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El Supremo pierde la paciencia y exige en privado una renovación inmediata del CGPJ
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Situación insostenible

El Supremo pierde la paciencia y exige en privado una renovación inmediata del CGPJ

Distintos jueces intercambian iniciativas para trasladar al Gobierno y la oposición que no van a aguantar más. Mientras, sigue el descontento con el ultimátum de Sánchez

Foto: Sede del Tribunal Supremo en Madrid. (Europa Press/Carlos Luján)
Sede del Tribunal Supremo en Madrid. (Europa Press/Carlos Luján)
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Algo se mueve en el Tribunal Supremo en estos días. El hartazgo de los magistrados del TS con el cuento de nunca acabar del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es mayúsculo y la idea mayoritaria es que es necesario dar un golpe en la mesa que deje claro que el tribunal ya no puede aguantar más. En privado, distintos jueces intercambian en estos días iniciativas para trasladar a Gobierno y oposición que no piensan seguir aguantando más dilaciones en la renovación del órgano de gobierno de los jueces.

El temor general es que, lo que algunas fuentes consultadas consideran una "bravuconada" de Pedro Sánchez con su ultimátum, provoque nuevas dilaciones en el acuerdo. El PP, dicen otros, arrastra los pies desde hace meses y no parece encontrar nunca el momento político adecuado. Sea como sea, roto por descosido, los tira y afloja entre las dos formaciones provocan que el acuerdo que parecía posible en junio agonice. Y mientras, el que se desangra es el tribunal.

Como ya ha informado El Confidencial, la iniciativa esbozada por Sánchez a modo de ultimátum al PP preocupa y mucho. La Constitución atribuye al CGPJ de forma exclusiva el nombramiento de cargos judiciales y la línea lanzada por el presidente del Gobierno se considera contraria a la Carta Magna. No son pocos los que sospechan que se buscará un sistema que permita un control de los nombramientos que se ve intolerable. Aprecian una nueva amenaza contra la independencia judicial que viene a tensar, aún más, una situación que ha ido a peor a lo largo de esta corta legislatura.

Foto: El presidente del CGPJ, Vicente Guilarte. (Europa Press/Fernando Sánchez)

El descontento, sin embargo, trasciende el ultimátum y sus términos para centrarse en el actual estado del propio tribunal. El TS se siente rehén de las batallas entre uno y otro y de los reproches mutuos que, en estos cinco años, han atascado un pacto que se esperaba en inicio para este mes de junio, pero que ahora se ve muy lejos de nuevo. Mientras los principales partidos discuten, el tribunal sigue sumando bajas y resuelve su día a día con remiendos que no evitan la situación crítica de algunas de las Salas.

Acción que agite el malestar

La idea de alguna acción que evidencie el malestar comenzó a moverse hace semanas. Hasta el momento, los llamamientos públicos efectuados por la Sala de Gobierno y las peticiones de auxilio y apoyo técnico han sido continuos, pero no parecen haber calado. Muchos magistrados consideran que es necesario un acto de mayor contundencia y que aúne en ese descontento a todo el tribunal o, al menos, a su mayor parte.

El Supremo ha tratado de subrayar, sin mucho éxito ni repercusión hasta el momento, que se requiere un remedio inmediato a la "situación insostenible" en que se encuentra el tribunal ante la imposibilidad legal de que se cubran las vacantes de magistrados. Las dos salas más afectadas por las vacantes, que son la de lo Social y la de lo Contencioso-Administrativo, tratan de seguir un ritmo que evite el colapso.

Pese a todo, la imposibilidad legal por parte del CGPJ de realizar nombramientos discrecionales mientras se encuentre en funciones y la falta de renovación provoca que el Tribunal Supremo se encuentre hoy sin presidente ni vicepresidente titulares y con un total de 25 vacantes en sus Salas, lo que representa el 31,25 % de su plantilla, según datos del pasado abril.

Mientras esto sucede, el PP y el PSOE siguen embarrancados en su discusión. Ni siquiera la mediación de la UE ha resuelto el bloqueo que ahora entra en una nueva fase de incertidumbre. El Ejecutivo ya ha avanzado que no irá más allá de junio sin avances y en el PP conviven corrientes contrapuestas. Una parte clama en contra de ceder a chantajes, mientras otra subraya la gravedad del bloqueo y empuja hacia el acuerdo.

Algo se mueve en el Tribunal Supremo en estos días. El hartazgo de los magistrados del TS con el cuento de nunca acabar del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es mayúsculo y la idea mayoritaria es que es necesario dar un golpe en la mesa que deje claro que el tribunal ya no puede aguantar más. En privado, distintos jueces intercambian en estos días iniciativas para trasladar a Gobierno y oposición que no piensan seguir aguantando más dilaciones en la renovación del órgano de gobierno de los jueces.

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