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Así te sientes si has nacido después del 82: tus padres vivían mejor (pero eso puede cambiar)
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El fin del ascensor social

Así te sientes si has nacido después del 82: tus padres vivían mejor (pero eso puede cambiar)

Una encuesta del CIS revela cómo ha cambiado la percepción de la desigualdad de unas generaciones a otras

Foto: Una joven mira su móvil. (Annie Spratt/ Unsplash)
Una joven mira su móvil. (Annie Spratt/ Unsplash)

Hace veinte años había pocas dudas. Cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntaba a los españoles si vivían mejor o peor que sus padres, una amplia mayoría estaba de acuerdo: entre el 60% y el 70% de la población respondía que hoy vivía mejor de lo que lo habían hecho sus progenitores. El resto, afirmaba que sus padres vivían igual o peor que ellos, suponiendo estos últimos cerca de un 20% del total entre 1997 y 2007, cuando se dejó de hacer esta pregunta.

Esa realidad ha cambiado y así lo refleja un estudio realizado hace poco por la casa encuestadora pública. Ahora, las opiniones están más divididas. Solo un 39% de los encuestados cree que vive mejor de lo que lo hicieron sus padres, otro 37% cree que vive igual y el 22% siente que vive peor.

La gran diferencia está en las generaciones más jóvenes. Solo uno de cada 10 nacidos después de 1995, de la generación Z, tiene la sensación de que le va mejor que sus progenitores. Y lo mismo le sucede a uno de cada cuatro millennials (nacidos entre 1982 y 1994). En 2007, la respuesta entre los que tenían esa misma edad era opuesta: más de la mitad tenía claro que su situación económica era mejor y solo el 15% creía vivir peor que sus padres.

Por aquel entonces, las diferencias entre distintos grupos de edad ya existían, pero no eran tan relevantes, ya que en todos los casos más de la mitad de los encuestados afirmaba tener una situación más próspera. No obstante, la tendencia era similar a la actual: cuanto más jóvenes, más alto era el porcentaje de los que creían vivir peor que sus padres. Sin embargo, la brecha intergeneracional no era tan abismal como la que ahora muestran los datos del CIS.

"No es nada sorprendente", aclara sobre los datos Danislava Milkova Marinova, investigadora del Departamento de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). "Las generaciones vienen de décadas de crecimiento económico, mientras que a las últimas les ha tocado más la recesión económica y la pandemia", añade la investigadora.

El porcentaje más alto de personas que afirman que les va peor que a sus padres, del 31%, es el de los millennials. La siguiente generación, los Z, están algo por debajo y la mayoría de ellos considera que no les va ni mejor ni peor. Para Marinova y su compañero de departamento, Damjan Tomic, esto puede deberse a que buena parte de los Z viven todavía con sus padres, por lo que identifican más su situación con la de ellos. "Es una hipótesis, pero a medida que salen de casa y van encontrando las dificultades laborales y de vivienda, se distancian más. Veremos de aquí a unos años si esa generación sigue siendo más optimista que los millennials", advierte Marinova.

Foto: Trabajadores de un espectáculo de drones en Córdoba. (EP/Joaquín Corchero)

En 2023, el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) publicó un estudio que trataba, entre otros temas, las diferencias de percepción de movilidad social entre distintas generaciones.Los resultados muestran también cómo los millennials concentran la visión más pesimista, mientras que tanto la generación anterior como la posterior tienen porcentajes más bajos de personas que creen vivir peor que sus padres.

Marinova y Tomic han estudiado a fondo los datos de ese estudio. "Lo que sí vemos en los datos y me parece más preocupante es que el nivel educativo ya no tiene el mismo rendimiento para la gente joven: lo que antes era una garantía de bienestar económico, ahora ya no lo es tanto", dice Marinova. “Ahora es más habitual haber terminado un grado o un máster respecto a las generaciones anteriores", añade Tomic. Así, los jóvenes catalanes se identifican menos con la cultura del esfuerzo, ya que no perciben que tiene una relación débil con la movilidad intergeneracional.

"Lo que antes era una garantía de bienestar económico, ahora ya no lo es tanto"

El análisis de los investigadores revela que, más allá de una sensación general de agravio, en algunos aspectos las nuevas generaciones sí sienten que les ha ido mejor. En concreto, el nivel de ocio, de acceso a la educación o libertad política. Sin embargo, salen peor parados en aspectos como la estabilidad económica, la vivienda o la satisfacción con el empleo. "Antes primaba conseguir una estabilidad económica antes que preocuparse por el ocio, pero ahora se ha intercambiado el orden típico", considera Tomic.

