El PSOE se prepara para elecciones: Aragón espera a Pilar Alegría y Castilla y León no ve a Puente

Con la salida de Vox del Gobierno en cinco autonomías, el PP abre un periodo de "inestabilidad" que el PSOE cree que podrá aprovechar para resucitar su poder territorial. Si durante este año Ferraz ha tratado de sacar rédito a la alianza entre los populares y la ultraderecha, ahora se dispone a explotar la debilidad parlamentaria de los barones del PP. Hará valer su apoyo en momentos puntuales "en cuestiones que afecten a la mayoría social", pero sobre todo dejará que "se cuezan en su propia salsa".

La idea es rentabilizar las dificultades que tendrán ahora los presidentes populares al gobernar en minoría. Sin el respaldo parlamentario de Vox no pueden aprobar nada y su iniciativa política se verá muy deteriorada. Además, la previsión de los socialistas es que el discurso de esta formación se radicalice contra el PP y los de Santiago Abascal realicen una oposición muy dura.

La posibilidad de que alguno de los barones populares pueda estar tentado de adelantar elecciones para quitarse de encima el lastre de Vox tiene en guardia a los socialistas. Sobre todo en Castilla y León y en Murcia. Alfonso Fernández Mañueco ya lo hizo una vez, pero para prescindir de Ciudadanos. Se lanzó a por una mayoría absoluta y acabó atado a la ultraderecha. Pero Vox está muy debilitado en esta región y, tal vez, pueda volver a valorar un anticipo el año que viene.

Es una opción que el PSOE contempla. También, en función de cuánto daño haga a diario Vox al PP, también cabría una moción de censura. Este horizonte electoral aviva el debate sobre el candidato, tras la contrastada afición de Pedro Sánchez por colocar a ministros como cabezas de cartel. La inclusión de Óscar Puente en el Gobierno como titular de Transportes se interpretó en esa clave.

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Convertido en uno de los miembros del Ejecutivo más polémicos, fuentes del partido rechazan su posible candidatura. Ni lo ven en Castilla y León, por ser de Valladolid, donde fue alcalde, ni en Ferraz avalan su aterrizaje. "Ni quiere ni podría", señalan en el PSOE. No se descarta que por tercera vez repita Luis Tudanca, aunque esa decisión, cuando llegue, todavía está por tomar. Más enfrentado a la dirección que antes y con un sector crítico apostado en León, él mismo ha verbalizado que podía dar paso a otro si existe un candidato mejor.

En Aragón, en cambio, esperan el advenimiento de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. El expresidente Javier Lambán ya avanzó que no pensaba repetir y aunque hace meses parecía que la federación, controlada por él, se opondría a Alegría, esa sensación se ha desvanecido.

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En el PSOE aragonés conviven distintas opiniones sobre si Jorge Azcón se verá o no abocado a convocar. Hay quien opina que se puede ver "obligado" porque su mayoría es exigua y no tiene juego más allá de Vox. Dispone de 28 escaños y la mayoría son 34, incluso con el PAR y Teruel Existe "no le alcanza", explican fuentes socialistas. Otros cargos consultados rechazan que pueda adelantar.

La lectura de esta fuente y de otras personas consultadas es que tanto él como la presidenta de Extremadura, María Guardiola, y el de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, "necesitan ganar tiempo" porque "no están consolidados". "Mientras no exista una mayoría alternativa, esa será la tónica". Sin pulsión electoral, sostienen, "no son creíbles las encuestas". Y el anticipo electoral de Mañueco fue un "escarmiento" para el PP. "Sólo puedes convocar si vas a obtener mayoría absoluta".

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"Creo que va a aguantar", señalan sobre el presidente valenciano. "Llevamos solo un año de gobierno y una convocatoria siempre es un riesgo". Pero, añade otra fuente, "veremos la actitud de Vox". "A Mazón se le complica mucho la legislatura".

Aunque la amenaza de que los barones populares avancen elecciones solo se contempla a medio plazo y ceñida sobre todo a Castilla y León y Murcia, este horizonte obliga a los socialistas a estar preparados. Para Ferraz lo más urgente es el relevo de Lambán porque ha sido el único que ha dicho que no repite. Lo que suceda con Pilar Alegría será una decisión que, como ocurrió con Diana Morant en la Comunidad Valenciana, tomará Sánchez. Pero en Aragón cuentan con ello. Fuentes del partido reconocen y valoran su evolución política desde que es ministra y creen que su candidatura no generará ningún problema si llega a un acuerdo con la provincia de Zaragoza.

En este escenario incierto, la otra zona caliente es Murcia, un territorio muy esquivo para el PSOE que históricamente ha gobernado el PP. Tras las elecciones del 28-M al presidente Fernando López Miras solo le hacían falta el voto de dos diputados de Vox, que se le resistían con la exigencia de entrar en el Gobierno. Decidido a no repetir los comicios, al final tuvo que transigir para que Abascal garantizara su apoyo a la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. Este precedente convierte Murcia en una región donde se podría producir un adelanto electoral. Allí el PSOE está en manos de Pepe Vélez.

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Agencias

La previsión de los territorios es que Sánchez pueda celebrar el congreso del PSOE este otoño, una vez que haya superado el test de estrés de un pacto con ERC en Cataluña para investir a Salvador Illa y logrado atar el apoyo de los presupuestos. Si ese calendario se confirma, Aragón y el resto de federaciones pendientes podrían realizar a continuación los cónclaves autonómicos.

A la espera de que se clarifique la hoja de ruta del Ejecutivo y de las sorpresas que dé el presidente del Gobierno, Moncloa insistirá en tachar a Feijóo de "ultra", tras la permanencia de consejeros de Vox en los ejecutivos de Castilla y León y de Extremadura, le reclamará que derogue las decisiones pactadas estos meses con los de Santiago Abascal y que sea él quien rompa con esta formación en los Ayuntamientos.

El Ejecutivo quiere evitar que Feijóo pueda ocupar el espacio político de centro y proseguirá con una campaña que inició a los pocos meses de su llegada a la cúpula del PP, cuando se puso por delante en las encuestas gracias a un perfil moderado que, con el paso del tiempo, en parte por la convivencia con Vox, se ha ido desdibujando.