España maneja 600.000 datos para evitar los incendios, ¿por qué este pueblo sigue ardiendo cada año?

Sin información desde 2016

España maneja 600.000 datos para evitar los incendios, ¿por qué este pueblo sigue ardiendo cada año?

Tenemos la base de datos de incendios más completa a nivel internacional, pero en más de la mitad de los casos no se sabe qué los provocó

Texto y datos Guillermo Cid | Marta Ley | Ana Ruiz
Diseño Emma Esser | Sofía Sisqués
Desarrollo Luis Rodríguez
Fotografía Emilio Fraile

o habían pasado ni dos meses de 2024 y en Hermisende ya contabilizaron el primer incendio forestal del año. De origen aparentemente intencionado, se llevó por delante 90 hectáreas de uno de los montes que encajonan al pueblo. Hubo algo de riesgo porque apareció junto al parque eólico que corona su cresta. Pero ni por su origen humano, ni por el lugar del siniestro, llamó mucho la atención entre los vecinos. “Me llamaron los medios al día siguiente y les dije que tranquilos, que ya estaba todo cubierto de nieve”, cuenta su alcalde.

Situado en lo más profundo de la sierra de Sanabria, en la verde esquina que conecta Zamora, Ourense, León y Portugal, es raro el año en el que este municipio no vive algún incendio de este tipo. Cuando no son mucho mayores. Su nombre aparece entre los diez municipios españoles con más terreno quemado por el fuego en los últimos años, y es la viva imagen de la España que se enfrenta en primera línea al desbocado fuego, y a quien lo asiste. Desde hace años, sus vecinos luchan para frenar los desastres, pero a día de hoy no hay nada que haya conseguido mejorar demasiado su situación. La sensación es que lo peor está aún por llegar.

En España, en 2016 (último año con datos consolidados), ardieron algo más de 69.000 hectáreas de superficie forestal. De estas, casi 14.000 se atribuyen a incendios provocados por incendiarios, un 20,1% del total, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En Portugal, la cifra ese mismo año fue aún peor, con casi 178.000 hectáreas afectadas y un 30% de ellas por incendios provocados.

Evolución de hectáreas quemadas

Total de superficie forestal quemadas y parte que es por fuegos provocados por incendiarios. Datos en hectáreas
Total
Incendiarios
España

Superficie total quemada: 2.552.805 ha

Superficie total quemada en España
Portugal

Superficie total quemada: 3.313.971 ha

Superficie total quemada en Portugal

Nota: Para la categoría de incendiarios se excluyen los incendios provocados por quemas agrícolas, ganaderas o de modificación de usos del suelo, entre otros. Sin datos para España desde 2016.

Fuente: Ministerio de Medio Ambiente, Divergente, elaboración propia

El Confidencial y Divergente han colaborado en una investigación conjunta, con financiación de Journalismfund, para analizar el impacto del incendiarismo y sus motivaciones en España y en Portugal. Los datos de incendios provocados por incendiarios en este reportaje excluyen aquellos que, aun siendo intencionados, tienen una motivación relacionada con prácticas agrícolas o ganaderas [ver metodología].

“Lo primero que quiero dejar muy claro es que en Hermisende no somos pirómanos. El pueblo sufre los incendios forestales como muchos otros de la comarca, pero en la mayoría de los casos ni siquiera se originan en nuestras fronteras, vienen de otras zonas, buena parte de ellos del lado portugués”, comenta Jesús González Nieto, alcalde de Hermisende.

“El problema que compartimos todos no es tanto que haya más o menos incendiarios, son los problemas coyunturales. Cada vez el bosque está menos cuidado, cada vez somos menos para estar atentos a lo que ocurre y las administraciones no ayudan”, añade el alcalde. “Incluso viendo todo lo que se quema y cómo el bosque nos ahoga, apenas dan recursos y las medidas de prevención son muy difíciles de aplicar”.

Incendios forestales en España

Localización de los fuegos que quemaron al menos 10 hectáreas entre 2012 y 2016
Total de incendios de 2012 a 2016:
Total de incendios de 2012 a 2016
Total de incendios intencionados
Total de incendios intencionados
Total de incendios provocados por incendiarios
Total de incendios provocados por incendiarios

Fuente: EGIF (MITECO), elaboración propia

González cuenta esto desde la plaza de un pueblo de 233 habitantes censados, que ha perdido más de 1.000 desde los años 50, y mientras señala cómo la vegetación se adueña de cada esquina del municipio. “Cuando yo era pequeño no hacía falta ni limpiar las calles de malas hierbas, porque había ganado, había cuidado, había gente. Ahora todo eso se ha ido y obviamente afecta a los incendios”, recuerda. “Aquí siempre ha habido fuegos en los montes, el problema es que no tenían el riesgo actual porque no tenías el bosque en la puerta de tu casa”, añade.

