Desgobierno en Formentera: cómo una mayoría absoluta ha acabado siendo un polvorín

Imagine que los ministros de Pedro Sánchez renuncian, en bloque, a sus cargos o que los concejales de cualquier municipio hacen lo propio y dejan al alcalde como único miembro del Ejecutivo local. Es lo que ha sucedido en el Consell de Formentera, la entidad que desempeña las labores de Ayuntamiento y de autogobierno insular, provocando una situación inédita. El origen del conflicto hay que buscarlo el pasado mes de noviembre, cuando el presidente del Consell, Llorenç Córdoba, exigió al Gobierno de Marga Prohens 4.000 euros al mes de sobresueldo a cambio de su apoyo en el Parlamento de Baleares, según denunció el PP. El movimiento provocó la ruptura del Ejecutivo. De un lado, Córdoba, del otro, el resto de miembros, y ahora el polvorín ha terminado de estallar con la renuncia de siete de los ocho consejeros a sus carteras.

“Ha sido un año de gestión pública perdido, un absoluto drama, un absoluto caos”, lamenta el secretario general del PSOE de Formentera, Rafa Ramírez, en conversación con El Confidencial. Justo este lunes se cumplió un año de la constitución del Consell y desde que estalló la crisis en noviembre, la isla se ha visto envuelta en un escándalo político de consecuencias todavía inciertas. Córdoba, el independiente que eligieron el PP y Compromís per Formentera, una agrupación local, para liderar la coalición Sa Unió en las elecciones del 28-M, consiguió, 16 años después, imponerse por mayoría absoluta a las fuerzas de izquierdas, pero este lunes el portavoz de los primeros pidió la colaboración de la oposición para desalojar al presidente del Consell.

Es uno de los tres escenarios posibles. Que Gent per Formentera y el PSOE den su apoyo a los consejeros -aunque este miércoles hayan renunciado formalmente a sus responsabilidades, mantienen sus actas-, para descabezar al Gobierno local. “Evidentemente, [Córdoba] no puede gobernar solo. La ley del Consell de Formentera, a diferencia de lo que pasa en Mallorca, no permite nombrar consejeros que no hayan sido electos”, recuerdan fuentes del PP balear, por lo que el presidente de Formentera no podría recurrir al fichaje de externos.

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El pleno del Consejo Insular está compuesto por 17 miembros. Sa Unió consiguió nueve representantes hace un año, Córdoba más los ocho consejeros, justo mayoría absoluta, por lo que o el presidente y su equipo de Gobierno vuelven a la senda del entendimiento o la oposición toma partido por una de las dos partes o la isla termina de sumirse en una profunda crisis con un presidente enrocado en su puesto y sin ningún apoyo.

“Son las opciones que hay. El presidente puede aliarse con la oposición, cosa que me parece de momento muy complicada, o los consejeros pueden aliarse con la oposición, cosa que también me parece muy complicada… O se podría barajar un escenario de repetición electoral, pero tendría que interceder el Senado y el Gobierno, y solo hay un antecedente en Marbella con la operación Malaya”, recuerdan desde el PP. En el partido creen que la opción más factible es que Córdoba y los consejeros acaben cerrando un nuevo acuerdo. Sin embargo, no es el escenario por el que apostó el portavoz de Sa Unió, Óscar Portas, con su ofrecimiento a la oposición.

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La posibilidad de presentar una moción de censura ya estuvo sobre la mesa el pasado noviembre, cuando el PP desveló que Córdoba, que negó los hechos, veterinario de profesión y con un sueldo al año que ronda los 80.000 euros por su cargo público, había ligado su apoyo al Gobierno de Prohens -además del presidente del Consell es el único diputado que tiene la isla en el Parlamento regional-, a una compensación económica de 4.000 euros al mes. La medida no fructificó entonces y ahora tampoco parece que pueda prosperar. Es lo que se desprende de las declaraciones de la oposición, que pide dimisiones antes de cerrar ningún pacto.

Ramírez recuerda que el problema ha nacido en el propio seno del Ejecutivo insular. Una moción es una herramienta que “está pensada para que la oposición asuma el Gobierno, no para solucionar crisis internas”, defiende el socialista. “No barajamos esa hipótesis, no tiene sentido”, añade Ramírez, que recuerda además que la renuncia de los consejeros todavía no se ha hecho efectiva. El líder de los socialistas entiende que primero tendría que haber alguna dimisión en el Ejecutivo local para sondear un posible acuerdo. Es la misma idea que ha defendido Gent per Formentera, que considera que antes de hablar de “gobiernos de concentración” quienes han provocado esta crisis deben “asumir sus responsabilidades”.