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Vox acepta una nueva tarea en Estrasburgo: ser el pegamento entre Meloni y Le Pen
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ELECCIONES DEL 9 DE JUNIO

Vox acepta una nueva tarea en Estrasburgo: ser el pegamento entre Meloni y Le Pen

Abascal se ha erigido como el nexo entre las mil caras de la ultraderecha en Europa, con el VIVA 24 como el mejor ejemplo y la constitución del próximo Parlamento Europeo como primera oportunidad de un mega grupo

Foto: Santiago Abascal y Marine Le Pen, durante el VIVA 24 organizado por Vox. (Europa Press/Pérez Meca)
Santiago Abascal y Marine Le Pen, durante el VIVA 24 organizado por Vox. (Europa Press/Pérez Meca)

Vox ha asumido una nueva tarea a desarrollar en Estrasburgo antes y después de las elecciones del 9-J: actuar como pegamento entre Giorgia Meloni y Marine Le Pen, dos dirigentes encuadradas en la ultraderecha europea pero con importantes diferencias ideológicas y personales. El trabajo, con numerosas aristas, ya ha comenzado y el VIVA 24 del pasado 19 de mayo es el mejor ejemplo. El partido de Santiago Abascal, que presume de una posición privilegiada en la nueva derecha internacional, cree que ya han sentado las bases y que la superalianza en la Eurocámara solo es cuestión de tiempo.

El planteamiento parece sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Le Pen ha tendido la mano a Meloni para formar una bancada única en el Parlamento, fusionando los grupos de Identidad y Democracia (ID), donde están la Agrupación Nacional que lidera la dirigente francesa o Matteo Salvini, y el de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), formado por Fratelli d'Italia —el partido de Meloni— Vox o los polacos de Ley y Justicia. "Este es el momento de unirnos, sería realmente útil. Si lo logramos, nos convertiremos en el segundo grupo del Parlamento Europeo", declaró Le Pen, en la línea del macroevento de Vox.

Todos los invitados del VIVA 24, pese a sus desavenencias públicas y privadas, apelaron a la "Europa de los patriotas" y a la necesidad de construir un frente común contra la "agenda globalista" y la izquierda en el viejo continente y al otro lado del Atlántico. Especialmente Meloni y Le Pen. “La gente como nosotros no retrocede. No lo hemos hecho antes y menos lo haremos ahora”, dijo la primera ministra de Italia en el mitin que reunió a lo más granado de la derecha dura internacional, alimentando la idea de un supergrupo con voz en Bruselas, para "construir una Unión Europea diferente y mejor que la actual".

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La aplicación práctica es distinta. En el ECR, como ha informado Nacho Alarcón en El Confidencial, hay varias fuerzas políticas que rechazan abiertamente la fusión con ID, con cuestiones de fondo como la sintonía de Le Pen y otros dirigentes con Vladímir Putin hasta la invasión de Ucrania. Pero Meloni, además, ya ha sido tentada por el Partido Popular Europeo (PPE). Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y candidata del PPE, plantea una posible alianza en el Parlamento comunitario tras los comicios del 9 de junio. Von der Leyen, de hecho, ha trazado una especie de línea roja entre ella y Le Pen. "Es claramente proeuropea. Ha sido muy clara contra Putin y es pro Estado de derecho. Si se mantiene, ofrecemos trabajar juntos", subrayó durante un debate electoral.

Vox, que ha asumido con gusto el papel de celestina entre las derechas, tiene claro que la posible alianza es clave para el futuro inmediato de Europa. En el partido de Santiago Abascal asumen como propia una reflexión de Javier Milei en el VIVA 24 sobre la necesidad de confrontar a la izquierda y sus políticas en cualquier escenario: "El poder es un juego de suma cero. Y si no lo tenemos nosotros, lo tienen ellos".

Vox reconoce las diferencias ideológicas y programáticas de sus aliados, pero asegura que pesan menos que el objetivo común

Es decir, que el objetivo común, sobre el papel, pesa más que cualquier diferencia discursiva. "Es una cosa que siempre ha hecho la izquierda y que en la derecha no se ha dado. Las diferencias ideológicas o programáticas entre estos partidos, que existen, son menos que la urgencia por combatir las imposiciones de la izquierda", apuntan fuentes cercanas a la dirección nacional de la formación, que insisten en la necesidad de preservar la soberanía y la identidad de las naciones, combatir la Agenda 2030 y reforzar las fronteras contra la inmigración y la "islamización" de Occidente, entre otros temas. "En el VIVA se vio que lo estamos consiguiendo. Paso a paso", añaden las mismas voces.

