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'Los 100 hijos de San Abascal': Vox sacrifica las CCAA pero blinda sus 114 alcaldías con el PP
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La batalla de la derecha

'Los 100 hijos de San Abascal': Vox sacrifica las CCAA pero blinda sus 114 alcaldías con el PP

Vox fulmina sus acuerdos autonómicos con el PP y ordena la salida inmediata de sus cargos. Los de Abascal se quedan con la bandera antiinmigración que tan buenos resultados ha dado a sus socios europeos

Foto: Abascal, ayer, tras reunir a la dirección de Vox. (EFE)
Abascal, ayer, tras reunir a la dirección de Vox. (EFE)

La dirección nacional de Vox ordenó ayer a los suyos retirada y quemar las naves de los cinco gobiernos autonómicos que con tanto esfuerzo conquistaron hace apenas un año en Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón y Extremadura, y hace dos años y medio en Castilla y León, así como el Consejo Insular de Mallorca. Santiago Abascal rompe de manera traumática con el PP, con quienes confiesan que estaban "gobernando bien", para emprender su cruzada contra la inmigración ilegal que tan buenos resultados les ha dado a sus socios ultras de Francia, Italia o Hungría. "Nadie ha votado a Vox y me atrevo a decir que tampoco al PP para que continúe la invasión ilegal de menas", aseguró el líder vasco tras reunir este jueves a su comité ejecutivo nacional de urgencia en el que se puso fin a los pactos autonómicos después de que los populares aceptasen el reparto de otros 110 menores extranjeros no acompañados de los 5.500 que se amontonan en Canarias esperando a su traslado a la Península.

Vox sacrifica a un centenar de cargos políticos, Los 100 Hijos de San Abascal, para ondear con fuerza la bandera antiinmigración. Renuncian cuatro vicepresidentes autonómicos, una docena de consejeros y decenas de altos cargos y asesores, que pasarán a la oposición o se irán a casa. Un sacrificio menor comparado con el potente mensaje de coherencia política que trasladan a sus electores, según traducen en la dirección del partido, donde están convencidos de que este es su momento histórico. Las elecciones europeas han impulsado con fuerza a sus socios del continente, con especial éxito en Francia, donde Marine Le Pen se ha quedado a las puertas de gobernar. Y uno de esos factores de cambio es el malestar social generado por la inmigración, que si bien no ha erupcionado aún en España, lo hará, según la lectura que hacen en la sede de Bambú. "No seremos cómplices de los machetazos, robos y violaciones", señaló Vox. Tampoco se puede olvidar la irrupción de Alvise Pérez con 800.000 votos en las europeas, buena parte de los cuales proceden de su público.

"No hay vuelta atrás", avisaron desde la dirección nacional tras reunir a sus cinco vicepresidentes autonómicos en un comité ejecutivo nacional convocado de urgencia para anunciar la voladura de los pactos con el PP. El encuentro duró más de lo esperado y dio pie a especulaciones sobre posibles rebeliones en los territorios, desde donde manifestaron dudas y desconcierto ante la falta de información. "Es un error", llegó a comentar uno de los vicepresidentes a su socio, aunque acató la decisión de Madrid. En el equipo de Abascal no descartan que se produzca alguna deserción, que Génova trata de alimentar, pero no le dan importancia. "La decisión política es clara. Si alguien no lo comparte será insignificante", expresaron en la cúpula.

Al finalizar la reunión, Santiago Abascal leyó una declaración institucional para explicar su decisión y volver a culpar a Feijóo de la ruptura de puentes. Acusan al líder de Génova de haber doblado el brazo a sus presidentes autonómicos para aceptar más menores extranjeros contra su voluntad. "Nadie ha votado a Vox y me atrevo a decir que tampoco al PP para que continúe la invasión ilegal de menas. Si Feijóo quiere hacerlo, allá él, nosotros no vamos a hacerlo. El comité ejecutivo nacional constata que los acuerdos regionales están rotos como consecuencia de la agresión del señor Feijóo. Acuerda retirar los apoyos parlamentarios. Los vicepresidentes anunciarán mañana su dimisión y Vox pasará a la oposición tan leal como contundente, igual que en el resto de España, a los pactos cada vez más habituales entre Sánchez y Feijóo", aseveró Abascal rodeado de sus compañeros, la mayoría con rostro muy serio.