Vista del pueblo de San Ciprián desde Hermisende
Vista del pueblo de San Ciprián desde Hermisende. Se observa cómo lo engulle el bosque

A pesar de las palabras del alcalde, que defiende a sus vecinos y su entorno, lo cierto es que las autoridades sí se han fijado en los incendios intencionados que se repiten en toda su zona. En 2013, tras una ola de fuegos, el Gobierno de Castilla y León propuso colocar cámaras térmicas que avisasen de problemas o detectasen incendiarios en esta zona de Sanabria. Generó tanta revuelta la idea que solo se acabaron colocando unas pocas. Es verdad que no se ha vuelto a dar un verano como el que generó el choque, pero el fuego de este mes de febrero muestra que el problema no se ha solucionado.

De nuevo, la situación vuelve a la casilla del “abandono general” de la comarca, que mencionan todos los vecinos de Sanabria y que también se puede ver en los datos. Aunque se hable de sensaciones de mejoría o cambio de comportamiento, en realidad falta mucha información sobre qué o quién provoca los incendios. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta cuántos ha habido en Sanabria en los últimos años. Ni en ninguna otra parte del país.

Más de siete años sin datos

La Estadística General de Incendios Forestales (EGIF) es una base de datos que contiene información de todos los fuegos registrados en España desde el año 1968. En total, hay registros para más de 600.000 siniestros con detalles que van desde la causa hasta la hora de inicio pasando por la humedad del sitio o el número de municipios afectados, entre otros. Esta fuente de información es la más fiable en España y desde el ministerio presumen de que es “la más completa en el ámbito internacional”, pero los últimos datos disponibles son de 2016.

“El proceso para la consolidación de las estadísticas es complejo y largo, ya que comprende el envío de todos los partes de incendios forestales (con más de 150 campos de datos) por las comunidades autónomas y su revisión exhaustiva”, explican desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en respuesta a una solicitud de transparencia. Así, aunque para algunas zonas existen datos hasta 2021, a nivel nacional solo está hasta 2016.

Tipos de incendios forestales

01. Fuego de superficie

La mayoría de los incendios forestales son de este tipo

Fuego de superficie
02. Fuego de subsuelo

Se extiende lentamente y es difícil de detectar

Fuego de subsuelo
03. Fuego de Copas

Suelen ser los más destructivos y difíciles de controlar

Fuego de Copas

Fuente: Mercor Tecresa, elaboración propia

Aunque estos datos ahora son más accesibles, hasta hace pocos meses había que solicitarlos expresamente al ministerio, vía solicitud de transparencia o a través del departamento de prensa. En Civio fueron los primeros que, ya en 2012, consiguieron acceder a la EGIF y liberar estos datos para que cualquiera pudiera acceder a la información a través de un mapa interactivo. Y precisamente, este medio ha denunciado los retrasos en la publicación de datos que, tiempo atrás, era mucho más ágil.

“La cosa se empezó a enquistar cuando en 2018 pedimos los años de 2016”, cuenta María Álvarez del Vayo, periodista de Civio. En ese momento, les explicaron que los retrasos se debían a la implantación de una aplicación informática en 2016, EGIFWeb, para la cumplimentación por parte de las comunidades autónomas de la información sobre incendios.

“No hace falta mirar a los incendios, solo tienes que ver cómo el bosque se está comiendo los pueblos”

Un informe del Tribunal de Cuentas señalaba ya en 2018 que el procedimiento no estaba operando “de manera plenamente eficaz”, y apuntaba en concreto a Castilla y León, que, “aludiendo a problemas técnicos, nunca ha remitido la información desde la creación de EGIFWeb, estando a su vez pendiente la de 2018 de Cantabria, Castilla la Mancha y Cataluña”.

Un operario desbroza como puede una de las fincas de Hermisende
Un operario desbroza como puede una de las fincas de Hermisende

El organismo describió un problema de coordinación entre el Ministerio y las Comunidades Autónomas que todavía persiste, advirtiendo que el primero no cuenta con medidas efectivas para que las regiones envíen en tiempo y forma sus datos. Desde el Miteco apuntan que “la recogida de datos y su traslado al ministerio” es competencia de las comunidades autónomas” mientras que, desde Castilla y León, aseguran que ellos sí vuelcan sus datos, pero que hay decalaje porque son informes extensos y se suelen dar errores que subsanar.

