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Guerra abierta entre los familiares de Bashar al Assad en el exilio por su fortuna en Marbella
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Expulsados de Siria en 1984

Guerra abierta entre los familiares de Bashar al Assad en el exilio por su fortuna en Marbella

La Audiencia Nacional juzgará por blanqueo a la rama familiar disidente, inmersa en un cisma por recelos y traiciones de consecuencias impredecibles durante el proceso judicial

Foto: La rama disidente de la familia Al Assad, investigada en la Audiencia Nacional. / Ilustración: Blanca Casanova.
La rama disidente de la familia Al Assad, investigada en la Audiencia Nacional. / Ilustración: Blanca Casanova.
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Los Assad nunca fueron una familia del todo bien avenida. Gobiernan Siria con mano de hierro desde hace más de medio siglo. El actual presidente, Bashar al Assad, heredó el poder de su padre, Hafez, quien sobrevivió en 1984 al golpe de Estado que le hizo su hermano Rifaat. Le perdonó la vida a cambio de que se exiliase. Se llevó una fortuna edificada en sus tiempos como jefe de los servicios de Información, según la Fiscalía. También otros 214 millones de dólares que supuestamente le dio el régimen para que no volviera a conspirar. Con los años, buena parte del patrimonio familiar se invirtió en Marbella y las autoridades españolas iniciaron una investigación que ha llevado a sus herederos al banquillo de los acusados. El caso ha detonado ahora un cisma en la rama familiar que un día aspiró a guiar los destinos de Siria.

La causa en España acusa a Rifaat, dos de sus esposas y seis de sus hijos. Hay un séptimo para el que se dictó orden de busca y captura internacional. Lo normal sería que todos cerrasen filas ante el tribunal con una versión única para acreditar el origen legal de su imperio inmobiliario en la Costa del Sol. Pero algo se ha torcido en las últimas semanas y ha puesto en peligro esa estrategia. El eslabón familiar se ha roto por uno de los hermanos, Ribal al Assad, quien cultiva una imagen pública internacional centrada en la defensa de los Derechos Humanos y se muestra partidario de mantener la beligerancia contra el gobierno de su primo Bashar.

Según consta en la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, la Audiencia Nacional tuvo conocimiento el mes pasado de que Ribal al Assad se había quedado sin abogado, apenas unas semanas antes de iniciarse el juicio. Estaba previsto que arrancase este mismo lunes en la Sección Tercera de la Sala de lo Penal y que terminase el 25 de junio, pero se ha suspendido hasta nuevo aviso. Fuentes de la familia consultadas por este periódico enmarcan este cambio de abogado en el cisma interno.

Antes que en España, esta familia ya fue investigada por motivos similares en Francia y Rifaat al Assad fue condenado a cuatro años de cárcel por malversación de fondos y le incautaron todos sus bienes. Este veterano opositor tiene ahora 85 años y antes de que el país galo hiciera firme su condena, Bashar al Assad aceptó readmitirle en Siria en 2021 y poner fin a casi cuarenta años de exilio. El hermano díscolo, Ribal, entiende esto como una humillación fruto de un acuerdo bajo la mesa entre Francia y el Gobierno sirio. La chispa que prendió todo fue una entrevista que Ribal concedió a la revista estadounidense Newsweek donde denunció esta situación.

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Su tesis es que Francia se sumó inicialmente a los países que querían derrocar a Bashar al Assad tras el estallido de las primaveras árabes de 2011. Pero su primo logró sofocar la revuelta en una cruenta guerra que todavía hoy mantiene focos de conflicto. Además, en el marco de aquella contienda irrumpió el Estado Islámico. La considerada mayor organización terrorista de la historia provocó la adhesión de miles de seguidores que abandonaron sus países y se desplazaron al autoproclamado califato para combatir y convertirse en yihadistas. Francia fue uno de los países que más radicales exportó y con el tiempo los intereses de las autoridades galas cambiaron.

Una vez que Francia asumió que Bashar al Assad no sería derrocado, su prioridad pasó a ser la amenaza de seguridad que suponía el regreso de aquellos que se marcharon a hacer la yihad con el Estado Islámico. Y para eso, la inteligencia del Gobierno sirio era fundamental. Ribal cree que Francia persiguió, condenó y entregó a su padre a Al Assad a cambio de garantizar ese canal fluido de información con Damasco y se siente traicionado. Por su parte, el presidente sirio cerró un capítulo de la historia de su país, se presentó ante sus fieles como un líder magnánimo y desmoralizó a sus detractores. El otrora rival Rifaat volvía a casa convertido en un anciano enfermo, arruinado y perseguido por la Justicia.

Fuentes del Gobierno galo citadas por la revista Newsweek tildaron este relato como una teoría de la conspiración a la que no otorgan ninguna credibilidad, pero en la familia generó mucho malestar. Fuentes del clan aseguran que varios de los hermanos no tienen ninguna vocación política y que, de hecho, viajan con fluidez a Siria sin sufrir ninguna represalia. Ribal, en cambio, mantiene su discurso crítico con el gobierno de Damasco. En el pasado ha sido entrevistado en la CNN para hablar de democracia y libertades en Siria. La Fundación FAES del expresidente del Gobierno José María Aznar, le invitó en 2013 a una mesa bajo el título ‘Los derechos humanos en las transiciones árabes’.