Diferencias entre Meloni y Le Pen

Giorgia Meloni y Marine Le Pen pueden considerarse como representantes de una fuerza ultraconservadora clásica, en el caso de la italiana, y de una extrema derecha antiliberal y proteccionista, en el de la francesa. Guillermo Fernández, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, explica tres diferencias fundamentales entre los programas y ejes discursivos de Fratelli d’Italia y la Agrupación Nacional.

Fernández señala la disparidad en cuestiones morales, de modo que Le Pen tiene una posición “menos conservadora” que Meloni en asuntos como el matrimonio homosexual o el aborto, sin oponerse durante los últimos años. La segunda, sobre geopolítica, por los vínculos que la francesa ha mantenido con Rusia. “Meloni siempre ha estado del lado atlantista, con la OTAN y EEUU. Y por eso ha tenido mejor consideración y recibimiento que Le Pen. Ha parecido menos peligrosa”, detalla el politólogo, especializado en la extrema derecha en Europa.

Foto: La primera ministra italiana, Giorgia Meloni. (EFE/Massimo Percossi)

La tercera tiene que ver con la economía, con una diferencia entre el corte liberal de la primera ministra de Italia, más próxima a Vox en eso, y el estatismo de la aspirante gala. “Le Pen es más estatista, más proteccionista, por ejemplo con las empresas francesas”. Los dos partidos, no obstante, comparten raíces. El germen de Fratelli d’Italia, el Movimiento Social Italiano (MSI), inspiró la creación del Frente Nacional, ahora Agrupación Nacional. “Entre los 70 y 80 la principal corriente de relación entre las extremas derechas es la italiana y la francesa. Eran los grandes polos de generación de ideas neofascistas en Europa”, añade Fernández.

Estrategia internacional

Santiago Abascal, que en 2019 eligió al ECR por delante de ID, va a más en sus aspiraciones internacionales. El partido ha tejido a través de la Fundación Disenso una profusa red de alianzas con la derecha más conservadora del tablero, situándose en una posición privilegiada. Sus contactos se han intensificado en los últimos años y ahora es capaz de atraer incluso a las entidades más influyentes de este ámbito en Estados Unidos. Es el caso de los organizadores de la Conservative Political Action Conference y la Heritage Foundation, que también estuvieron en Vistalegre y confirmaron a Abascal como un aliado preferente de Donald Trump.

"Hay interés de otras derechas radicales que no estaban en el ECR y ahora quieren relacionarse con Vox por su importancia internacional"

Guillermo Fernández destaca cómo Vox, con un papel secundario en la política española, goza de una posición de fuerza entre las derechas internacionales, configurándose como una especie de bisagra entre Europa, América Latina y Estados Unidos a través de Disenso y el Foro Madrid. "Hay interés de otras derechas radicales europeas que no estaban en el ECR, como Le Pen o Chega en Portugal, que quieren relacionarse con Vox por la importancia internacional de Vox y por la fuerza geopolítica de Vox", dice el politólogo en alusión a las posibilidades que le brinda su cercanía con Trump. "No digo que vaya a ser el líder de esa reconfiguración, pero sí un papel relevante como anfitrión o habilitador", añade.

La política exterior es una de las grandes bazas de Vox frente al PP. El partido considera que Alberto Núñez Feijóo no tiene una estrategia internacional sólida y próximamente verá las consecuencias, quedándose aislado en el nuevo escenario. "No se ha enterado de la coyuntura internacional. Mientras que sus aliados van a la baja, mira cómo estamos nosotros", insisten en la formación, que ya ha planteado a los populares una especie de ultimátum de cara a las elecciones del 9 de junio: "Tendrá que elegir entre los socios de Sánchez o los socios de Vox".

Vox ha asumido una nueva tarea a desarrollar en Estrasburgo antes y después de las elecciones del 9-J: actuar como pegamento entre Giorgia Meloni y Marine Le Pen, dos dirigentes encuadradas en la ultraderecha europea pero con importantes diferencias ideológicas y personales. El trabajo, con numerosas aristas, ya ha comenzado y el VIVA 24 del pasado 19 de mayo es el mejor ejemplo. El partido de Santiago Abascal, que presume de una posición privilegiada en la nueva derecha internacional, cree que ya han sentado las bases y que la superalianza en la Eurocámara solo es cuestión de tiempo.

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