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Los socios se encelan por el giro de Sánchez al PP y Podemos avisa: "La legislatura es otra"
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Tensión en la coalición de investidura

Los socios se encelan por el giro de Sánchez al PP y Podemos avisa: "La legislatura es otra"

"Habrá desorden", advierten los de Ione Belarra, principal amenaza junto a Junts para la estabilidad del Gobierno. Se esperan nuevos acuerdos en el Banco de España, CNMC y CNMV, aunque no en RTVE

Foto: Ione Belarra, líder de Podemos, ayer en el Congreso (Europa Press/Eduardo Parra)
Ione Belarra, líder de Podemos, ayer en el Congreso (Europa Press/Eduardo Parra)
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El acuerdo alcanzado este martes entre el PP y el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) atravesó como un puñal la ya maltrecha mayoría de investidura del Gobierno. Si la desconfianza hacia el presidente era grande, agravada por el episodio de la carta, el retorno del bipartidismo para cerrar un gran pacto de Estado terminó por hundir la moral de las tropas aliadas, que siguen sin ver clara la viabilidad de una legislatura que no termina de arrancar. Justo cuando esperaban que el Ejecutivo presentase su plan de choque para la "regeneración" (con medidas centradas en el Poder Judicial y en los medios de comunicación), el arreglo socialista con Génova desalienta a los independentistas y a Podemos, que denuncian una maniobra para, supuestamente, "tapar la guerra sucia" de los jueces contra ellos. Y temen que este sea el primero de otros importantes acuerdos, incluida la Ley del Suelo.

También Moncloa confía en pactar con el PP la renovación del Banco de España este mes de julio y poder seguir después del parón estival con los cambios pendientes en otros órganos: la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la del Mercado de Valores (CNMV), así como la futura Comisión Nacional de la Energía (CNE). Existen ya conversaciones abiertas lideradas por el ministro Félix Bolaños (rebautizado en broma como "Félix Milagros") y la secretaria general de Génova, Cuca Gamarra.

El PP se prestará a estos nuevos acuerdos, asegura un portavoz de Feijóo, siempre y cuando "cumplan los perfiles profesionales" adecuados. Lo que descartan por ahora es que vayan a pactar en RTVE dada la "alta politización" del Consejo, algo que Moncloa sí ve más factible. "No puede haber más presidentes con el carné del PSOE entre los dientes", se quejan los populares.

Este acercamiento entre los dos grandes partidos complica los ya de por sí frágiles equilibrios parlamentarios del PSOE con sus socios de investidura, muy críticos. Podemos quiso dejar claro que no tolerará este bipartidismo renovado y llevará al límite la presión sobre Moncloa. "La legislatura es otra. Sánchez ha estrenado la gran coalición", señalan con firmeza en el partido morado. "Habrá desorden hasta donde nos permitan nuestras posibilidades", avisan fuentes de la dirección de Podemos. Una amenaza igual de letal e incontrolable que la que encarna Puigdemont. Pero con mayores deseos de venganza, si cabe, frente al tándem Sánchez-Díaz.

Moncloa, sin embargo, limita las críticas de sus aliados a una cuestión casi pasajera, convencidos de que en nada afectará a la legislatura. "Nuestros socios se ponen celosos y es normal. No quieren que pactemos con el PP para no perder influencia y capacidad de negociación", admitía este miércoles una de las ministras fuertes del PSOE en conversación con los periodistas en el Congreso. "No cambia nada la legislatura", rebatió tras escuchar a Podemos, "el más pasado de revoluciones".

Foto: De espaldas, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, interpela al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)

Pero la formación de Ione Belarra es categórica al anunciar que el pacto firmado con Génova lo cambia todo. "La legislatura es otra", señalan fuentes de la dirección de Podemos, donde censuran que el PSOE ha estrenado con el PP la "geometría variable" que tan útil le fue en el pasado, con Ciudadanos y los diputados del PDeCAT, en quienes se apoyaron para extender el estado de alarma durante la pandemia o la reforma laboral. Entre los socios había ayer quien apuntaba ya a que PP y PSOE volverán a unir su firma a otra ley de mucho peso, la ley del Suelo, que el Ejecutivo tuvo que retirar a última hora para evitar otra derrota parlamentaria.

Mientras tanto, en la dirección del PP se congratulaban ayer de haber logrado "meter más presión" entre el PSOE y sus socios. "Tienen los mismos problemas que ayer, pero agravados", constataban pensando también en Cataluña. "Les hace daño, no han cedido espacio a sus aliados, ni siquiera al PNV", inciden los populares, que en el último intento de pacto del CGPJ en la etapa de Pablo Casado sí involucraron a los nacionalistas vascos al pactar que un juez de Vitoria, sin adscripción política, estuviera en la lista del bloque conservador. También se acordó la elección de un consejero de RTVE a propuesta de Sabin Etxea. En esta ocasión no ha habido intercambio alguno, según confirman fuentes de los dos partidos. "El PNV es aliado del PSOE, les correspondería ceder a ellos", comentan en Génova. "Para un pacto así casi preferimos no estar", replican desde Bilbao.

Según Belarra, este acercamiento entre Sánchez y Feijóo viene marcado por la "gran coalición" europea entre populares, socialdemócratas y liberales, que acaban de repartirse los puestos de poder dentro de la Unión Europea. Desde la tribuna del Congreso, la exministra estableció un paralelismo entre el "verano de 2024" y el "verano de 2011", cuando PP y PSOE "constitucionalizaron los recortes". "Y ahora van a conformar una gran coalición que nos va a llevar a la guerra" en Europa, aseguró, al tiempo que alertó del perfil "belicista" de la nueva responsable de Política Exterior y de Seguridad de la UE, la estonia Kaja Kallas. "Estamos ante un cambio trascendental en la legislatura", incidió la secretaria general de Podemos. "Tono de final de ciclo", añadió. Pese a las amenazas, el PSOE no cree que se atrevan a mayores: no les tumbarán.

El acuerdo alcanzado este martes entre el PP y el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) atravesó como un puñal la ya maltrecha mayoría de investidura del Gobierno. Si la desconfianza hacia el presidente era grande, agravada por el episodio de la carta, el retorno del bipartidismo para cerrar un gran pacto de Estado terminó por hundir la moral de las tropas aliadas, que siguen sin ver clara la viabilidad de una legislatura que no termina de arrancar. Justo cuando esperaban que el Ejecutivo presentase su plan de choque para la "regeneración" (con medidas centradas en el Poder Judicial y en los medios de comunicación), el arreglo socialista con Génova desalienta a los independentistas y a Podemos, que denuncian una maniobra para, supuestamente, "tapar la guerra sucia" de los jueces contra ellos. Y temen que este sea el primero de otros importantes acuerdos, incluida la Ley del Suelo.

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