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Marruecos prepara el asalto al órgano de representación de los musulmanes ante el Estado
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Marruecos prepara el asalto al órgano de representación de los musulmanes ante el Estado

Aiman Adlbi fue reelegido el fin de semana presidente de la Comisión Islámica de España pese a estar investigado desde 2021 por financiación del terrorismo yihadista

Foto: Ayman Adlbi, peresidente de la Comisión Islámica de España (en el centro), y dos de sus colaboradores. (Comisión Islámica de España)
Ayman Adlbi, peresidente de la Comisión Islámica de España (en el centro), y dos de sus colaboradores. (Comisión Islámica de España)
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Marruecos ha empezado a mover sus peones para cumplir un viejo sueño: hacerse con el control de la Comisión Islámica de España (CIE), el órgano de representación de los musulmanes e interlocutor del Estado español desde 1992, según señalan varias fuentes conocedoras de los vaivenes de las diferentes corrientes que conviven en esa religión.

La CIE eligió el sábado a su presidente, Aiman Adlbi, y a su Junta Directiva. Adlbi, médico jubilado de 77 años, se volvió a presentar a la reelección por un nuevo mandato de cuatro años, pese a estar investigado desde 2021 por la Audiencia Nacional por financiación de grupos vinculados a Al Qaeda en Siria, su país de origen.

Obtuvo los 15 votos de los representantes de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), la federación que él mismo encabeza, la más numerosa de cuantas existen en España. Su único rival, Francisco Jiménez, un converso balear, consiguió siete votos.

Adlbi es, como su predecesor, Riay Tatary, que falleció en 2020, afín al movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes fundado hace casi un siglo en Egipto. Pertenece a una generación de estudiantes de Oriente Próximo que llegaron a España en las postrimerías del franquismo y se hicieron con las riendas de las primeras instituciones de representación de los musulmanes.

Foto: Jornada de puertas abiertas del Centro Cultural Islámico de Madrid, conocido como la Mezquita de la M-30, en una imagen de archivo. (EFE)

Desde entonces el islam en España ha cambiado mucho porque los musulmanes son ahora más numerosos y en su mayoría son marroquíes. El Observatorio Andalusi estima que en España hay 2,4 millones de musulmanes (4,9%) de la población, de los que el 45% tienen la nacionalidad española. Algunos demógrafos consideran esa cifra algo exagerada y la sitúan un punto por debajo para el conjunto del país, aunque en Cataluña es muy superior.

Aunque Adlbi haya sido reelegido por un mandado de cuatro años, el liderazgo del clan de Oriente Próximo sobre la CIE toca a su fin. Si Adlbi no es juzgado antes por los delitos que se le imputan, su avanzada edad y el creciente número de marroquíes entre los musulmanes de España acabarán provocando cambios en la cúpula de la institución.

Las autoridades marroquíes van a intentar que tomen el relevo aquellos movimientos que patrocinan en España. Para ello han logrado hacerse con el control de la Federación Española de Entidades Religiosas Musulmanas (FEERI), la segunda federación en importancia, por número de comunidades islámicas afiliadas, después de la que preside Adlbi.

placeholder La nueva Comisión Islámica de España elegida el 13 de julio (Comisión Islámica de España)
La nueva Comisión Islámica de España elegida el 13 de julio (Comisión Islámica de España)

Hasta principios de la década pasada, la FEERI estaba en manos de Marruecos. Es “la principal herramienta de control” de la inmigración marroquí en España, según escribió en un informe, en mayo de 2011, el general Félix Sanz Roldán, entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La encabezaba el ceutí Mohamed Hamed Ali que fue desbancado por el marroquí Mounir Benjelloun.

Pasó así a estar en la órbita, siempre según el CNI, del movimiento islamista sufí Justicia y Caridad, enfrentado en Marruecos a la monarquía alauí. Empezó entonces una larga guerra entre la UCIDE y la FEERI, los dos pilares de la Comisión Islámica, con denuncias en los tribunales incluidas. El Ministerio de Justicia y el CNI, que interfieren en la vida religiosa de los musulmanes, tomaron parte por UCIDE. Al final, los fieles a Mounir Benjelloun optaron por boicotear la institución y no ocuparon sus escaños.

Cinco días antes de que se celebrase la elección del sábado, la FEERI decidió poner fin a su boicoteo para desarrollar “un proyecto de reconciliación y colaboración” con Aiman Adlbi y así lo anunció a bombo y platillo en su web. Ocupa de nuevo sus tres escaños, aunque el sábado demostró que cuenta con más seguidores. Pero la FEERI de ahora ya no está bajo la influencia de Justicia y Caridad, sino de Marruecos. Aunque Benjelloun sigue siendo su presidente, mandan los afines a las autoridades marroquíes.