¿Es un intercambio voluntario o sobrevenido? Aunque es habitual que las generaciones mayores minimicen los problemas de las que vienen detrás de ellos, ya es un hecho que los jóvenes de hoy viven una situación económica peor que la generación del baby-boom a su misma edad. La distancia entre la riqueza de jóvenes y mayores es ahora mucho más amplia que hace tan solo una década. El porcentaje de menores de 30 años que tiene una vivienda en propiedad disminuye año tras año y el riesgo de pobreza de éstos es mayor.

Una de las conclusiones presentadas en el documento España 2050, elaborado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, apuntaba que si en 1999 los mayores eran cerca de dos veces más ricos que los jóvenes, en 2015 esta distancia se había multiplicado por cinco. Es normal que las generaciones mayores acumulen más riqueza, pero la desigualdad intergeneracional se ha disparado en los últimos años.

Pese a la sensación de agravio, especialmente cuando se compara con el nivel de vida de generaciones anteriores, los más jóvenes tienen todavía esperanza en el futuro. Un 70% de la generación Z cree que su situación será mejor dentro de cinco años, y lo mismo sucede para el 63% de los millennials. Las perspectivas de ir a mejor son más bajas entre los mayores, que esperan menos cambios a corto plazo.

Generación Vox: los más descontentos

Los datos de la encuesta del CIS permiten ver también el nivel de agravio comparativo entre generaciones según el partido al que se vota. El factor de la edad tiene aquí un peso importante, ya que los electorados del PSOE y del PP son mayores que los de Vox o Sumar. Sin embargo, entre estos dos últimos, ambos un perfil de votante joven, el descontento es mayor entre los de Vox.

Los datos de la Encuesta Social Europea apuntan que la desafección política y la pérdida de prestigio de las instituciones están en auge. España, de hecho, es el país que peor valora a sus políticos. Según un estudio de 2020 publicado por el Instituto Bennett de Políticas Públicas de la Universidad de Cambridge, "los millennials de todo el mundo están más desilusionados con la democracia de lo que lo estaban la generación X o los baby-boomers a su misma edad".

Los populismos han sabido canalizar ese descontento generacional en opciones políticas, y Vox ha capitalizado mucha de esa insatisfacción en España. Hay más datos en la encuesta que apuntan en este sentido. Cuando se pregunta por el nivel de satisfacción con la situación actual, de nuevo son los votantes de Vox los que, en mayor medida, afirman estar poco o nada satisfechos.

Con los datos del CEO, no se observa una concentración mucho mayor de insatisfacción según el recuerdo de voto, aunque sí coincide que los partidos más en los extremos o de protesta, como Vox o la CUP, muestran tasas más altas de descontento.

La relación entre el nivel de satisfacción con la situación económica personal o el sentido del cambio de ésta respecto a la de los padres está relacionada con el nivel de confianza en las instituciones. Según la literatura científica aportada por los investigadores de la UAB, cuando los jóvenes experimentan un descenso en el ascensor social, son más propensos a "culpar al sistema", mientras que cuando es al revés, se percibe como una cuestión de meritocracia.

Foto: Una manifestación protagonizada por jóvenes. (Getty/Óscar González)

Además de la generación a la que cada uno pertenece, si se atiende al sexo, existen también diferencias sobre la posición respecto a los progenitores. Entre los que pertenecen a la generación silenciosa, la sensación de que les ha ido mejor que a sus padres es más alta entre los hombres (83%) que entre las mujeres (70%). Esa brecha se cierra cinco puntos para los boomers. Y sin embargo, para la generación X, el porcentaje de mujeres que se han visto más beneficiadas es algo superior al de los hombres de su quinta.

Con todo, estas diferencias no son muy significativas, tampoco entre los más jóvenes. Este hecho sorprende de forma positiva a los investigadores, ya que sí está cada vez más documentado el crecimiento de la brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes. Con los datos de Cataluña, "en el tema de la desigualdad intergeneracional esto no lo vemos. Es una buena noticia porque además estas diferencias suelen ser negativas para las mujeres", concluye Marinova.

Hace veinte años había pocas dudas. Cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntaba a los españoles si vivían mejor o peor que sus padres, una amplia mayoría estaba de acuerdo: entre el 60% y el 70% de la población respondía que hoy vivía mejor de lo que lo habían hecho sus progenitores. El resto, afirmaba que sus padres vivían igual o peor que ellos, suponiendo estos últimos cerca de un 20% del total entre 1997 y 2007, cuando se dejó de hacer esta pregunta.

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