El Gobierno se prepara para retrasar los presupuestos si Cataluña repite elecciones

Casi mes y medio después de las elecciones catalanas, es imposible encontrar a nadie en ERC capaz de pronosticar qué va a pasar. Si apoyarán la investidura de Salvador Illa u optarán por una repetición electoral. Tampoco si en ese caso se presentarán solos o cederán a la presión de Carles Puigdemont y concurrirán en una lista conjunta. El futuro de Cataluña está únicamente en sus manos. Y lejos de considerarlo una ventaja sobre el resto, lo gestionan como un enorme contratiempo.

Tras perder 13 escaños y permitir que Junts les arrebatara el liderazgo independentista, esta formación centenaria ha entrado en una crisis descomunal, que impide aventurar su decisión final. El Gobierno y el PSOE la contempla atónito, sin comprender a santo de qué el enfrentamiento ahora entre dos antiguos aliados como Marta Rovira y Oriol Junqueras. Les parece insólito que "se quieren cargar a su Nelson Mandela", destacan, sobre el intento de tumbar a Junqueras, uno de los principales referentes de la formación y que pretende ser elegido presidente de ERC en noviembre.

En la Moncloa nadie entiende nada, pero el conflicto de los republicanos tiene consecuencias directas en el desarrollo de la legislatura y el Ejecutivo se prepara ya para retrasar los presupuestos del próximo año porque cunde el miedo a unas nuevas elecciones en Cataluña, el próximo 13 de octubre.

Hace unas semanas pensaban que ERC sólo necesitaba tiempo para digerir la derrota. Ahora ya contemplan que igual, no votan a favor de investir a Illa, como esperaban. Los más entusiastas se mantienen en la tesis de que el apoyo de los republicanos caerá por su propio peso porque la alternativa de unos comicios consecutivos es peor para ellos. Pero fuentes del Ejecutivo corroboran que no tienen ni una sola señal de que será así.

TE PUEDE INTERESAR

Josep Rull, abocado a activar el reloj electoral por la falta de candidatos a presidir Cataluña

Marcos Lamelas. Barcelona

Y esta falta de seguridad obliga a pensar en un plan B. Hasta ahora el horizonte del Gobierno era darse el margen del verano, a la espera de que el candidato del PSC se convierta en president de la Generalitat. Eso tiene que suceder antes del 25 de agosto. Si en esa fecha no se ha producido la investidura de Illa, se convocan automáticamente otras elecciones. El Ejecutivo valora incluso que se produzca casi esos días, "con la campana". Pero asumen también la posibilidad de que se repitan los comicios.

Si ERC permite que la legislatura eche a andar en Cataluña con su respaldo a Illa y el de los comunes, el Gobierno activaría en ese momento la recta final de la negociación con los grupos parlamentarios que conforman la mayoría de la investidura de Pedro Sánchez y los presupuestos se presentarían a finales de septiembre, en tiempo y forma.

TE PUEDE INTERESAR

Ni Illa ni Puigdemont se presentan a la primera investidura en Cataluña: ¿cuándo habría repetición de elecciones si no hay 'president'?

El Confidencial

Pero si los republicanos escogen la bola de otras elecciones, la opción de presentar las cuentas del próximo año se difumina. Fuentes del Ejecutivo reconocen que con unos nuevos comicios en otoño, los presupuestos de 2025 se "pueden complicar" porque la competición electoral entre ERC y Junts haría imposible que comprometan su voto.

En el Gobierno no les cabe en la cabeza que los republicanos puedan fusionarse ahora en una única lista con la formación de Puigdemont, a pesar de que ellos mismos dan pábulo a esta opción. Y por eso insisten que en medio de una nueva campaña ven muy difícil que los dos partidos catalanes se embarquen en conversaciones sobre los PGE. La pugna entre ambos ya llevó al Ministerio de Hacienda a frenar las conversaciones sobre los presupuestos de este año, que están prorrogados, ante el temor de que tanto ERC como Junts subieran la puja e hicieran valer su voto como argumento electoral.

TE PUEDE INTERESAR

La parálisis del Gobierno se prolongará todo el verano por la negociación con ERC en Cataluña

Marisol Hernández

Cabe la posibilidad de que, aunque se repitan las catalanas, sondear a los dos partidos para conocer sus intenciones y ver si tienen alguna disponibilidad. Pero el propio Ejecutivo duda de la viabilidad de este plan: negociar con Junts y ERC los presupuestos en plena precampaña. "Todo podría ser. Habría que ver qué planteamiento tienen", explican.

La consigna ahora es esperar a ver qué sucede de aquí al 25 de agosto, a que "se aclare" el horizonte en Cataluña y, por extensión, en España. Con una repetición electoral, la demora de los presupuestos está prácticamente cantada. El Gobierno debería esperar a que pase el 13-O y, después, a que se resuelva la gobernabilidad para enviarlos al Congreso.

Si al final Illa es president, Hacienda sí podría cumplir con los plazos y presentar las cuentas después del verano. En este escenario, el Gobierno no muestra temor a que sean rechazados. Primero porque los pactaría con antelación. Y segundo, porque entiende que Junts cuenta con incentivos para repetir elecciones en Cataluña pero no los tiene para forzar unas nuevas elecciones en España y facilitar una victoria de la suma de PP y Vox.