“Aún estamos cerrando incendios de 2021 y 2022 por ese motivo”, señala Ángel Sánchez, jefe de servicio de extinción de incendios forestales de Castilla y León. El escrito Tribunal de Cuentas señalaba además la falta de información en campos como los datos climatológicos, el riesgo de incendio o las estimaciones de costes económicos y medioambientales, entre otros. Con estos problemas, el potencial de esta base de datos para la prevención de incendios queda muy reducido.

Falta de información y causas “supuestas”

Las lagunas de información en los datos de incendio son muy amplias. Para el 9% de la superficie forestal quemada en los últimos años con datos, la causa del incendio figura como “desconocida”. Pero incluso entre los casos para los que sí se atribuye una motivación, esta es “supuesta” para el 42% del terreno quemado. No se sabe a ciencia cierta, por tanto, qué ha pasado para que ardiera más del 50% del bosque quemado durante el periodo analizado.

Más de la mitad de las causas, desconocidas o supuestas

Localización de los fuegos que quemaron al menos 10 hectáreas entre 2012 y 2016, según el nivel de certidumbre (causa desconocida, supuesta o cierta)
Causa cierta
Causa cierta
Causa supuesta
Causa desconocida
Mapa de las causas ciertas
Mapa de las causas supuestas
Mapa de las causas desconocidas
Cierta
Hectáreas quemadas por causa según el nivel de certidumbre en datos absolutos
Hectáreas quemadas por causa según el nivel de certidumbre en porcentaje
Fuente: EGIF (MITECO), elaboración propia
Cierta
Supuestas
Hectáreas quemadas por causa según el nivel de certidumbre en datos absolutos
Hectáreas quemadas por causa según el nivel de certidumbre en porcentaje
Fuente: EGIF (MITECO), elaboración propia

“Muchos datos van a ojímetro”, reconoce Manuel (nombre ficticio), bombero forestal en Castilla y León que explica que en ocasiones los partes se completan incluso una semana después del comienzo del incendio. “Luego hay muchos que, según si se conoce o no, se meten como provocados, o también en los agrícolas se meten a veces como negligente y no como provocados…”, relata.

El operario apunta los problemas de descoordinación y falta de plantilla entre las causas del caos de los datos, que empieza rellenando el parte de incendios. “No hay personal burocrático dentro del operativo”. Y pone un ejemplo: “Si un piloto de helicóptero que participa en las labores de extinción se pasa 10 horas en un incendio, dos horas volando y su correspondiente descanso, tiene que hacer él mismo los informes. Si ha llegado a casa a las ocho de la tarde, hasta las once puede estar haciendo papeles”.

Ilustración de uno de los partes de incendio que deben rellenar los operarios en Castilla y León

En Castilla y León, un mismo incendio genera varios partes, en función de la cantidad de medios que hayan participado. Manuel describe un flujo de información que, a su juicio, “no está unificado para nada”, en el que los partes pasan por varias manos, desde quien recopila los primeros datos hasta el que los recoge en el centro de mando y quien los revisa en la delegación provincial, antes de que lleguen al ministerio.

Por parte de las instituciones, Ángel Sánchez niega que exista caos con los datos y asegura que sí hacen un seguimiento detallado de cada incendio forestal. Que los investigan, analizan y usan los datos para crear planes y actuaciones más eficaces. Pone el ejemplo del Plan 42 de principios de siglo. Un proyecto que sirvió para detectar los 42 municipios con más fuegos de la comunidad y actuar sobre ellos. “Si detectamos que es un tema de caza, intentamos asistir en ese sector, si es de ganadería, les ofrecemos ayudas. También tenemos convenios con fiscalía y Guardia Civil por si es una cosa de incendiarios”, comenta.

A vecinos de las zonas más afectadas, como Daniel Boyano, un joven sanabrés que gestiona la Asociación conservacionista para el estudio de las montañas Cryosanabria, tampoco le sorprende demasiado que haya problemas para encontrar las causas. En entornos como el suyo es difícil tener ojos como para descubrirlo y es complicado que se den recursos para mejorar la situación.

“Ya ves la naturaleza que nos rodea y cuántos somos. Obviamente, todos oímos historias y se viene de una cultura en la que el fuego se utilizaba para gestionar los bosques, pero es complicado encontrar qué pasa en cada caso. Los datos dicen que la acción humana está presente en cerca del 80% de los incendios forestales, pero puede ser un incendiario o alguien trabajando, un despiste, una colilla... Ahora solo con eso puedes originar un problema mucho mayor que hace unas décadas y eso cuesta entenderlo”.

