Ni el de Mérida ni Tarragona: este es el teatro romano mejor conservado del mundo

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La provincia turca de Antalya alberga uno de los testimonios más impresionantes del legado del Imperio romano. Este monumento, capaz de acoger a más 15.000 personas, destaca no solo por su tamaño, sino por la excepcional conservación de su estructura, especialmente de su escena. En una región rica en vestigios históricos, este teatro se erige como un símbolo de la arquitectura y el ingenio romano.

El teatro romano de Aspendos, construido en el siglo II d.C. durante el gobierno del emperador Marco Aurelio, fue diseñado por el arquitecto Zenon y financiado por los hermanos Curtius Crispinus y Curtius Auspicatus, según una inscripción que aún se puede leer en el lugar. Su estructura sigue el patrón típico de los teatros romanos, con una cávea semicircular, una orchestra y una imponente scaenae frons. El uso de piedra caliza local en su construcción ha contribuido a su magnífica preservación.

A diferencia de otros teatros romanos que han perdido elementos esenciales con el paso del tiempo, el teatro de Aspendos mantiene intacta su scaenae frons, lo que lo convierte en un sitio único en su género. El arqueólogo británico George E. Bean ha destacado en sus estudios la notable conservación de este teatro, a pesar de no estar incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

El teatro no solo se utilizaba para representaciones teatrales y musicales, sino que también servía como lugar de reuniones cívicas. Con capacidad para albergar entre 15.000 y 20.000 espectadores, se posiciona como uno de los más grandes de su región. Hoy en día, es posible recorrer sus 39 filas de asientos y su escenario, y disfrutar de las vistas desde la galería de columnas en la parte superior del complejo. Durante las noches de verano, el teatro cobra vida con óperas y espectáculos de luz y sonido, reafirmando su papel en la cultura moderna.

Además del teatro, la zona cercana alberga otros importantes restos arqueológicos, como una basílica, el ágora, un ninfeo y un acueducto, todos ellos del siglo II d.C. Este conjunto de ruinas ofrece una visión completa de la vida en la antigua ciudad romana.

El teatro de Aspendos no es el único ejemplo de teatros romanos bien conservados en el mundo. En la península ibérica destacan los teatros de Mérida, Itálica y Tarragona. En Francia, el teatro de Orange se erige como una joya monumental del siglo I d.C., con una capacidad para 9.000 espectadores. Otros teatros de renombre incluyen el Gran Teatro de Éfeso en Turquía y los teatros de Jerash en Jordania.