Sánchez encalla entre Ayuso y Moreno y prepara cambios en Madrid y Andalucía

El resultado de las elecciones europeas del pasado domingo ha dejado en el PSOE un regusto amargo. Dos escaños solo de diferencia con el PP es un balance aceptable porque los sondeos, unas cuantas semanas antes, apuntaban a un trecho más amplio. Pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estaba convencido de que podía llegar al empate. Los números de sus trackings en los días finales así lo atestiguaban. Por eso en Ferraz todo fueron sonrisas de satisfacción cuando, al cierre de los colegios electorales, se conoció la encuesta de Sigma Dos para RTVE que situaba a los dos partidos igualados, y rostros más serios en cuanto tuvieron constancia de los primeros datos.

Enseguida confirmaron que se quedaban a dos eurodiputados y Sánchez se dirigió esa noche a la sede, donde se encontraban un buen puñado de ministros y el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, sabedor de que ese era el resultado. En esas horas, con los primeros análisis, se hizo el diagnóstico: "El agujero de Madrid". De los 701.781 votos de distancia entre el PP y el PSOE, la mitad, 348.762, pertenecen a la Comunidad de Madrid. Un dato que se abordaría también en la ejecutiva del lunes.

Sin ese abismo concentrado en el territorio de Isabel Díaz Ayuso, el empate o una diferencia de uno, piensan los socialistas, habría estado al alcance de la mano. El 9-J Andalucía aguantó mejor porque con más población la distancia fue menor, 165.857. Pero el volumen de la cifra, también muy significativa, ha permitido a quienes creen que el socialismo andaluz necesita un revulsivo lanzar una campaña, igual definitiva, contra Juan Espadas.

Para Sánchez, el problema no se circunscribe al liderazgo de Espadas o del secretario general del PSM, Juan Lobato. Su preocupación es que eran unas elecciones nacionales y él necesitaba más músculo en las dos autonomías. Madrid y Andalucía, con dos líderes del PP tan opuestos como Ayuso y Juanma Moreno, son el farolillo rojo del PSOE, donde más diferencial de voto en términos cuantitativos se produce con el PP. Y su peso demográfico es tan grande que aunque las cifras en Cataluña son excepcionales para los socialistas, no sirven para compensar los dos boquetes, en el centro y el sur de España.

TE PUEDE INTERESAR

El PSOE supera el examen pero se aleja casi 700.000 votos del PP

Marisol Hernández Gráficos: Unidad de Datos Datos: EC Diseño

Por eso, no quiere pasar por alto lo que ha sucedido este 9-J y, según aseguran distintas fuentes del PSOE, está "especialmente empeñado" en mejorar la situación del partido en Madrid. Andalucía lleva meses bajo el escrutinio de Ferraz, tomándole a la federación casi a diario el pulso para acertar con el remedio definitivo. Y de cara a las próximas elecciones, sean autonómicas o generales, es fundamental aumentar el porcentaje de apoyo en los dos territorios.

Ferraz se cuida mucho de señalar a Espadas o a Lobato, aunque las relaciones con el dirigente madrileño se han enfriado, y cualquier recambio se incardina en la celebración de los congresos, que están también supeditados a que se realice el cónclave nacional que no es descartable este otoño.

Todo está pendiente de que se aclare la situación catalana, si al final Salvador Illa puede ser presidente de la Generalitat con los votos de ERC o hay repetición electoral. De eso dependen los próximos presupuestos y la propia vida interna del PSOE.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Al perro flaco de ERC se lo comen las pulgas

Josep Martí Blanch

Pero en ambas federaciones se ha puesto en marcha un reloj que apunta a cambios. No se refieren exclusivamente a liderazgos, aunque en la federación madrileña resuena de nuevo el nombre del ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños. También a otro enfoque en el discurso, más cien por cien PSOE.

A Lobato se le reprocha ser un dirigente de "centroderecha" que piensa que su resultado mejorará si pesca en ese espacio. "Ya lo sabían cuando le pusieron", señalan fuentes del partido, sobre el dirigente madrileño que, como la exministra de Industria, Reyes Maroto, en el Ayuntamiento, contó con el aval absoluto de Sánchez. Con una larga tradición de injerencias de Ferraz, en el PSM recuerdan que "siempre se comete el mismo error".

Nadie sabe aún qué tiene ahora el presidente en la cabeza, pero las fuentes consultadas sí constatan que Madrid es una obsesión. Él mismo lo verbalizó esta semana en la entrevista en TVE: "La máquina del fango tiene una sede social y esa sede social es la Comunidad de Madrid". Por eso, fuentes del partido creen que se está preparando un "cambio de estrategia y de discurso" para adaptar al PSM a esta realidad.

