Así era el rey Felipe VI cuando abdicó Juan Carlos y comenzó su reinado en España

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Felipe VI asumió el trono de España el 19 de junio de 2014, tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I. Este evento marcó el comienzo de una nueva era para la monarquía española, caracterizada por un esfuerzo constante para recuperar la confianza y la popularidad de la institución entre los ciudadanos.

La transición fue recibida con un acto solemne en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, donde el rey emérito Juan Carlos I cedió la corona a su hijo en un emotivo gesto que simbolizaba el traspaso del legado histórico de la monarquía. Felipe VI juró su cargo ante las Cortes Generales, comprometiéndose a defender la Constitución y los derechos de los ciudadanos.

Desde el inicio de su reinado, Felipe VI ha destacado por su deseo de renovación y modernización de la Corona. Este propósito quedó evidente cuando anunció la auditoría de las cuentas de la Casa Real y la revocación del título de duquesa de Palma a su hermana, la infanta Cristina, tras los problemas legales derivados del caso Nóos. Estos movimientos fueron percibidos como un esfuerzo por distanciar su reinado de los escándalos que habían afectado a la institución en el pasado.

En el ámbito de la política nacional, uno de los momentos más significativos del reinado de Felipe VI fue su respuesta al desafío independentista en Cataluña en 2017. En un discurso televisado, el rey defendió la unidad de España y subrayó la importancia de la Constitución y el Estado de Derecho, reafirmando su papel como símbolo de cohesión nacional.

La cercanía con la ciudadanía ha sido otra de las marcas distintivas de Felipe VI. Tanto él como la reina Letizia han trabajado arduamente para proyectar una imagen accesible y moderna de la monarquía.

En estos diez años de reinado, Felipe VI ha llevado a cabo más de 4.000 actividades oficiales, pronunciado cerca de 900 discursos y realizado aproximadamente 160 viajes internacionales. Su presencia constante en eventos tanto nacionales como internacionales ha sido fundamental para fortalecer la imagen de la monarquía española en el exterior.

Desde su ascenso al trono, Felipe VI ha mantenido una imagen clásica y sobria, aunque ha evolucionado hacia una apariencia más contemporánea que ha sido bien recibida por el público. Uno de los rasgos más distintivos de su estilo ha sido su barba, la cual ha adoptado como una característica constante. Esta elección estética le ha otorgado una apariencia de madurez y cercanía, diferenciándose de la imagen más pulida y formal que tradicionalmente se asociaba con la realeza.