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La batalla de los tractores: PP y Vox trasladan a Bruselas su competición por el voto del campo
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La importancia de la PAC

La batalla de los tractores: PP y Vox trasladan a Bruselas su competición por el voto del campo

Los populares han colocado como número dos de la lista a la consejera andaluza de Agricultura, Carmen Crespo, mientras que los de Abascal han hecho de la defensa del sector primario una de sus grandes banderas para el 9-J

Foto: El presidente andaluz, Juanma Moreno, en Jaén. (EFE/José Manuel Pedrosa)
El presidente andaluz, Juanma Moreno, en Jaén. (EFE/José Manuel Pedrosa)
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La batalla por el campo llega, como los tractores en sus protestas, hasta Bruselas. PP y Vox mantienen una pugna casi desde el nacimiento del partido de Santiago Abascal por este voto, y ahora la competición se traslada al lugar de donde se decide la mayor parte de la legislación relacionada con el sector agrario y origen de la Política Agraria Común (PAC), que condiciona el día a día de los agricultores españoles desde miles de kilómetros de distancia de sus explotaciones. En Génova saben que Vox obtiene buenos resultados en las zonas agrícolas, pero no están dispuestos a rendirse y los mensajes de los populares, sobre todo en las regiones donde el campo tiene más peso, van encaminados a dar esa batalla.

"La cosa está difícil", expresaba un dirigente popular hace unos días, en concordancia con la sensación que hay en Génova. El equipo de Alberto Núñez Feijóo admite que será difícil arrebatar a los votantes del campo que Abascal ya ha fidelizado, pero eso no significa que renuncie a lo que consideran uno de sus nichos de voto. El objetivo es hacer ver que el PP es el principal representante de las reivindicaciones del sector primario, en parte gracias a la experiencia y la capacidad de influencia de los populares en Bruselas y se espera algún anuncio relevante en materia agraria en esta segunda semana de la campaña, ya en la recta final hacia el 9-J.

Para dejar esto claro, destaca el gesto que ha hecho el PP andaluz, en coordinación con Génova, en la elaboración de las listas al Parlamento Europeo. Juanma Moreno ha prescindido de los servicios de su consejera de Agricultura, Carmen Crespo, para colocarla en el número dos de la candidatura, solo por detrás de Dolors Montserrat. La popular ha dirigido durante un lustro las políticas agrarias y de agua en la comunidad con mayor peso de la agricultura en su economía, superior al 13 % del PIB. Además, Crespo procede de Almería, una de las provincias con mayor producción del país, que exporta a toda Europa desde su mar de plásticos, que es como se conoce a las zonas de invernaderos de la provincia más oriental de Andalucía.

Parte de agua que riega los campos almerienses llega desde el trasvase Tajo-Segura, contra el que los gobiernos populares de Murcia y la Comunidad Valenciana, y en menor medida Andalucía, han formado un frente. En Murcia y Valencia, además, han impulsado una reprobación contra Teresa Ribera, la ministra de Transición Ecológica y también candidata del PSOE el 9-J. La batalla de los tractores tiene también una vertiente hidrográfica, como recuerda cada vez que puede el presidente andaluz, Juanma Moreno, que ha defendido incluso la necesidad de que se nombre a un comisario de Aguas en Bruselas.

Foto: Juanma Moreno, en un tractor durante un acto en Antequera. (EFE / Daniel Pérez)

La composición del colegio de comisarios es justo uno de los argumentos del PP en su pugna con Vox por el agro. El responsable de Agricultura es el polaco Janusz Wojciechowski, del partido ultraconservador Ley y Justicia, que comparte familia política con los de Santiago Abascal en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR). Vox tiene también munición contra el PP en esta materia y le recuerda cada vez que puede que los populares y los socialistas son socios desde hace décadas en el gobierno de la unión. Y uno de los resultados habituales de esa relación es la renovación que cada cinco años sufre la Política Agraria Común (PAC).

La PAC no tiene que responder a los intereses de la familia política del comisario, pero se ha convertido en objeto de debate de forma recurrente y pasa al debate nacional con facilidad. Sobre todo en un contexto de cantidades menguantes para España, desde la ampliación del club hacia el este al añadir a las viejas repúblicas soviéticas. Y esta situación no hará más que empeorar si la UE mantiene su voluntad de extenderse aún más en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados. (Europa Press/Fernando Sánchez)

Vox hace tiempo que se arrogó la bandera del campo y las europeas son, quizás, donde tiene más sentido esta apuesta. La formación ultraconservadora ha convertido la defensa del sector primario en uno de los ejes de su argumentario y desarrolla una estrategia coordinada desde todas las instituciones donde tiene representación. La campaña del 9-J ha intensificado esta tendencia y esta misma semana llevó al pleno del Congreso una pregunta al Gobierno sobre las medidas que va a impulsar en Europa para "garantizar la viabilidad del sector primario español".

Solo 24 horas después redobló la apuesta y defendió en la comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación una Proposición no de Ley para defender el campo español. La iniciativa fue tumbada por la izquierda, pero el propósito de Vox trasciende el simple debate. La formación, relegada a un papel secundario en la Cámara Baja, necesita marcar terreno ante el PP y demostrar con hechos que las reclamaciones del sector son una prioridad.

placeholder Santiago Abascal, en un tractor durante una protesta de agricultores en Murcia. (EFE)
Santiago Abascal, en un tractor durante una protesta de agricultores en Murcia. (EFE)

La estrategia alcanza también las comunidades autónomas donde comparte Consejo de Gobierno con el PP. Los ejecutivos regionales son un altavoz mediático perfecto para Vox y los diferentes consejeros de Agricultura lanzan mensajes conjuntos de forma recurrente. El último, con convocatoria para los medios incluida, hace apenas unas semanas.

Este discurso entronca directamente con las reclamaciones que tanto Vox como su grupo en Estrasburgo, el de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), agitan en la campaña de las europeas. La formación insiste en la exigencia de proteger el producto nacional frente a la competencia desleal extranjera, con Marruecos en la diana. Hace dos meses, cuando se detectó un lote de fresas con hepatitis A procedente del país magrebí, el partido de Abascal presionó desde las comunidades para reforzar las inspecciones alimentarias, con una sospecha generalizada sobre cualquier importación marroquí. También una suspensión de los acuerdos agrícolas, aunque es competencia de la UE.

Vox y el ECR plantean una transformación total de la Unión con el campo en el centro. Los ultraconservadores, que aspiran a convertirse en la tercera fuerza del Parlamento Europeo e incluso hablan de una gigantesca coalición con los ultras de Identidad y Democracia, han desplegado una ofensiva sin cuartel contra la "agenda globalista" de Bruselas. Su programa pasa por derogar el Pacto Verde y confrontar directamente con la Agenda 2030, además de una nueva PAC "con más fondo y menos ideología".

La batalla por el campo llega, como los tractores en sus protestas, hasta Bruselas. PP y Vox mantienen una pugna casi desde el nacimiento del partido de Santiago Abascal por este voto, y ahora la competición se traslada al lugar de donde se decide la mayor parte de la legislación relacionada con el sector agrario y origen de la Política Agraria Común (PAC), que condiciona el día a día de los agricultores españoles desde miles de kilómetros de distancia de sus explotaciones. En Génova saben que Vox obtiene buenos resultados en las zonas agrícolas, pero no están dispuestos a rendirse y los mensajes de los populares, sobre todo en las regiones donde el campo tiene más peso, van encaminados a dar esa batalla.

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