Daniel Boyano charla con una vecina de Cervantes, una pequeña aldea de la comarca de Sanabria
Daniel Boyano charla con una vecina de Cervantes, una pequeña aldea de la comarca de Sanabria

Boyano ha estado colgando por los pueblos de la comarca este mes de mayo unos carteles para que la gente tenga cuidado con sus acciones y evite, por ejemplo, arrojar colillas, pero intenta elevar la visión sobre este problema. “El incendio gigante de la sierra de la Culebra se produjo por rayos. Estos son cada vez más comunes por el cambio climático y cuando caen se alimentan de una vegetación degradada por la falta de agua, además del problema de los monocultivos. El ser humano puede ser culpable de estos incendios de muchas maneras”, añade.

La disparidad entre las causas

Las cifras reflejan que la interpretación humana del origen de un incendio tiene también un peso en la recogida de la información. Entre unas comunidades y otras, las diferencias son abismales. En Cataluña, casi el 45% de la superficie quemada en el último lustro con cifras fue por una colilla. En 2012, un incendio en La Jonquera (Girona) que arrasó con más de 14.000 ha fue provocado por un fumador. Sin embargo, en Extremadura esa causa no ha quemado ni el 6% de la superficie afectada.

La causa de los incendios en cada CCAA

Porcentaje de superficie forestal quemada según la causa entre 2012 y 2016 para cada comunidad autónoma
La causa de los incendios en cada CCAA

Fuente: EGIF, elaboración propia

Por su parte, en Asturias, Castilla y León, Cantabria y Galicia, el porcentaje de fuegos intencionados está por encima del 70%, una cifra muy superior a la del resto de regiones. “Tiene sentido porque en esas zonas hay mucha más cultura del fuego que en el sur”, advierte Álvarez del Vayo. La periodista explica que en esas zonas tienen “lo que ellos llaman el viento sur”, que se da en unos días concretos en los que es más habitual quemar. “Intentan pedir la solicitud para quemar, pero si no les llega en esa ventana, muchos lo hacen igual”.

“La causalidad responde a cuestiones objetivas”, aseguran desde el Miteco. Manuel habla desde su experiencia sobre el terreno: “Alguna vez he echado en cara que un incendio figure como intencionado y no como provocado”, cuenta el bombero forestal sobre la diferencia de criterios a la hora de identificar una causa. “Si un tío está con un tractor cuando lo tiene prohibido y acaba pasando algo, se pone como intencionado en lugar de provocado. Ya me dirás qué sentido tiene”, insiste.

Con todo, reconoce que es muy complicado cerrar los partes de incendio con una causa cierta, ya que muchas veces se inicia un proceso judicial. “Salvo los casos que son por un rayo o algo de lo que se tenga garantía, hay que hacer una investigación. Y estamos hablando de penas de igual seis años de prisión y 300.000 euros de multa”, explica. Sin ir más lejos, la causa del incendio de febrero en Hermisende se recogió en prensa local como “a todas luces intencionado”, pero se desconoce exactamente cómo se originó ni quién pudo ser el culpable.

Aunque los procesos son largos y según desveló Civio la mayor parte no acaba en juicio, los datos de la Fiscalía General del Estado rebajan la sensación de impunidad. En el 2022, último año con datos recogidos en la memoria, hubo hasta 99 sentencias condenatorias por incendios forestales. Además, la Fiscalía dedicada especialmente al Medio Ambiente va lanzando propuestas. La última es el uso de drones para prevenir fuegos y poder perseguir mejor a los posibles incendiarios.

Un centenar de condenas por incendios forestales al año

Diligencias, juicios y sentencias por incendios forestales
2022
2021
Diligencias, juicios y sentencias por incendios forestales

Fuente: Memoria de la Fiscalía 2023

Mención aparte merece el único caso que aparece en la memoria como llegado al Tribunal Supremo entre 2021 y 2022. Se trató de la confirmación de una condena al autor de un incendio en A Coruña en 2013. El implicado era miembro de protección civil y fue condenado “como autor de un delito de incendio, en grado de consumación”, a una pena de 4 años de prisión. Además, se le impuso una multa de 85.203 euros por gastos de extinción, y un pago a la Consellería de Medio Rural y a los tres propietarios afectados (Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común de Artes y Ayuntamiento de Ribeira) de 79.062,01 euros por daños de la madera.

