Los expertos rebajan el impacto de la amnistía en el 9-J: "La foto del regreso de Puigdemont sí sería un shock"

Vallas publicitarias en algunas carreteras en las que se puede ver una foto retocada de Pedro Sánchez con una nariz de Pinocho y unas letras rojas que dicen: "No habrá amnistía". El PP ha respondido con esta "pieza simbólica" a la ratificación parlamentaria de la norma que despenaliza el procés, cuya aplicación pasa ahora a manos de los jueces. Los carteles son solo un gesto complementario a la intención de Génova de orientar la recta final de la campaña en reactivar el malestar social, movilizar y aglutinar bajo sus siglas todo el 'voto protesta' contra Sánchez, contra Puigdemont y contra el independentismo por el "agravio" de sus políticas.

En el PP están convencidos de que la llama que prendió las protestas de los últimos meses está lejos de extinguirse, y que la amnistía puede convertirse, de nuevo, en uno de sus grandes acicates electorales de cara a las elecciones europeas, planteadas como un plebiscito entre Sánchez y Feijóo. ¿Pero tendrá la aprobación de la amnistía algún tipo de impacto en el voto? ¿Moviliza? ¿Incita al trasvase entre bloques ideológicos? La respuesta es no, al menos según el criterio de diversos expertos consultados por El Confidencial.

"El PP ya ha ganado el voto del centro, y Feijóo busca, a través de la amnistía, consolidar a ese votante para que nadie se quede en casa", analiza Luis Miller, sociólogo e investigador del Instituto de Políticas del CSIC. Pero la realidad, concluye, es que "nada de lo que está ocurriendo influirá" porque "incluso en los momentos menos polarizados, hay un porcentaje muy alto de la población que no cambia su voto". Recuerda, además, que por mucho que los grandes partidos hayan animado a votar en las elecciones del 9 de junio en "clave nacional", lo cierto es que la "desconexión" de la ciudadanía jugará un papel clave en la participación, que podría situarse por debajo del 50 %.

En opinión de Miller, la derecha ya habría alcanzado su pico de movilización, una situación que se ha repetido en los últimos procesos electorales de 2024. "No hay un escenario de desmovilización de la derecha", sentencia, aunque añade también que la amnistía no remará ni a favor ni en contra de los intereses de los azules. Simplemente no influirá. La única "incógnita" a su juicio es el resultado del bloque de la izquierda ante la "potencial caída de votos" de los socios del PSOE y la capacidad que Sánchez tenga o no de absorber esas fugas.

Para Pablo Simón, profesor de la Universidad Carlos III y analista político, hay otro factor clave a tener en cuenta. "Para que algo que tenga que ver con la amnistía impacte en el voto tiene que producirse un shock", reitera. Y el visto bueno definitivo del Congreso no es suficiente tras meses y meses de debate y de tramitación parlamentaria. En su opinión, "la foto del regreso de Puigdemont sí sería sin duda el shock que necesita el PP" para movilizar y aumentar la distancia del PSOE, que según los trackings internos podrían estar a solo tres puntos de los azules.

En Génova también saben que esa sería sin duda la imagen que marcaría un "punto de inflexión", no solo en la campaña de las europeas, sino en el resto de la legislatura. "Esa foto perseguirá a Sánchez hasta que se convoquen elecciones generales", inciden. No obstante, las probabilidades de que se produzca en los próximos días son remotas. Primero porque Carles Puigdemont se la juega si regresa a España en junio, ya que nada le garantiza ser detenido, aunque la ley esté publicada. La norma escapa ya del control del Gobierno y depende ahora de los tribunales.