El "tapón" de Espadas

Es cierto que el resultado en Andalucía no es comparable al de Madrid en datos. De hecho, solo en Extremadura el PSOE logró un porcentaje mayor y a eso se ha agarrado Juan Espadas para defender su desempeño. El 32,2% logrado por los socialistas andaluces es sensiblemente mejor que el 30,2% logrado a nivel estatal, pero ese diferencial en 2019 fue mucho mayor, de 7 puntos, ya que el PSOE andaluz logró un 40,5% y el federal un 33,2%.

El líder de la mayor federación del partido no salió el 9-J a valorar los resultados, pero al día siguiente sí dejó claro que su intención es seguir adelante, presentarse a las elecciones en 2026 y disputarle la Junta a Juanma Moreno, una posibilidad que se antoja lejana en medio del ruido creciente dentro del partido, todavía en shock por una racha de resultados negativos que es inédita.

"Ya han quitado el tapón", expresa un veterano socialista. Es su forma de decir que el runrún en torno al futuro de Espadas ya no se acallará y es cuestión de tiempo que se plantee el relevo. Las distintas fuentes consultadas consideran que el exalcalde de Sevilla no se enrocará si el viento cambia y en Ferraz activan la maquinaria su salida. Pero sí creen que merece una "salida digna".

TE PUEDE INTERESAR

Susana Díaz hace leña de la cuarta derrota de Espadas al frente del PSOE andaluz

Carlos Rocha. Sevilla

Secretario general del PSOE andaluz desde 2015, asumió la difícil tarea de desalojar a Susana Díaz del poder orgánico e intentar revitalizar a una maquinaria electoral casi mítica, pero que comenzó a griparse hace más de una década y todavía no sabe cómo quitarse el óxido.

Hubo quien pidió la dimisión de Espadas a la primera de cambio, después de perder estrepitosamente contra Moreno en las autonómicas de junio de 2022. Desde entonces hay críticas intermitentes, pero sin demasiada relevancia orgánica, como él mismo recordó el lunes, tras la derrota de las europeas.

En privado, dirigentes regionales y provinciales sí admiten las carencias del secretario general, a quien acusan de gestionar el partido casi en soledad y con decisiones muy controvertidas, como la de compaginar la portavocía en el Senado para ganar visibilidad a costa de tener que multiplicarse.

Pero esas críticas nunca llegan a la oficialidad, al menos en público. En la reunión de la Ejecutiva Regional del pasado lunes no hubo grandes reproches y este viernes Espadas ha logrado un cierre de filas con los 8 secretarios generales provinciales. El líder socialista ha convocado en la sede de San Vicente a los líderes territoriales "para apoyarlos", según ha dicho el propio Espadas a su llegada a la reunión.

TE PUEDE INTERESAR

El gran problema del PSOE andaluz: por qué Espadas tiene que hacer oposición en Madrid

Fran M. Galbarro. Sevilla

"No habrá voces críticas", ha dicho después Javier Fernández de los Ríos, líder del PSOE de Sevilla, la mayor agrupación a nivel nacional y uno de los dirigentes con más poder en la comunidad. El encuentro se ha saldado con un comunicado en el que hablan del "desgaste" de Juanma Moreno y deja claro que Espadas quiere seguir al frente del partido y cuenta con el aval de los secretarios generales provinciales.

Lo cierto es que ninguno puede sacar cabeza porque los ocho perdieron el pasado 9-J, a diferencia de lo que ocurrió en las municipales de mayo de 2023, cuando el PSOE se impuso en Sevilla y Jaén. Pero aquellos comicios fueron traumáticos para los socialistas por la pérdida de poder territorial, que ha dejado a muchas agrupaciones locales debilitadas tras pasar a la oposición. Así se entienden las crisis que salpican todo el territorio, con Málaga como epicentro de una batalla contra la dirección provincial que encabeza Dani Pérez, a quien un grupo de veteranos ha pedido la dimisión.

Habrá un Comité Director en cuestión de semanas en las que los críticos atisban tormenta, pero nadie cree que se vayan a producir movimientos inminentes. Sobre todo si no están patrocinados por Ferraz.

Es posible que Sánchez haga un Illa y opte por sacar del Gobierno a Montero para intentar que Andalucía sea lo que siempre fue para el PSOE

Cuando Pedro Sánchez mueva ficha y coloque la fecha del Congreso Federal, la maquinaria echará a andar, expresan distintas fuentes. Y entonces será cuando unos y otros se alineen en busca de una posible alternativa, aunque ya hay un nombre en los mentideros, el de Juan Francisco Serrano.

La mano derecha de Santos Cerdán en la Secretaría de Organización, que fue alcalde de la localidad jiennense de Bédmar, sería una opción lógica, aunque hay quien asegura que la alternativa a Espadas debería salir del territorio y no llegar desde Ferraz. Y luego está la posibilidad de que Pedro Sánchez haga un Illa y opte por sacar del Gobierno a María Jesús Montero para intentar que Andalucía sea lo que históricamente ha sido para el PSOE, un pilar fundamental para las victorias socialistas a nivel nacional.