Los otros culpables de los incendios

Fuera de la actuación policial y judicial, en Sanabria siguen poniendo el foco en otras acciones humanas que alimentan el fuego. Para ayudar a la prevención, cuenta el alcalde de Hermisende, las instituciones regionales y nacionales apenas les dan recursos. La diputación de Zamora les da ocho días de limpia de diferentes parcelas “es poquísimo y además solo entran donde les marcan”, y poco más.

La falta de medios es un problema también para quienes se enfrentan directamente al fuego. Manuel advierte que, por estas fechas, la zona en la que trabaja está ya declarada como de alto riesgo de incendio, “y la mitad de los camiones están con falta de personal, un año más…”, lamenta. “Están juntando conductores de unos camiones con peones de otros para tener al menos algún turno completo. Ese es el nivel”.

Además, el alcalde deja otra crítica a las instituciones. “Nos ponen normas desde las ciudades sin pensar en la idiosincrasia de los pueblos. Por ejemplo, obligan a los ayuntamientos a pelear con los vecinos para que limpien sus fincas, cuando somos consistorios enanos, sin recursos ni posibilidades para exigir estas acciones”.

Sánchez, por su parte, asegura que está llevando a cabo muchas acciones. “Hemos detectado un aumento inusual de incendios en Palencia y Valladolid y estamos investigando posibles acciones”.

Vista de los frondosos bosques de Sanabria
Vista de los frondosos bosques de Sanabria

Entre los pocos vecinos de la comarca, la opinión es similar. Sanabria es un basto terreno lleno de naturaleza convertido en el punto negro de los incendios de la Península Ibérica. Aquí todos saben de la existencia de gente que ha quemado alguna vez algo el monte, pero ni se sabe cuántos son ni creen que sea el mayor de los problemas. “Somos la mayoría ancianos, y toda la zona se está muriendo. No hace falta mirar a los incendios, solo tienes que ver cómo el bosque se está comiendo los pueblos”.

Boyano, por su parte, señala al modelo de gestión económica de la zona. “Es muy difícil que la gente se implique, por eso siempre se pide incentivar la gestión positiva de los montes, que cuidarlo dé algo a cambio”. El conservacionista pone como ejemplo el caso de los robles, una especie de árboles que no acelera la propagación de incendios y cuya madera tiene salida en mercado a buen precio.

De no hacerse este tipo de reflexiones, cuenta Boyano, todos estos lugares están abocados a dos opciones: o se abandonan del todo y el bosque acaba ocupando el espacio sin control alguno, o se va camino de lo que llaman “desiertos verdes”. “Se trata de esos espacios de monocultivos, como las grandes extensiones de pinos o eucaliptos. Zonas con las mismas especies, plantadas a la vez y de crecimiento rápido para sacar el máximo provecho a la madera. No son paisajes autóctonos, por lo que acaban generando más problemas, enfermedades y desastres como los incendios. De ahí que se les denomine como desiertos, porque aunque todo parece verde, en realidad no tienen nada de bosque”.

Monocultivo de pinos y especies de alta combustión

Localización de coníferas en la zona de la Sierra de la Culebra
Monocultivo de coníferas
Localización de coníferas en la zona de la Sierra de la Culebra

Fuente: CORINE Land Cover

El experto pone el ejemplo de la Sierra de la Culebra, un entorno lleno de los monocultivos de pino que explotaron durante el Franquismo y que provocaron que la caída de un rayo en 2022 acabara en uno de los incendios más grandes de nuestra historia. “Esas plantaciones arden como cerillas”.

Terminando el paseo, Jesús González pasa por una de las tierras del pueblo, donde unos vecinos miran cómo un operario usa una desbrozadora para limpiar una finca llena de hierbas. Es un empleado contratado por los dueños para la labor, algo que el alcalde agradece. Pero desde allí mira al fondo. En mitad del monte que encierra al pueblo en esa dirección aparece San Ciprián, otro de los asentamientos del municipio que lidera González y que está a punto de desaparecer engullido por el verde. “Ves, se lo está comiendo el monte, ya casi ni se ve la separación entre las casas y los árboles. Eso va a acabar pasándonos a todos y cuando aparezca un incendio no habrá mucho más que hacer”.

Metodología:

Para establecer la categoría de fuegos cuya causa son “incendiarios” y que estos datos fueran comparables con los de Portugal se han tenido en cuenta las motivaciones relacionadas con disputas, alarma social, venganzas, gamberradas, enfermos mentales, represalias o resentimiento, entre otras. El objetivo era aislar de esta categoría los fuegos intencionados relacionados con prácticas agrarias.Además, para los análisis de las principales causas, estas se han agrupado atendiendo a la categorización del Miteco.