Feijóo rechaza impulsar una moción de censura pese a dar la legislatura por agotada

Alberto Núñez Feijóo advirtió a Pedro Sánchez durante su sesión de investidura que el PP no le tendería un salvavidas cuando sus socios le fallasen. Pronosticó que el bloqueo llegaría antes o después por la intrincada aritmética parlamentaria del líder socialista y azuzó hace meses la posibilidad de impulsar una moción de censura si la legislatura llegaba al "colapso". Y a la luz de su petición de elecciones anticipadas por la "soledad" de Sánchez en el Congreso, ese momento ya habría llegado. Sin embargo, en Génova no quieren ni oír hablar de la posibilidad de impulsar una moción de censura. "No estamos en esa página", reiteran distintas fuentes.

Hay varios motivos que explican ese rechazo. El primero y fundamental es la falta de apoyos sólidos para sacarla adelante. Pese a que socios del Ejecutivo como Junts o PNV han dejado solo al PSOE en varias votaciones parlamentarias y se han posicionado junto a los populares en Congreso y Senado, en Génova creen que ninguno está en disposición de permitir que Sánchez abandone la Moncloa por la puerta de atrás. Las fuerzas nacionalistas, dicen en la cúpula popular, "no van a querer que se vaya, porque siempre pueden intentar pedirle algo más que Feijóo no concedería".

En el PP están convencidos de que después de la ley de amnistía —que este jueves recibe el visto bueno definitivo en el Congreso— el independentismo catalán pasará a la siguiente página, que será la del referéndum de autodeterminación. Dar pasos hacia ese objetivo, insisten en Génova, solo es posible si Sánchez continúa al frente del Ejecutivo. La desconfianza con el PNV, que cimentó la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018, y sobre todo la distancia sideral con el Junts de Carles Puigdemont, envía al congelador las opciones de Feijóo de desalojar a Sánchez sin unas urnas de por medio.

En las filas de los populares comparten el criterio de la dirección y ven en la moción de censura una operación de alto riesgo. Si se presenta y no sale adelante, Sánchez vería refrendado por segunda vez su mandato ante el Parlamento. El golpe sería demasiado duro. Por eso ignoran, al menos de momento, las amenazas veladas de Carles Puigdemont a Pedro Sánchez con fracturar de forma definitiva el bloque de investidura y retirarle su apoyo si se consuma un pacto entre el PSC y ERC en Cataluña.

Opinión

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Por si fuera poco, cualquier suma alternativa al Gobierno pasaría también por Vox, lo que complicaría sobremanera las opciones de que una operación semejante saliese adelante. Pese a rechazar la herramienta de la moción de censura, en Génova sí están dispuestos a tantear a Junts, PNV y otros socios del Ejecutivo para impulsar sus propias leyes y acentuar la "debilidad" del Ejecutivo. "Nosotros estamos ganando votaciones, él las pierde", sintetizan, con la "única excepción" de la ley de amnistía.

No han sido unos días fáciles para Sánchez en el Congreso. Solo en la última semana, el Gobierno vio cómo caía su ley contra el proxenetismo; retiró su reforma de la ley del suelo por falta de apoyos; y apoyó una proposición de ley del PP que enmienda la "unilateralidad" de Sánchez en política exterior y persigue forzar más comparecencias del presidente, solo para esquivar una tercera derrota parlamentaria. Incluso Sumar le dio la espalda en todos estos casos.

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Génova insistirá en la petición de que Sánchez convoque elecciones anticipadas pase lo que pase el próximo 9 de junio. Feijóo agitó por primera vez este mensaje ante miles de personas en la manifestación del pasado domingo en la Puerta de Alcalá, donde dio la "legislatura por perdida" tras las últimas derrotas parlamentarias del Ejecutivo. "No va a poder aprobar ni una ley, salvo la amnistía", insistían después en su equipo. El PP mantendrá el mensaje de que "la única salida" para escapar de la parálisis es la convocatoria de unas elecciones generales, y lo extenderá más allá de los comicios comunitarios.

"Lo que pase en las europeas no es un motivo para convocar elecciones, pero su debilidad en el Congreso sí", insisten. En Génova no creen que los últimos fracasos del PSOE en la arena parlamentaria responda únicamente a una estrategia electoralista de sus socios, y abonan la teoría de que el bloqueo continuará más allá del 9 de junio. Por primera vez, dicen en la dirección nacional, "ha quedado demostrado que no hay una mayoría ideológica en el lado de Sánchez, y eso cambia todas las dinámicas".

Pese a aferrarse a la tesis del adelanto electoral, el primer inconveniente que se va a encontrar Feijóo es la posible falta de apoyos parlamentarios de Sánchez para conjugar una nueva suma de izquierdas y, por tanto, contar con una red de seguridad ante una nueva cita con las urnas. En algunos sectores del partido se agita también la teoría de que el líder socialista podría arriesgarse y adelantar elecciones si consigue "aguantar" en el plebiscito del 9-J y rozar el empate con el PP. En la Moncloa, sin embargo, insisten en que queda legislatura para rato.