Este hermano díscolo estaba asistido hasta hace unas semanas por el mismo despacho de letrados españoles que varios de sus hermanos imputados en la Audiencia Nacional, pero han dejado de representarle. Son el despacho Molins Abogados y este periódico se ha puesto en contacto con ellos para recabar su versión de los hechos. Apelan al secreto profesional para no dar detalles del motivo de la ruptura, pero sí admiten que fueron ellos mismos los que comunicaron al tribunal que ya no defenderían a este acusado.

Fuentes jurídicas informan de que Ribal ha tocado sin éxito las puertas de algunos de los mejores abogados penalistas de Madrid. Se le llegó a asignar un letrado de oficio. Finalmente, ha contratado al despacho Ospina Abogados, que ha pedido tiempo a la Audiencia Nacional para estudiar un sumario que acumula miles de folios. Ribal siempre se había sumado a negar cualquier origen ilícito de la fortuna familiar y a defender la inocencia de su padre, pero este cambio abre un campo nuevo a explorar otras estrategias de defensa sin tener que consensuar con sus hermanos. Eso incluye buscar algún tipo de acuerdo con la Fiscalía. Fuentes del ministerio público niegan a El Confidencial que se hayan producido contactos de momento.

Siria vive bajo un régimen autoritario, aliado de Irán, que no termina de cerrar una guerra civil iniciada en el marco de las primaveras árabes. Hafez Al Assad ascendió al poder al inicio de la década de los setenta e instauró la ideología del partido laico Baaz. En esa operación jugó un papel clave su hermano Rifaat, nombrado vicepresidente para asuntos de seguridad y encargado de un grupo paramilitar llamado la Sabiha. Su función era aplacar a sangre y fuego movimientos subversivos y yihadistas. En los foros internacionales se le conoce como ‘el carnicero de Hamá’ por una matanza que tuvo lugar en 1982 para aplacar una revuelta de los Hermanos Musulmanes.

"Una campaña de enriquecimiento"

Según sostiene la Fiscalía española, en paralelo, puso en marcha “una sistemática campaña de enriquecimiento por medios irregulares”. Se llevaba unas ganancias del contrabando de productos que entraban desde Líbano, traficó con obras de arte expoliando el patrimonio artístico de su país y hasta traficó con hachís. No le sentó bien que su hermano Hafez no le delegase el poder cuando en 1983 sufrió una grave enfermedad y por eso llevó a cabo su intento fallido por derrocarlo. Rifaat terminó exiliado en Francia con viajes constantes a Marbella y a Londres para tratarse sus dolencias.

Los movimientos de oposición a la familia Assad estiman que el total de su fortuna “de origen ilícito” asciende a 4.000 millones sin que a día de hoy sea posible acreditar “el modo en el que situó dichas cantidades fuera de Siria”. Realizó importantes compras e inversiones en París y en 1986 se lanzó al mercado español usando una compleja estructura societaria que se extiende desde las Bahamas hasta Gibraltar. El conjunto de propiedades adquiridas en España entre 1986 y 2005 por el acusado Rifaat suma 52 millones de euros en el momento en el que se hizo con ellas. Actualmente, tendría un valor de mercado de 700 millones, indica la Fiscalía. Él dice que procede de ayudas del gobierno de Arabia Saudí, pero a los investigadores no les cuadran las cuentas.

Foto: El Edificio 'Gray D'Albion', 'el palacio sirio de Puerto Banús'. (Pure Living Properties)

Rifaat es el principal beneficiario de esta estructura en la que al menos cuatro de sus hijos figuran como “puros testaferros” o administradores a cambio de una asignación anual que les daba su padre. Son los también acusados Mohamed Alí, Siwar, Ribal y Soumar. Otra de las hermanas, Sabla, figura como responsables de otra de las sociedades que componen esta maraña de empresas diseñada para esconderse de la policía. Entre la nómina de investigados que tendrán que responder ante la justicia se encuentran también la tercera y cuarta esposa de Rifaat, Raja Barkat y Line Al Khayer, respectivamente.

Tal y como consta en el escrito de acusación de la Fiscalía firmado por Pedro Rubira, el clan familiar tiene a nombre de su entramado societario cientos de propiedades en Marbella. Hay pisos, apartamentos, aparcamientos, hoteles, bares y restaurantes en Puerto Banús. En el inventario realizado por la investigación aparecen tres coches Toyota Land Cruiser blindados. También relojes, joyas, alfombras y marfiles valorados en 271.000 euros. Por todos estos hechos, la Fiscalía acusa al clan de blanqueo de capitales.

Para el cabeza de familia que quiso suceder a su hermano en el Gobierno sirio, el ministerio público pedía ocho años de cárcel y una multa de 2,7 millones de euros. Fuentes del caso informan que ha quedado exento de responsabilidades por padecer una demencia. Para el resto, solicita una condena de seis años de prisión y sendas multas de 2,1 millones.

Los Assad nunca fueron una familia del todo bien avenida. Gobiernan Siria con mano de hierro desde hace más de medio siglo. El actual presidente, Bashar al Assad, heredó el poder de su padre, Hafez, quien sobrevivió en 1984 al golpe de Estado que le hizo su hermano Rifaat. Le perdonó la vida a cambio de que se exiliase. Se llevó una fortuna edificada en sus tiempos como jefe de los servicios de Información, según la Fiscalía. También otros 214 millones de dólares que supuestamente le dio el régimen para que no volviera a conspirar. Con los años, buena parte del patrimonio familiar se invirtió en Marbella y las autoridades españolas iniciaron una investigación que ha llevado a sus herederos al banquillo de los acusados. El caso ha detonado ahora un cisma en la rama familiar que un día aspiró a guiar los destinos de Siria.

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