Cinco días antes de la elección, la FEERI puso fin a su boicoteo para desarrollar "un proyecto de reconciliación y colaboración" con Adlbi

El primer síntoma de ese reposicionamiento de la FEERI fue su designación hace un año de Abdelmalik Mohamed Amar, como delegado en Ceuta. Este español ceutí es considerado en la ciudad como el representante oficioso del país vecino. En su primera entrevista, con el diario El Mundo en septiembre de 2023, afirmó que “para la estabilidad de Ceuta es fundamental que las mezquitas y otros lugares de culto sigan gestionadas por el Ministerio de Asuntos Islámicos” desde Rabat.

El entrevistado confesó aún más su inclinación por Marruecos cuando dejó caer que había que resolver una contradicción: “(...) la CIE ha estado dirigida por personas de origen sirio y siguen haciéndolo”, pero “un 70% de los musulmanes en España son de origen marroquí”. “Le faltó decir que estaría bien trasladar el modelo de gestión religiosa de Ceuta a toda España”, comentó un musulmán ceutí opuesto a la dominación marroquí.

El regreso de la nueva FEERI a la CIE es un primer paso inspirado por los que desde Rabat tratan de influir sobre su emigración en España, el Ministerio de Asuntos Islámicos y el servicio secreto exterior (DGED). “Se trata de tomar posiciones e ir preparando a largo plazo el asalto a su cúpula cuando se den las circunstancias”, señala un funcionario español que durante años siguió la actividad de los movimientos islámicos.

Foto: Maniobras militares 'African Lion 22' de Marruecos y EEUU. (EFE/Fátima Zohra)
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Las autoridades de Rabat sostienen que su tutela es benéfica porque su islam malekita es moderado y es una garantía contra los extremismos. La influencia marroquí sobre organizaciones musulmanas las convierte, sin embargo, a veces, en instrumentos de sus intereses políticos. Durante la huelga de hambre de la activista saharaui Aminatú Haidar, a finales de 2009 en el aeropuerto de Lanzarote, la FEERI, entonces en manos de Rabat, acabó tomando partido contra ella y tachando de paso a los dirigentes argelinos de malos musulmanes.

El hartazgo de la influencia marroquí y, en menor medida, turca sobre la inmigración en Bélgica fue el que impulsó, en septiembre de 2022, al ministro belga de Justicia, Justice Vincent Van Quickenborne, a considerar que el Ejecutivo de los Musulmanes de Bélgica, el equivalente de la CIE, ya no era el interlocutor válido del Estado y a retirarle las subvenciones. El órgano de los musulmanes recurrió su disolución ante los tribunales, pero en marzo pasado perdió el pleito.

Más recientemente, el 1 de enero, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, prohibió que hubiera imanes en Francia y estuvieran a sueldo de potencias extranjeras como Turquía, que tenía en nómina en 2023 a unos 150, Argelia (120) y Marruecos (30). Todos ellos ejercían en mezquitas importantes. El presidente Emmanuel Macron explicó que tomó tal decisión para “liberar al islam de Francia de las influencias extranjeras”. Si en España se hiciera algo parecido, Ceuta y Melilla se quedarían sin clérigos musulmanes porque a todos Rabat les paga su sueldo desde los años 80.

Si en España se hiciera parecido, Ceuta y Melilla se quedarían sin clérigos musulmanes porque a todos Rabat les paga su sueldo desde los años 80

“Marruecos es claramente de vital importancia para España” en lo concerniente a la “seguridad fronteriza, control migratorio (...) pero extender esto a la gestión del islam es desconocer o querer obviar las malas experiencias vividas en otros países europeos”, según un llamamiento que hizo en septiembre Junta Islámica. “Marruecos (...) tiene sus propios modelos de gestión religiosa, adecuados a sus realidades culturales, políticas e ideológicas, y la mayoría no coinciden con nuestra realidad”, recalcó. Es “una falsa ecuación lo de “Marruecos o el caos”.

Esta pequeña organización con sede en Córdoba, formada sobre todo por españoles conversos al islam y presididos por Isabel Romero, es una de las pocas que España aboga con firmeza por “una gestión del islam propia” que garantice su “independencia” ante terceros países. En España, concluía su llamamiento, “no necesitamos inspiración islámica foránea” porque la Península “fue la cuna de los más importantes pensadores, científicos, matemáticos y filósofos musulmanes”.

Marruecos ha empezado a mover sus peones para cumplir un viejo sueño: hacerse con el control de la Comisión Islámica de España (CIE), el órgano de representación de los musulmanes e interlocutor del Estado español desde 1992, según señalan varias fuentes conocedoras de los vaivenes de las diferentes corrientes que conviven en esa religión.

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