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Los jóvenes se pasan al psicólogo argentino online: "Cuesta menos de la mitad que aquí"
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DUMPING AL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO

Los jóvenes se pasan al psicólogo argentino online: "Cuesta menos de la mitad que aquí"

Argentina se postula como una alternativa económica en la terapia psicológica gracias al auge de las consultas por internet

Foto: Una consulta de psicología online.
Una consulta de psicología online.

Como tantos jóvenes españoles, Irene y David están ahorrando para comprarse una casa. Han recortado sus suscripciones online, moderado su ocio e incluso han vendido uno de sus coches para compartir el otro. Su plan consiste en "apretarse el cinturón" durante cinco años, el tiempo que estiman que tardarán en reunir el dinero para la entrada de un piso: "Y así librarnos para siempre del alquiler, que no nos permite ahorrar nada", dice Irene a este periódico.

Sin embargo, de ninguna partida han conseguido ahorrar más que de la terapia. Ambos acudían a un psicólogo por separado, en Madrid, que les cobraba en torno a 60 euros la sesión. Él gastaba 120 euros al mes en este concepto; ella, más de 400. Hace unos meses, un amigo les recomendó a su psicólogo: "Es un doctor argentino, con el bufete en Buenos Aires, que solo hace consulta online. Empezamos a llamarlo el año pasado, cuando mi terapeuta estaba de vacaciones, y al final nos hemos cambiado los dos", continúa Irene.

Este terapeuta cobra 7,5 euros la sesión. Está disponible desde las 10 de la mañana, hora española, hasta bien entrada la madrugada, aprovechando las cinco horas de diferencia entre Madrid y Buenos Aires. "Esto para mí es muy importante, porque la mayor parte de los problemas de ansiedad que tengo están provocados por mi trabajo. Llego a las 11 de la noche a casa y no tenía con quién hablar, porque tampoco puedes machacar a tu pareja todos los días con lo mismo, y mi psicóloga a esas horas ni miraba el whastapp", dice David.

Ahora David escribe por Telegram a su psicólogo "¿tienes un hueco ahora?", se hace la cena y abre un Zoom con Buenos Aires. A veces coincide con Irene, al otro lado del salón, haciendo exactamente lo mismo. Una escena distópica que refleja el signo de los tiempos. "Nos ha cambiado la vida. Estamos teniendo más horas de terapia que nunca y, lo que también es importante en este momento de nuestras vidas, estamos gastando en torno a 100 euros los dos, menos de la mitad de lo que pagábamos en Madrid".

La terapia no está al alcance de todos

En España, una consulta psicológica cuesta entre 36 y 70 euros la hora. El confinamiento supuso un importante repunte en la demanda de este servicio, sobre todo entre los jóvenes, hasta el punto de que muchos terapeutas llevan años con la agenda repleta de visitas. No obstante, para algunos pacientes es difícil asumir el gasto de una terapia a largo plazo: "Mi psicóloga era bastante famosa y tenía muy poca disponibilidad. Había meses que, porque ella viaja mucho a congresos y yo no siempre podía moverme a su consulta, hacíamos todas las sesiones online", dice David. "Pero daba igual: cada consulta eran siempre 60 euros. Ahora hago casi lo mismo por 25 ó 30 euros al mes".

El psicólogo de David e Irene se llama Mateo, tiene 36 años y prefiere no compartir su apellido ni el nombre de su negocio. Sostiene que sus colegas españoles le acusan de hacerles dumping y no quiere problemas con ellos, en tanto que planea abrir una consulta en Madrid el año que viene. "No he recibido comentarios directos de mis colegas, pero sí a menudo mis pacientes españoles me cuentan que sus terapeutas les dicen que no se fíen de mí, que no saben si tengo título o incluso han llegado a decirles que lo mismo estaban hablando con una inteligencia artificial", dice el terapeuta.

"Obvio que soy un doctor real, pongo mi cara en las videollamadas y tengo un historial de cada paciente. Soy igual que cualquier terapeuta español, solo que cobro mucho menos porque la situación económica en Argentina no es boyante", continúa Mateo. Argentina también vive un boom de la demanda psicológica: en tres años ha crecido un 300%. "Yo cobro en torno a 6.000 pesos por sesión (6 euros) a mis pacientes", indica Mateo. "Y a los españoles un poquito más, porque sé que pueden pagarlo, y porque a ellos les resulta tremendamente barato. Es por eso que cada día más terapeutas argentinos están pasándose a hacer terapia online no solo con españoles, sino con latinos emigrados a Estados Unidos, por ejemplo. El idioma es el mismo, los problemas son los mismos, solo cambia la situación económica".

Según un informe de la OMS, Argentina es el líder mundial de psicólogos per capita, con 106 por cada 100.000 personas. De ellos, el 56% tiene consulta o ejerce en Buenos Aires, el epicentro de la salud mental. Con una inflación galopante en su país, a menudo les es imposible que les convaliden sus títulos en España para montar una consulta, de ahí que la alternativa de atender pacientes españoles por videoconferencia se esté convirtiendo en una de sus mejores salidas. Para Mateo es una experiencia liberadora: "Puedo atenderles desde el parque, desde la playa... a veces incluso me muevo a lugares pintorescos para que el paciente se impregne de la belleza del escenario, eso marca definitivamente la sesión", explica.

"¿Que qué le digo a mis colegas españoles? Que sean más comprensivos con los precios. Nosotros no estamos tirando las tarifas, solo funcionamos en otro marco económico. ¿O acaso ellos piden que se les suba el sueldo a los trabajadores malayos que les hicieron la camisa que llevan?", concluye Mateo.

Como tantos jóvenes españoles, Irene y David están ahorrando para comprarse una casa. Han recortado sus suscripciones online, moderado su ocio e incluso han vendido uno de sus coches para compartir el otro. Su plan consiste en "apretarse el cinturón" durante cinco años, el tiempo que estiman que tardarán en reunir el dinero para la entrada de un piso: "Y así librarnos para siempre del alquiler, que no nos permite ahorrar nada", dice Irene a este periódico.

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