Foto: La portavoz del PP en el Congreso, Pepa Millán y el líder de Vox, Santiago Abascal. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Sin embargo, Vox sí mantendrá los pactos con el PP en los 114 ayuntamientos que gobiernan juntos tras las municipales del 28 de mayo del año pasado. Incluidas varias capitales de provincia: Valladolid, Burgos, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real, y en otras ciudades importantes como Alcalá de Henares y Móstoles, en Madrid. La explicación de Vox es que las autonomías tienen competencia en materia de tutela y acogida de menores, pero los consistorios no. "Los acuerdos municipales sí se están cumpliendo", apuntan fuentes de la cúpula. Para Vox es importante mantener su altavoz institucional en las ciudades, aunque allí su foco está más centrado en las políticas de género o de memoria. Precisamente ayer, PP y Vox aprobaron su ley de concordia en La Comunidad Valenciana. Mientras tanto, el PP insiste en que Vox se ha buscado una "excusa" para volar los gobiernos de coalición porque en los pactos autonómicos no se recogía ninguna alusión a la materia migratoria.

¿Y ahora qué? Fuentes de la dirección de Vox aseguran que pasarán a la oposición e irán "ley por ley", como cualquier partido de la Cámara, lo que sin duda generará inestabilidad a los ejecutivos del PP. Pero los cinco presidentes afectados por esta ruptura se muestran decididos a continuar su acción de gobierno, aunque sea en minoría, y cuentan de momento con la ventaja de tener los presupuestos de este año aprobados. "Tranquilidad", afirman los barones del PP, que por el momento descartan que vayan a convocar elecciones anticipadas. Tampoco se esperan deserciones de Vox, aunque Génova alienta a ello. "Yo creo que la crisis interna no llegará al río. Al final, son peones", comentaba anoche un barón afectado por la ruptura.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a los barones del partido en Salamanca. (Europa Press/Manuel Ángel Laya)

En total, son un centenar los cargos de Vox sacrificados por la dirección nacional. En la Junta de Castilla y León Vox dispone de tres consejerías, incluida la del vicepresidente Juan García-Gallardo, y suman 26 los altos cargos en el organigrama. En el Gobierno de Aragón tienen 18 altos cargos, con dos consejeros y ocho directores generales más asesores. La Región de Murcia también cuenta con una veintena de puestos entre sus dos consejerías -una de ellas es la vicepresidencia de José Ángel Antelo- y los miembros de sus gabinetes asesores. En Extremadura solo obtuvieron una cartera ejecutiva, de modo que la cifra baja hasta 8. Mientras que en Castilla y León suman 26 altos cargos y en la Comunidad Valenciana, con tres consejerías, incluida la vicepresidencia de Vicente Barrera, se elevarían a más de 30.

Con esta decisión, Abascal marca una gigantesca línea roja sobre su discurso antiinmigración, una cuestión existencial para Vox. Desde la campaña del 4 de mayo de 2021 en la Comunidad de Madrid, cuando colgó un polémico cartel en la estación de Sol, el partido ha endurecido su discurso sobre los menores extranjeros no acompañados (menas), a los que identifica con violencia y delincuencia, como su principal bayoneta electoral. "Para estafar a los españoles, para saquearlos y ponerlos en peligro, que no cuenten con nosotros", dejó escrito Abascal después de que las CCAA del PP acordaran recibir más menores inmigrantes.

La ruptura con el PP en España tiene que ver también con el giro europeo de Vox, que ha abandonado el grupo parlamentario de los Conservadores y Reformistas (ECR) para integrarse en la nueva plataforma Patriotas por Europa de Víktor Orbán y la Agrupación Nacional de Le Pen o La Liga de Salvini. Mientras tanto, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se ha quedado en tierra de nadie.

La dirección nacional de Vox ordenó ayer a los suyos retirada y quemar las naves de los cinco gobiernos autonómicos que con tanto esfuerzo conquistaron hace apenas un año en Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón y Extremadura, y hace dos años y medio en Castilla y León, así como el Consejo Insular de Mallorca. Santiago Abascal rompe de manera traumática con el PP, con quienes confiesan que estaban "gobernando bien", para emprender su cruzada contra la inmigración ilegal que tan buenos resultados les ha dado a sus socios ultras de Francia, Italia o Hungría. "Nadie ha votado a Vox y me atrevo a decir que tampoco al PP para que continúe la invasión ilegal de menas", aseguró el líder vasco tras reunir este jueves a su comité ejecutivo nacional de urgencia en el que se puso fin a los pactos autonómicos después de que los populares aceptasen el reparto de otros 110 menores extranjeros no acompañados de los 5.500 que se amontonan en Canarias esperando a su traslado a la Península.

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