Ferraz ve ahora más opciones de acordar con el PP el reparto de menores de Canarias

Nadie en el PSOE esperaba que Vox cumpliera su amenaza y abandonara los gobiernos autonómicos que comparte con el PP, por el reparto del cupo de menores inmigrantes pendiente desde el año pasado. Para Ferraz ha supuesto una absoluta sorpresa y andan aún dubitativos sobre las consecuencias. Cómo afectará a su constante denuncia de que Alberto Núñez Feijóo se ha abrazado a la ultraderecha o si la ruptura permitirá al PP exhibir un discurso más moderado.

No se plantean, más allá de alguna voz aislada, sostener a los barones del PP con sus votos. Ni se ofrecen ni lo consideran una prioridad. "Paso a paso", aseguran en la dirección socialista, sobre lo que puedan deparar las próximas semanas o meses.

La mayor urgencia del Gobierno es modificar la ley de Extranjería para poder distribuir por la Península los 6.000 niños acogidos en Canarias, una cifra que se duplicará hasta finales de año con nuevas llegadas a las costas. Y en el PSOE creen que el movimiento de Vox, que ha roto con los populares solo por aceptar que se deriven 110 en las autonomías que cogobiernan - 20 a Aragón, 21 a Castilla y León, 23 a la Comunidad Valenciana, otros 30 a Extremadura y 16 a Murcia- puede ayudar a un acercamiento con Génova para aprobar este cambio legislativo.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechó la rueda de prensa anoche en Washington, con la que cerró la cumbre de la OTAN, para demandar al PP poner fin a las políticas acordadas con la ultraderecha. La "prueba del algodón", dijo, es precisamente esta reforma, que está en el trasfondo de la fractura. "Tienen que tomar una decisión trascendental: si quieren continuar con una oposición destructiva o adoptar una oposición de Estado y el Gobierno tiende la mano al PP para que sea lo segundo y no lo primero", defendió.

Las comunidades populares no se opusieron a esta modificación en la conferencia sobre migración que se celebró este miércoles en Tenerife y pidieron tiempo para estudiar el texto. Distintas fuentes de la cúpula del PP confirman que tienen "voluntad" de abordar el problema del acogimiento de niños inmigrantes en Canarias. El Ejecutivo, tras una larga negociación con el presidente canario, Fernando Clavijo, ha propuesto pasar de un sistema voluntario a otro obligatorio. Génova tiene sus matices al planteamiento del Gobierno pero no se cierra a negociar. Lo que piden es que el Estado no se escude en que las competencias sobre menores son de las autonomías y aborde este asunto como una cuestión de país, que facilite infraestructuras para crear plazas y que el cambio legislativo incluya una ficha financiera.

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Esto coloca al Gobierno en la tesitura de cuándo registrar en el Congreso la proposición de ley para dar espacio a estas nuevas conversaciones o incluso hacerlo mediante un real decreto ley, que entra inmediatamente en vigor y que se debe convalidar en el plazo de un mes en la Cámara. Fuentes parlamentarias señalaban ayer que "aún no se ha decidido" cómo tramitar esta variación de la ley de Extranjería.

Pero el mensaje que el PSOE manda el PP es cristalino. "Los problemas del PP y sus socios no nos interesan lo más mínimo. Ahora mismo hay 6.000 niños en Canarias esperando acogida". Esta es la respuesta oficial que ofrece Ferraz ante la pregunta de si apoyarán a algún barón popular tras la salida de Vox o facilitarán la aprobación de los presupuestos. Sánchez fue un poco más concreto y señaló que un eventual respaldo socialista "dependerá de las políticas que proponga el Gobierno autonómico de turno".

La realidad es que, al margen de argumentarios, en el PSOE sí creen que hay camino para llegar a un acuerdo con el PP, cuyos votos son absolutamente necesarios porque sin su implicación no existen garantías de colaboración, por su gran poder autonómico y porque no pueden contar con Junts, que se borra de este tema porque no se le han delegado aún las competencias de inmigración.

Los socialistas urgen a un entendimiento "cuanto antes" con Génova. El propio Ejecutivo asume que se están vulnerando los derechos fundamentales de los niños y los tratados internacionales sobre infancia, por las condiciones de hacinamiento en las que han sido acogidos. Esta urgencia no esconde que el PSOE deberá reformular sus críticas al PP por su alianza con Santiago Abascal. Aunque los pactos municipales se mantienen, el PSOE prepara ya el relato: "Ahora lo que deben hacer los barones es no impulsar políticas de ultraderecha".

La dirección del PP estaba ayer eufórica por quitarse el lastre de Vox pero la sensación de los socialistas es que la derecha está dando una imagen de "inestabilidad". "Decían que este Gobierno era inconsistente y al final lo que ha implosionado son las comunidades populares", sostienen.

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Al PSOE le queda también la baza de que ha sido Vox quien ha roto y no Feijóo. Un argumento que repetían ayer los cargos socialistas, pese al asombro de que lo haya hecho por alojar a un centenar de niños. Pero fuentes del Ejecutivo admitían también que esta situación puede permitir centrarse al PP. Otra cosa, destacaban, "es si logran ocupar ese espacio o no".