El PP cree que la UCM entierra el "relato victimista" de Sánchez con Manos Limpias: "Es un punto de inflexión"

La causa abierta contra Begoña Gómez ha tomado un nuevo cariz después de que la Universidad Complutense de Madrid haya emitido un informe al juez que la investiga apuntando a un posible delito de "apropiación indebida" por el software que la mujer del presidente pidió a directivos para su Máster. La noticia saltó cuando Sánchez aún se encontraba en la tribuna de oradores del Congreso, donde había convocado un pleno extraordinario para exponer las líneas maestras de su plan de "regeneración".

El nuevo paso que da la investigación marca un "punto de inflexión" en el caso de Begoña Gómez. Al menos así lo analizan en la dirección nacional del PP, donde entienden que la implicación de la Universidad Complutense tumba el "relato victimista" con el que Sánchez había intentado "tapar" la polémica sobre los negocios de su esposa. Hasta la fecha, el jefe del Ejecutivo ha vinculado en todo momento la investigación a una "denuncia falsa" de una organización "ultraderechista" —el sindicato Manos Limpias—, fruto de "supuestas informaciones de cabeceras ultraconservadoras", como especificó él mismo en su primera carta a la ciudadanía.

Sánchez ha defendido, además, su convicción de que la causa "quedará en nada", y se declara víctima de una suerte de persecución política, judicial y mediática contra él y su entorno familiar. Pero la acusación de la Universidad Complutense, donde Begoña Gómez impartía su cátedra, aporta un nuevo actor a la investigación. "El relato de Manos Limpias se ha acabado", inciden fuentes de Génova, donde ven más cerca que nunca la apertura de un "juicio penal" contra la esposa del presidente del Gobierno. "¿Ahora la Complutense también está dentro de la máquina del fango?", censuran.

En el PP apuntan además a que esta nueva aportación al caso puede tener importantes consecuencias políticas. Primero para el propio Sánchez, por el "desgaste" de verse "desbordado" por los "asuntos sórdidos" que rodean a su esposa, al partido —por las derivadas de la trama Koldo— y a su familia —por la investigación paralela de la UCO contra su hermano, David Sánchez, por un presunto delito de malversación y fraude a Hacienda—. Es el motivo al que atribuyen que el presidente del Gobierno busque "cortinas de humo", como califican el plan de regeneración que intentó explicar en el Congreso este miércoles.

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El debate extraordinario ante la Cámara estuvo marcado de forma inevitable por la controversia de los negocios de Begoña Gómez. Sólo 48 horas antes, trascendió que la esposa del jefe del Ejecutivo se reunió varias veces con el consultor Juan Carlos Barrabés, testigo clave en la causa judicial, y colaborador de Gómez, en el Palacio de la Moncloa. En algunos de esos encuentros estuvo presente el propio Sánchez, según declaró Barrabés ante el juez. Como publicó El Confidencial, el empresario se llevó varios contratos públicos adjudicados por el Gobierno después de que la mujer del presidente firmase cartas de recomendación.

Sánchez obvió el elefante en la habitación y no se refirió al asunto de su esposa en todo el debate, a pesar de que la intención de limitar la publicidad institucional de algunos medios y poner coto a los "bulos" parte precisamente de la apertura de diligencias contra su mujer y de los cinco días de reflexión que se tomó el presidente del Gobierno por la "campaña del fango" de "la derecha y la ultraderecha". "Ha intentado esparcir una balsa de aceite para que no se hable de su mujer", censuraban en el entorno de Feijóo al término de la sesión.

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Tanto PP como Vox intentaron llevarle a ese terreno, sin éxito. Alberto Núñez Feijóo le pidió directamente su dimisión tras conocer la acusación de la Complutense, y Abascal le pidió que aclarase si telefoneó "personalmente" a directivos de empresas cotizadas para que "recibieran a su esposa". Pero no fueron los únicos. Por primera vez, uno de los socios habituales del Ejecutivo se salió del carril para afear la polémica a Sánchez desde la tribuna de oradores. La crítica corrió a cargo del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que pidió al presidente abordar el "aspecto ético" de la investigación contra su esposa. "Hay límites más allá de lo penal", concluyó.

Lo que expuso el portavoz peneuvista en público fue lo que otros socios del Ejecutivo verbalizan en privado. Como publicó El Confidencial, otros aliados parlamentarios del Gobierno inciden en que la causa de Begoña Gómez "no tiene un pase". Y en el PP apuntan también a que la concatenación de revelaciones sobre el caso puede provocar un efecto dominó entre sus socios parlamentarios, que hasta la fecha se escudan también en el mantra de la "máquina del fango" y la persecución de la derecha contra el Gobierno. "¿Cómo va a defender Ione Belarra o Gabriel Rufián que se abra juicio oral contra la esposa del presidente?", cuestionan.

Génova se ha aferrado al caso Begoña como su principal herramienta de oposición. Hace unos meses, el PP presentó una denuncia por conflicto de interés contra Sánchez ante el TSJ de Madrid, pendiente de resolución. Y a la vuelta del verano, citarán al propio Pedro Sánchez en la comisión de investigación del Senado, donde también está pendiente que se siente el empresario Juan Carlos Barrabés. Salvo que sea inevitable por la evolución del caso, descartan poner el foco de responsabilidad sobre Begoña Gómez y citarla a ella en sede parlamentaria.