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La dirección popular cree, además, que Sánchez maniobrará para postergar a después de las europeas la publicación definitiva de la norma en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El procedimiento indica que antes de ese último paso la norma debe promulgarse en el Boletín Oficial de las Cortes, algo que aún no se ha producido. Posteriormente, el Rey debe sancionar la ley en un plazo máximo de 15 días. En el PP agitan la tesis de que el jefe del Ejecutivo podría acelerar el paso de las Cortes para acortar los plazos, pero optará por dejar pasar los días. "Alargarlo es la prueba de que están incómodos", insisten.

"La foto de Puigdemont no tiene por qué beneficiar a PP o a Vox. El ruido es inevitable, y puede fragmentar el voto de la derecha. Pero sin duda debería debilitar a la izquierda. El votante del PSOE no va a votar en estas elecciones pensando en Cataluña", analiza José Pablo Ferrándiz, director de Estudios Políticos de Ipsos. Coincide este experto con el análisis de sus compañeros, y zanja que "hoy por hoy, la situación en la que está la amnistía no será un elemento que determine en ningún caso el voto".

Pese a que la amnistía ha sido el mensaje central que sacó a la calle a miles y miles de personas desde el pasado otoño en diversas protestas organizadas por PP, Vox y la sociedad civil, los politólogos consultados coinciden en que el "hartazgo" de la ciudadanía por el interminable ciclo de elecciones; la extensión en el tiempo del debate sobre el procés; la distancia con las políticas comunitarias; o factores ambientales como la proximidad de la época estival, minimizan las opciones de que grandes debates como el de la amnistía "calen" e inclinen la balanza electoral.

"La gente está saturada, y el mensaje de que Europa frenará la amnistía no termina de calar"

"Hay tanto escándalo sobre escándalo que es inasumible. La gente está saturada, y el mensaje de que Europa puede frenar la amnistía no termina de calar", coincide el politólogo y escritor Javier Santamarta. Esta última idea es la que ha copado precisamente el argumentario de Alberto Núñez Feijóo, que agita desde hace meses la teoría —o la esperanza— de que Bruselas frenará la aplicación de la amnistía.

El rechazo a la norma ha seguido centrando los discursos del líder popular. "Esta ley es uno de los muchos motivos por el que merece la pena acudir a las urnas y darle un revolcón al PSOE", reitera el gallego. "Lo que volvería a activar a la gente, sin duda, es el regreso de Puigdemont", insiste, por contra, Santamarta. Para la ciudadanía, insiste, "solo será efectiva con la aparición de Carles Puigdemont en escena".

"El que más se juega es Feijóo"

Los trackings que manejan en Génova invitan a la tranquilidad, al menos de momento. El PP da la victoria por asegurada el próximo 9 de junio, pero evitan ser optimistas respecto a la distancia a la que lograrán quedarse del PSOE. Sobre todo porque aún queda una semana de campaña, y en los últimos compases "puede decidirse todo", como transmite un vicesecretario popular.

Aunque en la dirección del PP se conforman con la victoria, varios de los expertos consultados advierten que en estas elecciones "el que más se juega es Feijóo". ¿Por qué? Porque "cuanto más se estreche el margen entre PSOE y PP, mayor será la presión" para el liderazgo del gallego. Ferrándiz concluye que Sánchez "podrá defender" la segunda posición si logra aguantar o incrementar sus escaños, incluso aunque no alcance a Feijóo. Y la imagen que podría quedar para las próximas generales, caigan cuando caigan, es la de un PSOE y PP muy próximos y un Vox crecido en parte por la fuga de votantes de los azules.

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La previsible subida de los de Santiago Abascal no preocupa en el cuartel general de los populares. Ellos miran a otro electorado, el "carril del centro", con la absorción de todo el espacio de Ciudadanos y de una parte de electores socialistas que rechazan a Sánchez. Pero este, a su vez, puede crecer a costa del hundimiento de las fuerzas situadas a su izquierda. "El PP lo ha centrado todo en la batalla contra el PSOE. Y la derecha está fuerte, pero no está coordinándose toda detrás del PP. La izquierda sí lo está haciendo detrás del PSOE", advierte Simón.