchez ausente. El presidente del Gobierno no entró en el hemiciclo hasta el comienzo de la votación, lo que le costó gritos de "¡cobarde!" procedentes de la bancada del PP. "Esta ley es demasiado asquerosa como para que Pedro Sánchez asista al debate o, incluso, como para que Patxi López defienda la proposición de su propio Grupo Parlamentario. Demasiado indigna hasta para ellos dos", zanjaban en Génova. "Hoy hemos asistido al acta de defunción del Partido Socialista Obrero Español", remataba Feijóo desde la tribuna.

La ley de amnistía, la pieza tractora que ha permitido a Pedro Sánchez conservar la Moncloa, ha quedado definitivamente aprobada. Lo que hace poco más de un año parecía imposible, se ha votado este jueves en medio de una gran tensión ambiental. Por llamamiento, con el hemiciclo fracturado en dos bloques antagónicos y un cruce de insultos durante el debate entre Santiago Abascal y José María Figaredo, de Vox, y el portavoz de Sumar, Gerardo Pisarello, que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, no ha sabido dominar y gritos de "traidor" a Pedro Sánchez y el resto de miembros del Ejecutivo de coalición de la bancada de la derecha. La bronca ha empañado la intensa celebración de los independentistas y hasta sus advertencias: "La lucha continúa", de Junts, y "siguiente parada, referéndum", de ERC.

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