Uno de nuestros diplomáticos más influyentes será el 'jefe' de la OTAN para el flanco sur: "Es un escenario endiablado"

Es uno de los diplomáticos españoles más relevantes en las estructuras del poder multilateral y ahora asume una misión de enorme calado estratégico. Javier Colomina es, desde 2021, subsecretario general adjunto para Asuntos Políticos y Política de Seguridad de la OTAN y representante especial para el Cáucaso y Asia Central. Esta semana, el secretario general (saliente) de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, anunció que Colomina (Madrid, 1974) será el nuevo representante especial de la OTAN para la Vecindad del Sur. Un éxito político sin paliativos para España —que se adjudica un puesto de peso al que también aspiraba Italia—, pero que acarrea la difícil responsabilidad de diseñar las líneas estratégicas aliadas para lidiar con el complejo contexto del flanco Sur.

La sola creación del cargo ya supuso una victoria de España durante la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid en 2022, cuando hizo valer su peso de anfitriona y sus conexiones con los socios de la organización para que el llamado flanco sur se incorporara al nuevo Concepto Estratégico que se aprobó en la cumbre. Era un momento complicado, con la atención europea monopolizada por la invasión rusa a gran escala de ucrania y con Estados Unidos cada vez más preocupado por la creciente asertividad china en el Indo-Pacífico. Pero los socios incluyeron un par de menciones sobre el tema que fueron muy celebradas en el Gobierno español.

"La vecindad sur de la OTAN, en particular las regiones de Oriente Medio, Norte de África y el Sahel, se enfrentan a problemas interconectados de seguridad, demográficos, económicos y políticos [que] afectan directamente a nuestra seguridad. Estos se ven agravados por el impacto del cambio climático, la fragilidad de las instituciones, las emergencias sanitarias y la inseguridad alimentaria", señaló el documento, donde se advertía de que la situación es un caldo de cultivo para grupos armados no estatales y la "injerencia desestabilizadora" de otras potencias (en un claro señalamiento a Moscú).

Una vez que el flanco sur fue incluida en el documento que da forma a las líneas de trabajo de la OTAN para la próxima década, se trabajó en una propuesta de expertos y un plan de acción. El siguiente paso lógico, era nombrar a un representante especial de la Alianza para supervisar este trabajo y darle la entidad política que amerita. Así lo solicitaron los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN en la cumbre de Washington celebrada a principios de mes.

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El nombramiento de Colomina pone en marcha este esfuerzo para una región cuya seguridad preocupa especialmente a los aliados de la ribera mediterránea, aunque también ha generado algunas tensiones en el seno de la Alianza. El Gobierno italiano creía que el representante sería un connacional y mandó una nota de protesta a la organización en la que lamentó con "gran sorpresa y decepción" un nombramiento que no ha sido "consultado adecuadamente con los socios". Roma creía que tendría más probabilidades en octubre, cuando asuma la secretaría general el ex primer ministro neerlandés Mark Rutte, con el que el Ejecutivo de Giorgia Meloni ya habría mantenido algunas conversaciones.

"Le escribí (a Stoltenberg) un mensaje muy duro. Me puso furioso y esto tendrá consecuencias a nivel personal. Fue una traición. Fue Italia quien luchó para introducir el cargo de representante para la Vecindad del Sur", dijo el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, en una entrevista con el diario italiano La Stampa.

Pero Stoltenberg ha movido ficha con un anuncio oficial.

"Como representante especial para el Vecindario Sur, el señor Colomina servirá como el punto de contacto de la OTAN para la región. Será responsable de coordinar y mejorar la visibilidad de los esfuerzos de la OTAN en el sur y de fortalecer nuestra relación con socios (en la región)", informó la Alianza en un comunicado.

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Diplomáticos, mandos militares y funcionarios de la OTAN consultados por El Confidencial celebran al unísono este espacio de influencia en una esfera de defensa y seguridad instrumental para España (como lo es también para Italia). Pero también coinciden en que Colomina no tiene ante sí una tarea fácil, dado el complejo rompecabezas estratégico que ha emergido en el Sahel, la fragilidad del Magreb y la influencia desestabilizadora del conflicto en Oriente Medio.

