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Ingenieros huidos de Venezuela luchan por sus universidades desde Madrid: clases online con jubilados
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NO HAY RELEVO EN LAS AULAS

Ingenieros huidos de Venezuela luchan por sus universidades desde Madrid: clases online con jubilados

7.000 ingenieros huidos del país residen en España. Varios imparten clases desde aquí para garantizar la educación de las futuras generaciones. Lo hacen por el país

Foto: Un estudiante en la Universidad Central de Venezuela. (EFE/Rayner Peña R.)
Un estudiante en la Universidad Central de Venezuela. (EFE/Rayner Peña R.)

"Yo sigo dando clases. No hay quien dé esas asignaturas en la Universidad y son asignaturas obligatorias, no son electivas". Óscar González, ingeniero mecánico y ex decano de la Simón Bolívar de Venezuela, llegó a España en 2019. Se mudó prácticamente de un día para otro por asuntos personales y desde entonces vive aquí. Profesor jubilado, en este tiempo ha seguido impartiendo clases para jóvenes venezolanos. A 7.000 kilómetros de distancia, lo hace fundamentalmente por un compromiso con su tierra, con las nuevas generaciones. González es uno de los cerca de 7.000 ingenieros procedentes del país Iberoamericano que han recalado en España y forma parte de una diáspora técnica y altamente cualificada que evidencia la crisis política y económica que desde hace años asola a Venezuela.

Carmelo Ecarri, ingeniero agrónomo, es otro de esos profesores que no ha perdido los vínculos con su país. "Mi relación con la universidad se ha mantenido, entre otras cosas, porque buena parte de las actuales autoridades de la facultad fueron mis alumnos, fueron personas que pasaron por el aula bajo mi responsabilidad. Es un compromiso adicional, no se trata solo del país, sino de una institución y del grupo humano que la dirige, al que me siento sentimentalmente muy cercano".

Ecarri, profesor en la Universidad Central de Caracas, se instaló en España en 2014 con un firme propósito: que sus nietos pudieran tener una educación de calidad como la que él pudo dar a sus hijos. Es la máxima que de una u otra forma impera entre los profesionales venezolanos que siguen vinculados a instituciones académicas de su país, que los jóvenes puedan tener las oportunidades de las que ellos disfrutaron.

7,7 millones de venezolanos han huido de su país desde, aproximadamente, principios de siglo. De estos, 438.380 viven en España y entre los perfiles profesionales destacan los ingenieros (7.325) y los sanitarios (6.925), seguidos de economistas y gerentes, educadores, abogados y biólogos, según el informe De fuga de cerebros a red de talentos. La diáspora venezolana: análisis y propuestas. El 40% de los ingenieros, señala Ecarri, reside en Madrid, seguida de Cataluña, con un 13%, y luego Galicia, País Vasco, Navarra o Canarias.

placeholder Carmelo Ecarri, ingeniero agrónomo, en una imagen cedida
Carmelo Ecarri, ingeniero agrónomo, en una imagen cedida

Los datos, según González, muestran la "descapitalización intelectual, académica y profesional del país". En la huida de los profesionales de la enseñanza influye, entre otros muchos aspectos, las bajísimas remuneraciones. "Son infames, insultantes, escapan a cualquier parámetro de comparación. Un profesor del máximo escalafón en Venezuela no llega a lo que equivale a 100 euros mensuales", ilustra el ingeniero.

Eso ha provocado una importante fuga del personal docente de las universidades. Juega a favor del colectivo que la movilidad en esta área puede ser relativamente sencilla para aquellos que tengan relaciones con instituciones educativas de otros países. Él, por ejemplo, además de seguir impartiendo clases en la Universidad Simón Bolívar de Venezuela, referente en carreras técnicas, colabora desde 2020 con la Universidad Internacional de Valencia.

"No hay lo que se conoce como la escuela académica, no hay profesores jóvenes. La actividad académica deja de ser atractiva"

El impacto de la huida de estos profesionales supone un fortísimo golpe para Venezuela, por su perfil de especialización, también porque la mayoría se han formado en universidades públicas, es decir, el país ha perdido la inversión hecha en estos ingenieros, y respecto a los que vienen detrás, porque no existe quien tome el relevo en las aulas. "No hay lo que se conoce como la escuela académica, no hay profesores jóvenes. La actividad académica deja de ser atractiva, la investigación se convierte en una quimera cuando no hay recursos para bibliotecas, para laboratorios, para equipamiento…", enumera González.

Los profesores son cada vez más escasos y las universidades, si antes podían disponer de varias secciones para una misma asignatura, ahora se conforman con conseguir armar una. De ahí que la colaboración que se presta desde España sea clave. "Estamos tratando de colaborar en la medida de lo posible. Primero procurando la propia supervivencia, el tema de la homologación e inserción laboral, y luego tratando de cooperar con los colegas que quedan en Venezuela", añade González.

placeholder Reunión telemática de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat de Venezuela. (Cedida)
Reunión telemática de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat de Venezuela. (Cedida)

Ecarri asiente. La posibilidad de encontrar trabajo en España depende de la carrera cursada. No por la falta de ofertas, sino por las exigencias para ejercerlas. "Ingeniería informática no está reglada. Por ejemplo, hay un equipo muy fuerte de venezolanos en la sede de Microsoft en Madrid. Casi todos son egresados de la Simón Bolívar y de la Central de Venezuela. Sin embargo, con Arquitectura, profesión reglada, resulta más complicado por los temas de homologación", señala Ecarri. Muchos de los profesionales han optado por ejercer de comerciales o administrativos. "Es una ruta que abre el camino para el ejercicio profesional, el vender productos para la industria. No hablamos de vendedores normales y corrientes, sino de profesionales con conocimientos sobre tecnología, maquinaria…".

Además, Ecarri y González son, respectivamente, presidente y vicepresidente de la Comisión España de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat de Venezuela y su labor ha permitido el impulso de multitud de actividades y proyectos para mantener los lazos a uno y otro lado del Atlántico. Las iniciativas que lideran van desde la creación de un boletín semanal con noticias de ciencia y tecnología para venezolanos residentes en España y aquellos que viven en Venezuela, a un programa que emiten en YouTube y en el que siempre intentan que participen expertos de ambos países, pero también a acuerdos de colaboración con ayuntamientos para el asesoramiento en cuestiones técnicas o la creación de una cátedra que permita a alumnos de Caracas pasar un semestre en alguna universidad española.

"Yo sigo dando clases. No hay quien dé esas asignaturas en la Universidad y son asignaturas obligatorias, no son electivas". Óscar González, ingeniero mecánico y ex decano de la Simón Bolívar de Venezuela, llegó a España en 2019. Se mudó prácticamente de un día para otro por asuntos personales y desde entonces vive aquí. Profesor jubilado, en este tiempo ha seguido impartiendo clases para jóvenes venezolanos. A 7.000 kilómetros de distancia, lo hace fundamentalmente por un compromiso con su tierra, con las nuevas generaciones. González es uno de los cerca de 7.000 ingenieros procedentes del país Iberoamericano que han recalado en España y forma parte de una diáspora técnica y altamente cualificada que evidencia la crisis política y económica que desde hace años asola a Venezuela.

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