"Es un escenario endiablado. Por un lado, los países del sur sufren el primer impacto de la presión de los flujos migratorios que genera la inestabilidad del Sahel y África Subsahariana. Además, los países norteafricanos, como Marruecos, utilizan luego a los migrantes como palancas diplomáticas para negociar con Europa", explica un veterano mando militar con experiencia trabajando con la OTAN en esta región. "Por otro, la salida europea de África ha dejado vía libre a la entrada de potencias antagónicas a la OTAN, como Rusia o China. Su influencia militar crece [en el continente], mientras la nuestra se desvanece", agrega.

Fuentes de la Alianza, políticos y diplomáticos que han tratado con Colomina destacan su dilatada carrera en el servicio exterior, donde entró en 2001 con 27 años. Pasó por las misiones españolas en la ONU, Siria y Argentina antes de estar tres años (2011-2014) como asesor senior en asuntos multilaterales y de seguridad en el Ministerio de Exteriores. En 2017 fue destinado al cuartel general de la Alianza donde, en apenas cuatro años, pasó de embajador representante adjunto de España a subsecretario general adjunto de Asuntos Políticos y Política de Seguridad (2021), formando parte del equipo de confianza de Stoltenberg en uno de los momentos más relevantes para la OTAN.

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"Javier es un diplomático muy válido, articulado, de pensamiento estructurado y con una sólida experiencia en temas de seguridad y defensa. La influencia real del puesto dependerá de quien lo desempeñe (en ese sentido, Javier es un valor seguro) y del nuevo secretario general (Mark Rutte)", comenta una fuente europea que conoce en profundidad los círculos políticos de Bruselas. "Para España es importante haberlo conseguido, pero esta atención al flanco sur es un valor por demostrar más allá de los asuntos migratorios", puntualiza.

Ya durante la cumbre de la OTAN en Madrid, Colomina desgranó en una entrevista con El Confidencial los motivos por los que la Alianza incluía el flanco sur en su nuevo Concepto Estratégico y qué tipos de desafíos de seguridad representaba la zona.

"El que primero nos viene a la cabeza siempre es la amenaza del terrorismo. Pero hay otros. Tráficos ilícitos, tránsitos migratorios irregulares. España ha sido el país que, junto con Italia, más ha empujado siempre para que la agenda del sur estuviera muy presente en la mesa del Consejo del Atlántico Norte. Poco a poco, se ha ido consiguiendo", explicaba entonces Colomina. El funcionario insistía en que la OTAN ya estaba tomando medidas en este sentido, como fue el refuerzo de las capacidades de defensa de Mauritania, único socio de la Alianza en el Sahel en una región en descomposición ante la insurgencia yihadista y la influencia rusa.

Una base de partida

La base de partida están recogidas en las conclusiones de un grupo independiente de once expertos a los que la OTAN encargó un informe sobre cómo proceder tras incluir el flanco sur en la brújula de la Alianza, que comienzan con la necesidad de conocer "en mayor profundidad las dinámicas de cada región", así como las del África Subsahariana. "(La OTAN) deberá transmitir mejor sus intenciones y capacidades, y actuar con paciencia para generar confianza sobre la base de acciones concretas y prácticas, reconociendo la existencia de percepciones negativas en un contexto de polarización. En general, la OTAN debe escuchar más y mejor a sus socios e invertir en capacidades y personal para conseguirlo", señala el documento, que se conoció en la primavera de 2024.

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"La Cumbre de Washington hizo suya una de las principales recomendaciones del Grupo de Expertos sobre la vecindad sur: nombrar un enviado especial. Es positivo que se haya procedido a designarlo pocos días después de la cumbre, pues no había tiempo que perder", celebra Carlos Carnero, miembro del grupo de expertos, en conversación con El Confidencial. "Que sea Javier Colomina el enviado especial es un acierto. Por su conocimiento profundo de la región y por su compromiso desde el primer momento con la tarea de mejorar en profundidad la presencia política y de diplomacia pública de la OTAN en la misma, estoy seguro de que Colomina va a tener éxito", añade.

Las fuentes aseguran que el extenso conocimiento de la OTAN que tiene Colomina combinado con su propia influencia personal es otro de los puntos fuertes del futuro enviado especial. "Se concibe con una doble función: una de coordinación hacia dentro, y otra hacia el exterior, para que los socios tengan identificada a una referencia dentro de la organización", detalla un funcionario de la Alianza. "Nos parece que es importante que ese puesto lo desempeñe una persona que ya esté dentro de la organización, y que además esté en un puesto de nivel adecuado. Colomina está integrado en la organización y en los grupos de decisión", concluye.